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El tequila no sólo es reconocido a internacionalmente por el perfeccionamiento en los procesos de destilación y almacenamiento que le han dado el nivel de bebida gourmet, sino que su producción ha sido infiltrada por los cárteles del narcotráfico.
Desde el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) hasta el ex gobernador de Tamaulipas Tomás Yarrington Ruvalcaba han lavado sus millones de dólares en destilerías dedicadas principalmente a la producción de tequila blanco y reposado.
La marca Tequila Honor, cuya imagen fue la actriz Kate del Castillo, fue investigada por las autoridades para identificar si su producción había sido financiada con dinero del Cártel de Sinaloa, específicamente de su líder Joaquín El Chapo” Guzmán.
Según consta en las investigaciones realizadas por la Procuraduría General de la República (PGR), Guzmán Loera presuntamente tuvo en sus manos un ejemplar del destilado que le fue obsequiado por la misma Kate del Castillo el día que se conocieron.
Tequila Honor LLC informó posteriormente que el producto había sido “exclusivamente financiado por sus fundadores, un grupo de expertos en desarrollo de marca”, quienes eran encabezados por René Valdez, director ejecutivo de la compañía.
En México la producción del tequila tiene más de 100 años de antigüedad, sólo cinco estados de la República tienen denominación de origen que les permite sembrar agave azul tequilana Weber, planta de la que deriva el tequila, para producir el destilado.
Se trata de Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Tamaulipas; cuatro de ellos tienen fuerte presencia de cárteles como el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Golfo, el Cártel del Pacífico, la Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios y Los Zetas.
Es por ello que en los últimos años una de las industrias que llamó la atención de los cárteles fue la tequilera, puesto que se requiere tener terrenos de extensas superficies para el cultivo del agave azul e incluso invertir en máquinas para destilar, por lo menos una vez el aguamiel, para celebrar convenio con el Consejo Regulador del Tequila y entrar al negocio.
El negocio no solamente implica la producción del destilado, sino también el aprovechamiento total de la planta, puesto que sus hojas se aprovechan para fabricar telas, ixtle, techumbres; el mosto, corazón del agave del que se extrae el aguamiel, también se comercializa como dulce; con la miel de agave se han fabricado productos bajos en azúcares para pacientes con diabetes, entre otros.
Tequilas como Onze Black, vinculado con el Cártel Jalisco Nueva Generación, y Honor, de Kate del Castillo, solamente se comercializan en Estados Unidos, lo que facilita el blanqueo de dinero sin que las autoridades mexicanas puedan hacer mucho al respecto porque si la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no puede detectar actividades financieras irregulares, no puede denunciar ante la Procuraduría General de la República.
El de los Arellano Félix
El primer tequila detectado por las autoridades estadounidenses por sus vínculos con el crimen organizado fue el Tequila 4 Reyes, puesto que su distribuidor autorizado era José de Jesús Arias Bañales, quien operaba en Tijuana, Baja California, para el Cártel de los Arellano Félix.
El Consejo Regulador del Tequila (CRT) no lo incluye en su lista de marcas certificadas.
Según las fichas del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, desde el año 2006 Arias Banales fue identificado como socio comercial de Nancy Karina Rocha López y Federico Carlos Torres Ramírez, operadores financieros de Lorenzo Arce Flores, quien se dedicaba a lavar dinero para Jesús Abraham Labra Avilés, Chuy Labra, señalado como el cerebro financiero del cártel.
Labra Avilés, uno de los lavadores más famosos de los Arellano Félix, fue sentenciado a 40 años de prisión por un juez federal en California, por los delitos de posesión y tráfico de cantidades menores de droga.
Se le vinculó a la introducción de 10 toneladas de droga a Estados Unidos vía aérea en 1995; aportación de recursos económicos para el cártel, fomento al narcotráfico, portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y fue extraditado en diciembre de 2008.
