En abril de 2016, la familia Corona vio trastocada su rutina. Todos los días, cerca de las 9:00 de la noche, la esposa de Axel Corona salía en su auto Nissan Versa color azul a recoger a su marido a la estación del metro Constitución de 1917. Todo parecía normal hasta que regresaron a su casa. Ahí, alguien los estaba esperando a unos metros de la entrada.

Las nueve menos 15. La esposa de Axel, su hijo y él descendieron del auto. Corona tardó unos segundos más. Tres pasos lo separaban de la puerta de su hogar cuando sintió un arma de fuego en la sien y un objeto puntiagudo en la espalda, a la altura de los riñones. “Ya valió madres, cabrón. ¡Dame las llaves del coche!”, le exigió un sujeto que le apuntaba con la pistola.

De 2006 a 2016, todos los días la delincuencia se apropió, en promedio, de 512 vehículos en todo el país; 21 cada hora. En total, se registraron 2 millones 53 mil averiguaciones previas por robo de auto en ese periodo, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo. El año más álgido fue en 2011, cuando los delincuentes se llevaron 639 coches diariamente. En la cuarta parte de los casos la violencia fue una constante.

Contrario a la disminución que presentan los casos en los que los autos simplemente desaparecieron de una acera, esta categoría violenta del delito ha ido a la alza. En 2006 se denunciaron 25 mil 162 robos de autos con violencia. Diez años después, la estadística se elevó a 45 mil 182 a nivel nacional. En 25 de las 32 entidades se registró un incremento de esta modalidad. Lugares como San Luis Potosí pasaron de cuatro averiguaciones en 2006 a 97 en 2016. Otro caso es Tlaxcala, que pasó de cinco a 114 denuncias en ese periodo. O Michoacán, sitio en el que la estadística subió drásticamente de 95 a mil 919 robos de coches con violencia.

Con estos incrementos, los estados de Sinaloa, Estado de México y Guerrero se posicionaron en el tope de la lista en 2016. En estas tres entidades, 50% de los hurtos se cometieron con violencia. En 2006 estos lugares eran ocupados por la Ciudad de México y el Estado de México, sitios en donde cuatro de cada 10 robos de autos fueron con violencia.

Esta tendencia a la alza de los delitos violentos está relacionada con el deterioro de la seguridad que azota a gran parte del país, explica Luis Wertman Zaslav, presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México. “Estos aumentos no son espontáneos. Si vemos crecimiento en otros delitos, éste es uno de los que se vera más impactado. No olvidemos que el automóvil es una herramienta de transporte para los delincuentes. Ahí pueden mover su mercancía y cometer otros delitos”, explica el especialista.

Un ejemplo es 2011, año con la cifra más alta. Se denunciaron 233 mil 162 robos de autos. Tres de cada 10 con violencia. Esta no fue la única característica de esos 12 meses. También fue uno de los más difíciles en materia de seguridad en la guerra contra el narcotráfico, asegura Wertman. “Los grupos en pugna requerían de vehículos para seguir en conflicto, al mismo tiempo que para cometer otros delitos”.

Cifras fuera de la realidad

En 2006, las estadísticas de denuncias por el delito de robo de auto con violencia en Tamaulipas, Baja California, Durango y Oaxaca presentaron un número sorprendente para muchos especialistas. Cero. Ni una sola averiguación previa. Un dato que es probable no concuerde con la realidad de los estados.

Es difícil creer que hace 11 años en esos lugares no se robaron ni un solo coche con violencia, asegura Luis Wertman. Aunque los números son dudosos, “el crimen es flexible y termina mudándose a lugares donde puede actuar y establecerse. Esta puede ser una explicación para el incremento del robo con violencia en algunas entidades”, asegura el integrante del Consejo Nacional de Seguridad.

Tamaulipas y Baja California mostraron la misma tendencia en sus números. Mientras que el robo sin violencia tuvo una disminución de 40% entre 2006 y 2016, los hurtos en los que la víctima sí fue violentada pasaron de cero a mil 412 y 789 averiguaciones previas, respectivamente, de acuerdo con la información que reúne el Secretariado Ejecutivo.

Es probable que estos índices tan bajos, y en algunos casos nulos en esta modalidad del delito, esté relacionada con que no los clasifican de manera adecuada o no hay criterios unificados al momento de llenar los reportes, explica Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano. Por ejemplo, Tabasco y Yucatán tienen cifras impecables en materia de robo de vehículos con violencia. La procuraduría tabasqueña no reportó ningún caso de este tipo de 2006 a 2016. Mientras que en Yucatán sólo se reportó una denuncia en 2013.

Pero eso no impidió que la delincuencia se apoderara de los autos en esos estados. En Tabasco las denuncias por robo de auto sin violencia pasaron de 938 a 3 mil 580. De ahí que las hipótesis de los especialistas se inclinen hacia un registro mal hecho al momento de que las víctimas llegan a los Ministerios Públicos.

2017, año preocupante

Entre enero y marzo de 2016, los delincuentes se apoderaron de 38 mil 431 coches; en el mismo periodo de 2017 la cifra llegó a los 44 mil 598. Lo que es una constante son las tres de cada 10 denuncias en las que se registra el uso de violencia. No sólo eso, esta modalidad también presenta un incremento debido a que pasaron de 11 mil 71 a 13 mil 734 averiguaciones previas. Y de seguir con esta tendencia a la alza, las estadísticas finales de 2017 podrían terminar con 10 mil 868 casos más que en 2016.

