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pierre.rene@eluniversal.com.mx
El delito de trata de persona es un flagelo social que afecta tanto a México como a otros países de la región, por lo que se deben redoblar los esfuerzos para combatirlo, afirmó Felipe de la Torre, oficial a cargo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México (UNODC, por sus siglas en inglés).
El experto señaló que si bien el país ha avanzado en el combate a la trata de personas, hay estados que no hacen ningún esfuerzo al respecto.
En entrevista con EL UNIVERSAL, De la Torre comentó que “existe un nivel inaceptable de impunidad y los tratantes de personas están perpetrando este delito sin percibir castigo alguno”, por lo que los gobiernos deben aplicar la ley.
“Lo que preocupa a la comunidad internacional es que aunque los países cuenten con los instrumentos legislativos para perseguir este delito, todavía las cifras de sentencias condenatorias son escasas”, expuso.
Consideró que México ha realizado un trabajo “valioso” en los últimos dos años, pues han aumentado de manera significativa las sentencias en las entidades, lo cual “nos hace ver que están haciendo su trabajo y que están aplicando la normatividad”.
De la Torre indicó que la preocupación de las Naciones Unidas está en que “existen entidades federativas que no lo hacen en absoluto”.
Recordó que la explotación sexual de niñas y adolescentes tiene una gran visibilidad internacional y se ha denunciado ampliamente, pero la explotación laboral, los trabajos forzados y trata de personas en fábricas, sastrerías, empresas babaneras, de la pesca, del café, del petróleo y en las minas pasan desapercibidas.
“El sector agrícola es muy proclive a este tipo de situaciones que tienen un fino tejido, en donde la parte administrativa de la legislación laboral debe estar bien separada de lo que es la configuración de un delito de trata de personas”, advirtió De la Torre.
El representante de la ONU dijo que uno de los principales problemas es que existen leyes confusas que hacen que la entidad encargada de investigar este delito no tenga los instrumentos para realizar su trabajo, porque la trata es un crimen complejo que requiere construir una serie de información que permita al juez valorar esta problemática y aplicar las sanciones adecuadas.
“La corrupción a nivel mundial juega un papel fundamental en lubricar el sistema que permite que todavía haya trata, porque finalmente en un traslado de personas —cuando hablamos de trata transnacional—, es gente que necesita un pasaporte, visado, pero que muchas veces son falsos. Son obtenidos de manera ilegal. ¿Quién facilita esa obtención de estos documentos? Tenemos que evaluar esto dentro de los parámetros del combate a la corrupción”.
El crimen organizado se aprovecha de la trata de personas, que le permite tener recursos para continuar con el tráfico de drogas o cualquier otra actividad irregular e ilegal.
“La trata es un delito de bajo riesgo porque es muy difícil investigarlo y es un mecanismo fácil para que la delincuencia obtenga recursos adicionales”, destacó De la Torre.
También aseguró que es necesario una cooperación entre los diferentes países, estados y dependencias para harmonizar la legislación, facilitar el intercambio de información sin tener que recurrir a protocolos y promover los mecanismos de asistencia reciproca y perseguir este delito.
“Si bien existe un crecimiento de la trata interna, también existen flujos migratorios que están buscando oportunidades fuera de su país de origen y que son aprovechadas estas circunstancias por los tratantes para llevar a situaciones de explotación”.