El juez que llevó su caso retiró los cargos en su contra por lavado de dinero del narcotráfico y asociación delictuosa, los cuales le fueron imputados por un gran jurado federal en 2003.
En noviembre de 2004, el gobierno de Estados Unidos incluyó el nombre del Chuy Labra como integrante del Cártel de los Arellano Félix, que entonces era considerado como una de las organizaciones más fuertes y violentas del narcotráfico en América.
El cártel es liderado por Juan José Esparragoza Moreno El Azul, hoy prófugo, quien se inició en el negocio de la droga en el Cártel de Guadalajara desde finales de los años 70 y hasta mediados de la década de los 80. En los 90 fue uno de los miembros principales del Cártel de Juárez, liderado por Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos.
El Viejo Luis
Fue hasta 2013 que otro tequila apareció en la lista negra de Estados Unidos. Se trata del tequila El Viejo Luis, producido por la tequilera Casa El Viejo Luis Distribuidora, que en septiembre de ese año fue señalada junto con cinco empresas más por sus vínculos con el Cártel de los Güeros.
Esa organización, según las indagatorias de Estados Unidos, opera en Guadalajara, Jalisco, y es señalada como responsable del transporte de toneladas de droga a la Unión Americana.
Las empresas son propiedad o son controladas por Los Güeros, indicó el Departamento del Tesoro, y son sospechosas de ser utilizadas para lavar el dinero producto del narcotráfico.
La tequilera fue fundada en el año 2000 y, según la base de datos de marcas registradas ante el CRT, ya no figura en la lista.
Desde ese año, los líderes de la organización, Esteban y Luis Rodríguez Olivera, fueron acusados por el Distrito Este de Nueva York de tráfico de drogas y lavado de dinero.
En la acusación se detalla que entre 1996 y 2008 el Cártel de Los Güeros se dedicó a la importación de más de 100 mil kilogramos de cocaína a Estados Unidos.
En 2007 los hermanos Rodríguez Olivera también fueron acusados por la Corte Federal de Distrito, en el Distrito de Columbia, por narcotráfico, debido a que en 2006 la Marina Armada de México realizó un decomiso por más de cinco toneladas de cocaína y los detuvo. Posteriormente, fueron extraditados a Estados Unidos.
La tequilera vinculada a Los Güeros también producía el tequila El Valentón, para su comercialización en México y en Estados Unidos, pero sus finanzas eran manejadas por Grupo Comercial Rool, S. A. de C. V., otra de las empresas congeladas por el Departamento del Tesoro en la misma acción en la que señaló el producto Casa El Viejo Luis
El de la botella negra
Dos años después, en septiembre de 2015, la Oficina del Tesoro del Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) designó al Tequila Onze Black como una de las marcas vinculadas al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Según el Departamento del Tesoro estadounidense, la producción del destilado en variaciones de blanco y reposado, proporcionaba apoyo financiero y era controlada por el CJNG, que a principios de ese año fue incluido en la lista de cárteles de la droga.
Desde 2015, el gobierno de Estados Unidos señaló al CJNG como una organización que utiliza la violencia generalizada y la corrupción como herramientas para convertirse en una de “las más poderosas organizaciones de tráfico de drogas en México”.
La mayor parte de las empresas vinculadas a ese cártel están en Guadalajara, Jalisco, y fueron detectados además restaurantes de comida japonesa en Puerto Vallarta y la capital tapatía; también se hallaron un negocio de alquiler de cabañas en Tapalpa, una empresa de publicidad y una empresa agrícola.
Los líderes del cártel son Nemesio Oseguera Cervantes El Mencho, quien actualmente se encuentra prófugo de la justicia, y Abigael González Valencia, detenido por autoridades mexicanas en febrero de 2015.
La organización opera con un brazo financiero que es el de Los Cuinis, que también ha manejado el dinero del Cártel Jalisco Nueva Generación en sectores de la economía como el turístico, los transportes y, principalmente, las compañías inmobiliarias.