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En Puebla, los chupaductos, también conocidos como huachicoleros, utilizan automóviles y camiones robados para trasladar la gasolina que extraen de forma ilegal de los ductos de Pemex localizados en la entidad, así como de estados colindantes.
Para ellos el robo de autos es una etapa clave de su esquema de operación que no sólo abarca al Triángulo Rojo (conformado por las localidades de Acajete, Tepeaca, Acatzingo, Quecholac, Tecamachalco y Palmar del Bravo).
Datos oficiales de las autoridades de seguridad en esta entidad indican que también operan en los municipios de Puebla, San Martín Texmelucan, Atzinzintla, Esperanza y Amozoc, lugares que por su geografía crean una ruta de conexión entre la Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla y Veracruz.
Si bien las autoridades federales advirtieron de manera general que la gasolina robada de los ductos de Pemex es trasladada en vehículos robados, hasta el momento se desconoce con precisión cómo ocurre.
Por esa razón EL UNIVERSAL sistematizó la información oficial difundida por autoridades de seguridad pública en los meses de marzo y abril y cruzó estos datos con estadísticas de Plataforma México. El resultado señala con precisión cómo es que los grupos criminales hicieron del robo de automóviles particulares un modus operandi indispensable en la realización de este delito federal, ya que sin vehículos la gasolina no podría llegar a ningún punto de distribución ni venta ilegal.
Marcas, modelos y placas
No es un sólo modelo o marca. Hasta ahora son 26 tipos de vehículo que la policía estatal, federal, militar y elementos del área de seguridad física de Pemex, han detectado como consecuencia de los operativos conjuntos que realizan. En ocasiones los autos han sido encontrados en flagrancia, en el momento del traslado; otros, cuando son abandonados, después de haber sido utilizados.
Al parecer estos vehículos no fueron seleccionados al azar. Mientras una banda dedicada exclusivamente al robo de automóviles elegiría unidades último modelo, de ciertas marcas o tipo de autopartes, los huachicoleros tienen otra visión. No eligen carros estéticos, sino autos de buen tamaño, con antigüedad, gran capacidad de carga, usados para el trabajo pesado y condiciones todo terreno.
De la marca Chevrolet, los chupaductos utilizan con frecuencia la camioneta Pick up, a la que instalan redilas; también Suburban, Silverado y Custom, que salieron al mercado entre 1995 y 2010. En cada uno de estos vehículos las autoridades encontraron bidones de gasolina en los que en promedio caben entre 500 y mil 500 litros de gasolina.
Los modelos más pequeños han sido utilizados, como el Chevy de inicios de siglo, para el traslado de bidones medianos de gasolina de 50 o 20 litros.
Con esas mismas similitudes han utilizado vehículos de la marca General Motors, su modelo S10; así como Ford, con las camionetas F-600 y F-150, a las que pueden o no, adaptar redilas. La policía las ha encontrado abandonadas con gasolina o bidones vacíos que cargan un promedio de 2 mil litros por unidad. Lo mismo sucede con la marca Dodge, particularmente con su modelo RAM.
Voyager, Econoline y Ecosport (por ser camionetas cerradas) son usadas para bidones de 50 litros con la intención de pasar inadvertidos ante las autoridades. La camioneta Nissan Estaquitas ha sido empleada con el mismo fin. Al Tsuru le dan el mismo uso que el Chevy.
La marca Volkswagen también se ha visto afectada, puesto que sus modelos Beetle, Pointer, Bora, Passat, Jetta y Pointiac han sido robados. Algunos de ellos son recuperados. Otros, encontrados como una alternativa más pequeña para el traslado de combustible.
Según la información analizada, cada auto puede (en promedio) traslada de tres a cinco bidones de 20 litros, con los que podrían llenarse dos autos. Ante la necesidad de mover cantidades mayores de gasolina, los delincuenciales recurren al robo de vehículos más grandes como camiones de pasajeros y microbuses, con los que trasladan en un solo viaje, de 7 mil a 27 mil litros de combustible.
Esto incluye el robo de camiones de carga pesada o ligera (de 3.5 a 10 toneladas), como los tracto camiones con remolque, pipas de agua, camiones torton, de volteo, marca Ken worth e Isuzu modelo Elf 200.
El 5 de marzo en la localidad de San Salvador Chachapa, perteneciente al municipio de Amozoc, las autoridades hallaron un microbús con bidones que llevaban en total 4 mil 800 litros de gasolina. El 20 de se mes en la colonia El Naranjo (del mismo municipio), la policía encontró una pipa que en lugar de contener agua llevaba 7 mil litros de gasolina.
El 18 de abril en el municipio de Tochimilco (límite con Morelos), la policía recuperó un camión Kenworth color rojo con 700 litros de combustible.
En este mapa delictivo San Martín Texmelucan ocupa un papel relevante por su cercanía con el poliducto Minatitlán-México. Por eso uno de los hallazgos más importantes ocurrió en la colonia La Cruz (13 de abril) donde se detectó un inmueble que servía como depósito de combustible robado. Allí ha sido encontrado un elevado número de camionetas y autos robados, con o sin bidones de gasolina. En marzo pasado fueron hallados 25 vehículos, mientras que en abril fue un promedio de 15.
Ninguno de estos municipios pertenece al llamado Triángulo Rojo donde se ha concentrado la mayor información periodística. Pero eso no significa que en los seis municipios que lo conforman, no haya otros hallazgos preocupantes como otro inmueble que la policía encontró el 4 abril en Quecholac, donde encontraron una pipa y una camioneta con gasolina. Ubicaron camiones Torton, así como de volteo y hasta un tractocamión marca Internacional que llevaba varios bidones de gasolina ocultos entre grava y materiales de construcción. Un camión Isuzu Elf 200 (con capacidad para dos toneladas de peso) que fue robado y encontrado el 21 de abril con otros 17 vehículos más, en los municipios de Tecamachalco y Palmar del Bravo.
Las autoridades saben que estos vehículos fueron robados en los últimos meses o años porque cuentan con reporte de robo en la Plataforma México. La información analizada señala que algunas camionetas recuperadas en marzo fueron robadas en diciembre; otras más en febrero y marzo pasado y recuperadas en abril.
Hay otras cuyo reporte de robo data de mayo de 2014. Muchas no fueron reportadas como robadas, probablemente porque sus propietarios consideraron que eran camiones tan viejos que no podrían ser de utilidad para alguien.
En la investigación realizada por EL UNIVERSAL se encontró que, por su lugar de origen, los vehículos robados tienen placas de Puebla y de entidades colindantes como Veracruz, Tlaxcala, Estado de México, Ciudad de México, Guerrero y Oaxaca.
Eso apunta a que estos vehículos fueron robados allí, o bien, en su tránsito por alguno de estos estados. Paradójicamente, fueron hallados autos de entidades más distantes como Jalisco, Chihuahua y Baja California.
También fueron encontrados en otras no tan lejanas como Guerrero y Querétaro. Sin embargo, resalta la presencia de vehículos procedentes de estados en los que las autoridades afirman que el robo y venta de combustible no es tan grave, como Tamaulipas y Guanajuato.