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nurit.martinez@eluniversal.com.mx
Sergio Alcocer Martínez de Castro renunció ayer a su cargo como subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte porque “quiere ser rector” de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Asegura que el reto que hoy enfrenta la máxima casa de estudios es lograr que haya una cercanía con los estudiantes y promover que los profesores y directivos no sólo atiendan las necesidades académicas, sino de formación de los alumnos como personas.
Desde ahora se dice respetuoso de los tiempos y las modalidades que plantee la Junta de Gobierno para cuando inicie el proceso con el que se sucederá en el cargo a José Narro Robles para el periodo 2015-2019 y considera que el proceso de sucesión no se convertirá en una lucha de género.
No se considera el candidato del gobierno federal, y asegura que su paso en la administración pública contribuirá a poner sus méritos y trayectoria en favor de la universidad.
Con más de 25 años de trayectoria en la UNAM, Alcocer dice que se debe propiciar la igualdad de circunstancias en la competencia para que los universitarios valoren el mérito y la trayectoria académica, y anuncia que volverá a su plaza como maestro e investigador en el Instituto de Ingeniería.
Quien busca ser el tercer rector ingeniero en la historia de la Universidad afirma que, por el momento que vive el país y la institución, el próximo rector debe tener “capacidades de gestión política y administrativa probadas”.
Se pronuncia por el resguardo de la educación pública y la autonomía, pero en su relación con el gobierno federal, la UNAM debe mantener un diálogo respetuoso y fluido con toda las instancias del gobierno y los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo, tanto a nivel federal como nivel estatal.
Sin antagonismo ni dependencia
Alcocer considera que “la Universidad Nacional debe de contribuir a través del conocimiento, de la crítica y de las propuestas a la mejor conducción del país, lo cual no implica que haya dependencia en la toma de decisiones ni antagonismo frente a cualquiera de los tres poderes.
Sobre el financiamiento es categórico: le corresponde al Estado mexicano, por lo que las cuotas “no son la solución ni el problema” y plantea mejorar mecanismos para la autogeneración de recursos e incrementarlos.
Propone una reingeniería institucional en la gestión administrativa, porque “se ha quedado retrasada” y requiere ser modernizada.
A cuatro meses de que concluya el rectorado de José Narro Robles, considera que su gestión deja un “balance enormemente positivo”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el ahora ex funcionario federal relata que haber ocupado la Secretaría General en la UNAM le permitió conocer todos los espacios universitarios.
Relajado, aborda todos los temas que se le presentan: la seguridad, el ambulantaje, el consumo de drogas, el narcomenudeo, las fortalezas y debilidades de la institución, las alternativas de cambio, el futuro institucional y la equidad de género.
Usted deja la subsecretaría ¿cuál es la razón?
— El hecho que haya renunciado a la Secretaría (de Relaciones Exteriores) es porque quiero contender para ser rector de la Universidad Nacional y haré mi mayor esfuerzo para que esto ocurra. Respetaré los tiempos y las modalidades que la Junta de Gobierno de la UNAM establezca y seguiré apoyando a la universidad aunque no logre y no sea electo rector, porque mi convicción es ser universitario.
En el diagnóstico que usted tiene, ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la UNAM?
— La Universidad tiene gran cantidad de fortalezas. Es una de las instituciones con mayor prestigio en el país, por su autoridad moral y la calidad que la respaldan, la ponen en una situación de excepción. Me parece que la Universidad hay que cuidarla, pero al mismo tiempo aprovechar este capital político y moral para lograr que tengan en el ámbito de la formación un papel más destacado para encabezar los esfuerzos de modernización de la educación superior en el país.
Se han dado pasos importantes en el rectorado del doctor (José) Narro, hay que seguir profundizando en estos paso. Hay que aprovechar las tecnologías de la comunicación como un medio para que la educación llegue a más jóvenes y demos más oportunidades de estudio. En el área de investigación, la UNAM es uno de los puntales del sector científico, tecnológico y de innovación en el país. Necesita acercarse a los temas que son más urgentes para resolverse en el país.
La Universidad tiene que ser internacional, que se abra al conocimiento. Tiene que ser internacionalizada, vinculada con los sectores más importantes del país, de modo que el conocimiento se transfiera en beneficio de la sociedad y en la solución de sus problemas. Y que su gobierno y administración sean consistentes con el tamaño y la complejidad de la Universidad. Es una institución grande y compleja, que ha evolucionado y ha crecido; cuyo gobierno y administración requieren de ponerse al día para ser consistentes con el tamaño y los retos de los próximos años.
