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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Morelia, Mich.— El asesinato del párroco de Janamuato, José Alfredo López Guillén, no fue una acción de la delincuencia organizada o un ataque a la Iglesia católica, sino a un conflicto de convivencia entre particulares, aseguró el procurador de Justicia de Michoacán, José Martín Godoy Castro.
El fiscal argumentó que de acuerdo con las investigaciones, la noche del 19 de septiembre el padre José Alfredo se encontraba en la casa parroquial acompañado de dos personas identificadas como Vicente y Francisco.
La directora de Comunicación Social de la Procuraduría General de Justicia, Magdalena Guzmán Rosas, afirmó que no tienen información de que los dos implicados en el homicidio del sacerdote sean militares. “La única información que te puedo confirmar es la que se hizo pública y que dio a conocer el procurador”. Consultados por EL UNIVERSAL, mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional en Michoacán confirmaron que los detenidos no pertenecen a esta institución.
Hay versiones de autoridades que no quisieron revelar sus nombres, de que se trata de elementos castrenses.
Sin detallar los motivos, Godoy Castro informó que el religioso y las dos personas que lo acompañaban tuvieron un altercado en el que los delincuentes sometieron al cura, lo maniatado, lo introdujeron a uno de sus dos vehículos; la otra unidad también fue sustraída del inmueble y huyeron del pueblo de Janamuato con rumbo al municipio de Zináparo.
Sin embargo, al salir de la localidad, los dos jóvenes pararon en el predio conocido como Las Guayabas, donde mataron al cura de cuatro balazos.
Después se dirigieron al municipio de Zacapu, pero en Villa Jiménez el neumático de una de las camionetas se ponchó, y dejaron el vehículo.
Tras abandonar la camioneta dañada, los inculpados continuaron hacia Zacapu pero sufrieron otro percance en la localidad de Santa Fe de la Laguna y optaron por abandonar el vehículo.
El procurador dijo que la desaparición del sacerdote no se trató de un secuestro y su asesinato no está relacionado a la delincuencia organizada.
Los presuntos son identificados como Vicente y Francisco, quienes ya fueron recluidos en el Centro de Reinserción Social del municipio de Zamora. Según Godoy Castro, ambos robaron algunas pertenencias y los vehículos del cura.
El párroco fue encontrado sin vida en un paraje de la comunidad de Janamuato conocido como Las Guayabas, donde a decir de la procuraduría estatal, llevaba cinco días de hacer sido ejecutado a tiros. El crimen fue confirmado por el cardenal Alberto Suárez Inda, quien denunció la desaparición de su párroco.
El cuerpo del religioso fue encontrado maniatado, envuelto y en estado de descomposición, según la PGJM.
Al conocer la noticia, pobladores de Janamuato aseguraron que el padre López Guillén era una persona íntegra, seria, entregada a su labor sacerdotal y comprometida con los jóvenes de su comunidad para inhibir el alcoholismo y la drogadicción. Hasta el momento, la Arquidiócesis de Morelia no ha fijado algún posicionamiento con relación a la captura de estos dos jóvenes, como presuntos responsables del crimen.
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