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natalia.gomez@eluniversal.com.mx
“Apertura de mecanismo impediría libre decisión”
Jacqueline Peschard, coordinadora del Seminario Universitario de Transparencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que el proceso de deliberación que lleva a cabo la Junta de Gobierno para designar al rector debe mantenerse en sigilo porque de lo contrario se expone a que el proceso tenga presiones externas de diversos actores de la sociedad con intereses ocultos.
“El proceso de deliberación que hace la Junta de Gobierno debe estar protegido por el sigilo, así lo está en todos lados, no solamente en la academia, pero en la academia como es una discusión entre pares, debe ser doblemente sigilosa y estar protegida de cualquier tipo de intervención o de involucramiento de otros grupos”, dijo la ex presidenta consejera del Instituto Federal de Acceso a la Información, hoy Instituto Nacional.
Argumentó, en entrevista con EL UNIVERSAL, que la apertura implicaría un riesgo para que el proceso sea libre, independiente y aceptado por todos. Consideró que tampoco la deliberación debe ser expuesta a la opinión de una asamblea de estudiantes o de profesores.
Al preguntarle si los actores que podrían presionar el proceso de designación de rector en la UNAM son de la política o del ámbito empresarial, señaló que son “de todo tipo”, debido a que la Universidad tiene un peso en la vida, social, cultural y política de este país.
Consideró que sería conveniente, una vez que ha concluido el proceso, cuando se designe al rector, que la Junta de Gobierno haga público a la comunidad universitaria cuáles fueron los elementos de su evaluación y ponderación, así como el número de votos que obtuvo.
“La Junta tiene que avanzar en abrir sus decisiones finales al conocimiento de la comunidad, para que sea claro cuáles fueron los elementos que dieron un resultado determinado”, indicó.
“Los cuerpos deliberativos tienen que rendir cuentas, ser responsables frente a lo que hacen y en ese sentido la Junta se podría poner al día, pero el mecanismo de la Junta de Gobierno para el caso de una comunidad académica en donde pares evalúan a pares, me parece que está muy bien”, agregó.
Al sacar a la luz pública la deliberación de la Junta de Gobierno, provocaría también, de acuerdo con la especialista, que los actores involucrados se reserven sus opiniones porque estarán frente al público y dirán lo menos que los comprometiera en su resultado final o hablaran para complacer a ciertos sectores de la comunidad.
Peschard consideró que la Junta de Gobierno, instaurada como procedimiento para la selección de directores de facultades e institutos, así como del rector es un mecanismo que le ha dado muchísima estabilidad a la UNAM.
“Lo que ha permitido es dejar en manos de un grupo de destacados académicos y miembros de la comunidad, la posibilidad de recoger todos los puntos de vista de la comunidad”, dijo la autora del trabajo titulado La transparencia como pilar de la autonomía universitaria, incluido en el libro La Autonomía Universitaria en México.
Reconoce que la fórmula de elegir, a través de la Junta de Gobierno, al rector, tiene 70 años, pero “es una fórmula que se puede actualizar, subrayando lo que es la responsabilidad y la necesidad de rendición de cuentas de la instancia frente a sus decisiones”.
Lo importante es proteger el procedimiento, porque ha sido de enorme estabilidad. “En procesos deliberativos se debe proteger la independencia y libertad de quienes van a juzgar y a decidir. Tiene que ser lo más independiente, lo menos sometido a una presión externa”.
Consideró innecesario modificar la fórmula de la designación del rector, hay pruebas que desde 1945 “hemos tenido estabilidad en la UNAM y si vemos lo que sucedió antes, es una pugna terrible entre distintos grupos. Un grupo de notables nos ha dado muestras de las bondades, hasta donde he logrado ver, no sé de alguien que se levante en contra de los resultados de la Junta”, dijo.
“Designación cerrada da margen al juego sucio”
En las próximas semanas un grupo de académicos de distintas entidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentará de manera oficial una propuesta para que el proceso de designación, que realizará la Junta de Gobierno (JG) del rector de la máxima casa de estudios para el cuatrienio 2015-2019, sea transparente.
Su iniciativa contiene tres peticiones, de hacer públicos, a través de un acto, así como la transmisión por televisión y radio universitaria, tres momentos del proceso: presentación de los programas de los aspirantes a ocupar la Rectoría, conocer las comparecencias de cada aspirante ante la Junta y, por último, tener acceso a las deliberaciones de para la elección de rector.
“La Universidad en su conjunto tiene un enorme reto de atender reclamos sociales de acceso a la información, de transparencia y de rendición de cuentas de los procesos”, aseguró Imanol Ordorika, doctor en Ciencias Sociales y Educación por la Universidad de Stanford, uno de los impulsores del proyecto.
En términos de la legislación universitaria no hay nada que impida la propuesta y permitirá que los aspirantes e integrantes de la Junta de Gobierno puedan ser observados y evaluados por los universitarios en el cumplimiento de las funciones que les establece la ley, indica el también director general de Evaluación Institucional en entrevista con EL UNIVERSAL.
“Es un asunto estrictamente de voluntad política y, en ese sentido, habremos de juzgar también a la Junta de Gobierno si tiene la voluntad política de hacerse transparente, de rendir cuentas a través del ejercicio de sus funciones y, de dar acceso a la información a los universitarios y a los interesados en el país”.
Lo primero sería que la UNAM, a través de la Junta de Gobierno, el Consejo Universitario o la propia Rectoría actual, se organice la presentación pública de los programas de todos los aspirantes, en un proceso abierto a la comunidad y en uno de los auditorios de la institución.
Ordorika señala que sería deseable el intercambio de puntos de vista entre los interesados con una discusión académica seria, fundada, de cara a los universitarios y a la nación.
“Sería recuperar una cosa que dijo el rector José Narro Robles hace unos días, de que en este proceso la Universidad tiene que ser ejemplar para todo el país. No podemos ser ejemplares, para todo el país quedándonos por detrás de avances que ya ocurren en México”, subraya el autor de La disputa por el campus: Poder, política y autonomía en la UNAM.
En una segunda exigencia se pediría dar a conocer las comparecencias de los aspirantes frente a los miembros de la Junta de Gobierno, es decir, a los que la instancia haya considerado los más aptos para ocupar el cargo y que por legis-lación, deben presentarse a comparecer.
“Es un segundo elemento para demostrar que la Universidad es ejemplar y no somos vanguardia, sino que en todo caso estamos poniéndonos a la altura de otras instituciones”, asegura.
Un tercer punto sería que la transmisión, por medios electrónicos, de las deliberaciones de la Junta de Gobierno para conocer los argumentos que llevan a la decisión y nombramiento de la persona que habrá de dirigir a la UNAM.
La propuesta pretende resarcir o enriquecer, parte de las deficiencias que en la actualidad tiene el proceso. Explica que frente al actual proceso oscuro y cerrado de nombramiento de autoridades, existe mucho margen al juego sucio, que abren paso a acusaciones infundadas y que en la medida “en que le echemos luz” se puede garantizar un comportamiento mucho más adecuado de todos los participantes.
“No es peligroso, no es excepcional, no polariza, se ha puesto en práctica en procesos complejos, relevantes e importantes y, son los mecanismos que corresponden a una universidad en donde hay integrantes informados, responsables, especializados, capaces de reflexionar, discutir e informarse”.
jram