Se necesita una reducción considerable en el segundo semestre del año para que los resultados no sean tan negativos, afirma Francisco Rivas. “Estamos en mayo y la violencia en robos no parece cesar. Lo más probable es que se mantengan estos índices y cerremos el año de manera preocupante”, añade.

San Luis Potosí es la entidad donde este incremento comienza a visibilizarse. Entre enero y marzo de 2016 se denunciaron 392 robos de autos con violencia y en el mismo trimestre de 2017 la cifra llegó a los 809 delitos.

Hacer negocio con las pérdidas

El automóvil ocupa el segundo lugar de importancia patrimonial para las familias que tienen un hogar propio; sin embargo, para los que no lo tienen, perderlo significa lo más importante económicamente, afirma Marco Antonio Ascencio Rosas, director comercial de LoJack, empresa dedicada a la localización y recuperación de autos en México desde 1998.

El caso de Axel se sumó a las 276 denuncias que se levantaron en abril de 2016 en las que las víctimas fueron violentadas durante el robo del auto. “Sentí coraje. Duele que se lleven tu coche así como así. Es una pérdida material que sí tiene mucho valor”, relata.

La empresa LoJack afirma que tres cuartas partes de los vehículos que se adquieren en agencias son mediante créditos financieros. Y cuando uno de estos es robado por lo general el pago acumulado en intereses se pierde.

Para Corona el robo de su auto significó una pérdida mayor de lo que pensó. “Cuando estás pagando un coche a crédito y te lo quitan, la empresa aseguradora evalúa lo que te va a devolver después de hacer todos los trámites correspondientes, pero no toma en cuenta los intereses que ya pagaste”, explica.

Las dos principales formas en las que los mexicanos se protegen ante robos es con un seguro o un localizador remoto. Ambos mercados han crecido en los últimos años.

Luego de que 2011 fue el periodo con más robos de vehículos, la empresa LoJack asegura que entre 2012 y 2015, duplicó su número de ventas. Esto sin tomar en cuenta que ya llevaba más de 10 años en el negocio. “Pasamos de tener 100 mil localizadores en las calles a tener 200 mil”, explica Ascencio Rosas.

Los factores a los que LoJack atribuye su crecimiento en un trienio son la sensación de inseguridad, la importancia patrimonial del coche en las familias y la alta incidencia de coches robados. Sus registros también indican que este delito afecta en la misma proporción a coches seminuevos y nuevos. “El robo sube y las aseguradoras han visto que la recuperación va a la baja. Por eso estamos creando acciones en conjunto para hacer frente al robo y elevar la recuperación a través de la localización de los coches”, agrega Ascencio.

Para las empresas de seguros este delito también se ha convertido en una oportunidad de crecimiento. Mientras que en 2011, 20% de los coches asegurados en el país eligieron a la empresa Quálitas, en 2016 esta cifra subió a 31%, lo que significa que uno de cada tres autos con seguro en México se unieron a sus filas, explica Noah Couttolenc, director general.

Para hacer frente a la alta incidencia de robos esta empresa tuvo que tomar medidas desde 2011 para evitar que su solidez financiera lo resintiera. “Aumentamos el deducible en la cobertura de robo para los autos de alto riesgo, como los de lujo y la instalación de GPS en unidades de transporte de carga que son muy vulnerables ”, agrega Couttolenc.

Las empresas aseguradoras tendrán que elevar las primas de las pólizas de seguro en corto plazo para contener los pagos por robo a sus clientes, más si estos van en aumento, puesto que al año pagan encima de 10 mil millones de pesos por indemnizaciones de robo de autos, asegura Marco Ascencio.

Cifra negra es baja

Minutos después de que los delincuentes se llevaran el auto de Axel, cuatro patrullas llegaron a las afueras de su domicilio. Los asaltantes tenían menos de dos minutos de haber huido. Este hombre de 29 años les indicó la ruta de escape y los detalles de su coche, pero los policías sólo querían saber su nombre y su edad.

El segundo paso fue ir al Ministerio Público. Ahí una nueva pared burocrática aminoraba la intensión de Axel de levantar su denuncia. “Uno de los agentes me dijo directamente: ‘Ese coche no lo vas a recuperar, ni tiene caso que iniciemos investigación’. Pero para que el seguro me pagara fue necesario hacer todo el papeleo”.

El número de registros de autos robados tiene una estimación muy cercana a lo que ocurre en la realidad, afirma Wertman Zaslav. “La cifra negra en el robo de vehículos es menor, por la obligación de levantar la denuncia para efectos del seguro del auto, aunque disminuir este delito implica mucho más que reportar cero casos o 10”, añade el especialista.

La familia Corona estaba a meses de terminar de pagar el Versa azul cuando los delincuentes se lo llevaron. Lo único que les quedó fue una sensación de inseguridad continua. “Desde ese día cuando llego a casa primero me detengo en la esquina y observo a todas partes. El coche que ahora tengo no es tan comercial, para evitar llamar la atención. A veces, siento que alguien está a mis espaldas, al acecho”, concluye Axel.

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