¿Cuál sería el principal reto que tiene la UNAM?
— Es dotarle a los alumnos de las mejores condiciones, al interior de la Universidad, para que puedan desarrollarse. Tenemos que estar muy cerca de nuestros estudiantes, promover que los profesores, que los directivos de los diferentes planteles no sólo atiendan las necesidades académicas sino de formación como personas. Los jóvenes —por razones de edad, socioeconómicas, culturales, el propio ambiente— requieren de una atención puntual en temas de salud, de adicciones y de un desarrollo de mayores habilidades para la vida. La Universidad tiene que hacer un énfasis especial para estar cerca de los estudiantes.
Cuál es el perfil idóneo para el rector de la Universidad?
— El rector tiene que ser una persona que sea innovadora, capaz de pensar de manera distinta la solución de los problemas, que tenga la energía suficiente para esto, pensando que la Universidad tiene que evolucionar y cambiar a la par de lo que está haciendo el mundo. Con una visión clara de años por venir... que la Universidad evolucione y se adapte a las condiciones, que sea dinámica. Requiere de una persona que igualmente sea dinámica y flexible, una persona que sepa escuchar a la comunidad, que sepa tomar decisiones, que sepa gestionar una institución de este tamaño.
¿Un rector político?
— Yo creo que la Universidad es una institución que debe estar encabezada por una persona que tenga las mejores credenciales académicas y al mismo tiempo es una institución que tiene un juego específico, un valor específico para el país que le requiere que tenga capacidades de gestión política y administrativa probadas.
¿Es una ventaja o desventaja provenir del gobierno federal?
— El gobierno federal me ha ofrecido la oportunidad de conocer facetas y dimensiones, que difícilmente desde la Universidad hubiese podido conocer y aquilatar. Precisamente esa experiencia y ese conocimiento es lo que quiero presentar en favor de la Universidad.
El conocer cómo opera el poder Legislativo, el Judicial, en el ámbito de las relaciones internacionales, cómo opera el sector de energía, son ventajas que sin duda quiero presentar en favor de la Universidad Nacional.
¿Es posible de que crezca, que haya mayores campus?
—Hay que privilegiar la oferta a distancia y en línea, primordialmente, y posteriormente, se podría evaluar la conveniencia o no de crecer en campus físicos, la enorme ventaja de la educación en línea y a distancia es que el costo relativo es más bajo con respecto a la construcción de los campus, y eso haría que de manera más eficiente pudiésemos alcanzar a más jóvenes.
Cada día hay una creciente preocupación por la seguridad, ¿qué tanto le preocupa a usted?
—Es un tema crucial y tiene que ver con la atención a los estudiantes que son las principales víctimas. El fenómeno no es exclusivamente de los campus universitarios, está fuertemente relacionado con el entorno en el que están las escuelas y hay que trabajar al interior de la Universidad, con un programa de prevención.
En el tema de inseguridad, la presencia de ambulantaje, asaltos y venta de droga, pareciera que negarlos sería difícil...
— No se niega y hay una condicionante de que en la periferia del campus se den este tipo de conductas y fácilmente se pueden transportar al interior de los planteles de la Universidad Nacional. Los temas de droga y narcomenudeo hay que atacarlos.
¿La administración es sana?
—Es igualmente compleja como lo es la Universidad, creo que tanto en su estructura como en sus procesos en varios de los aspectos se ha quedado retrasada frente al desarrollo de su institución. En ocasiones existe una rigidez, un burocratismo excesivo para los cuales debemos buscar mecanismos — apoyados en las nuevas tecnologías, haciendo una reingeniería, con procesos más innovadores y más flexibles— que permitan disminuir la carga académica sobre el académico. Tiene que haber un principio claro de que la academia está por encima de la administración, aunque la administración debe ser transparente y que rinda cuentas... sin modificar la Ley Orgánica hay espacio para hacer una reingeniería.
Hay voces que se pronuncian por democratizar el proceso de elección del rector, y modificar el papel de la Junta de Gobierno...
— Es una instancia que ha funcionado excepcionalmente bien en favor de la Universidad, dotándola de una estabilidad de 70 años.
¿Cuál debe ser el eje de la relación con el gobierno federal?
— La Universidad Nacional debe conducirse como una institución que mantenga un diálogo respetuoso, un diálogo fluido con toda las instancias del gobierno y los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo.
La Universidad debe de contribuir, a través del conocimiento, de la crítica y de las propuestas a la mejor conducción del país, lo cual no implica que haya dependencia en la toma de decisiones ni antagonismo.