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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
En Culiacán, Sinaloa, la Secretaría de Gobernación identificó que los jóvenes dejan sus familias para vivir en casas de seguridad en las que trabajan para el crimen organizado.
Según el Diagnóstico Integral del Municipio de Culiacán, Sinaloa, 2016, realizado por la Segob en el marco del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (Pronapred), en poder de EL UNIVERSAL, poco se habla de los jóvenes que no viven con sus padres por su relación con el crimen organizado.
“Poco se habla de este problema, ya que algunos de ellos [jóvenes que no viven con sus padres] se dedican a actividades ilícitas relacionadas con la delincuencia organizada; es decir, se van a vivir a casas de seguridad en las que prestan sus servicios en diferentes modalidades”, detalla el diagnóstico en el que se estudió la violencia en el municipio durante 2015.
Según el documento, 39.16% de los jóvenes en Cualiacán no viven con su padre y 15.15% no viven con su madre, por lo que el promedio es 27.15%. En el estado la proporción es de 37.2% para quienes no viven con su papá y 13.18%, con su mamá.
Los habitantes de Culiacán, Sinaloa, lidian diariamente con los conflictos entre cárteles, padecen la prostitución, la drogadicción y la violencia familiar. Además, entre los jóvenes hay un alto consumo de drogas y alcohol, destaca el diagnóstico.
“En el municipio de Culiacán se concentra la mayor parte de la población del estado; en consecuencia, los problemas sociales tienen una dimensión más amplia, a esto se agrega un ingrediente en materia de seguridad, el hecho de que también los cárteles del narcotráfico mantienen una presencia importante en esta zona.
“Efecto de esto es la venta de estupefacientes al menudeo en las colonias de la ciudad. Los homicidios relacionados con esta actividad no se conocen con certeza; sin embargo, para el año 2015, según la Procuraduría General de Justicia del estado, se registraron 441 homicidios dolosos. Es por ello que el problema se presenta en todo el municipio”, explica el documento.
En Culiacán, el pasado 30 de septiembre, un convoy del Ejército con una ambulancia que trasladaba desde Badiraguato a una persona herida fue emboscado por un grupo armado, dejando un saldo de cinco muertos y 10 militares heridos.
Autoridades de seguridad pública estatal informaron que por la evidencia en el lugar, cerca de las 03:45 horas varios hombres armados que viajaban en ocho camionetas utilizaron fusiles Barrett calibre 50, y granadas para emboscar a los militares.
Luego de la recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, las rivalidades entre Fausto Isidro Meza, conocido como El Chapito o El Chapo Isidro, y Aureliano Guzmán Loera El Guano, hermano de El Chapo por el control del territorio han aumentado en los últimos meses.
El diagnóstico de 2015, que analiza datos de 2014, destacó que es posible que el origen de problemas como los asaltos a mano armada, robo a casa habitación o asaltos a proveedores de mercancía sea la marginación y desigualdad que existe por parte de las autoridades municipales hacia los mismos pobladores.
“Por si fuera poco este dilema, se le suma el alto índice de desempleo, el número creciente de ninis y delincuencia organizada, entre otros”, añade.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SENSP) indican que en el municipio, 349 de los homicidios dolosos ocurridos en 2014 fueron con arma de fuego; en todo Sinaloa se registraron 986 homicidios dolosos.
En 2015, de los homicidios dolosos ocurridos en Culiacán, 389 fueron con arma de fuego y ese año, todo el estado registró 993 homicidios dolosos; es decir, un aumento con relación a lo reportado en el año anterior.
En apariencia, esa tendencia no tendrá variación este año, puesto que hasta el 31 de agosto fueron registrados 220 homicidios con arma de fuego en Culiacán y 720 homicidios dolosos en todo el estado.
“Como resultado de la violencia que ha azotado al municipio, ha disminuido la confianza y tranquilidad entre los habitantes, dando lugar a que el tejido social se fracture y las redes de apoyo, especialmente entre personas no familiares, sino vecinos, sean menores que en tiempos pasados, lo que afecta el cuidado y atención de los infantes, especialmente de familias monoparentales”, afirma el documento de 2015.
A pesar de que la Segob refirió en el diagnóstico de 2015 que existía tranquilidad entre los habitantes, en términos de seguridad, en el documento de 2014, con datos del año anterior, reconoce que Culiacán es un municipio de alto riesgo.
“Culiacán es un municipio de alto riesgo. La problemática delictiva denota la presencia del crimen organizado y el control que ejerce respecto del tráfico, trasiego y venta de drogas que se comercializan dentro y fuera del país. Y mucho más que eso, permea en las actividades cotidianas de la población, que incorporan a sus hábitos al presenciar retenes, decomisos, escuchar sirenas y resguardarse a piedra y lodo en el interior de sus hogares.
“Se sabe que la violencia es usada por los grupos criminales como un recurso para controlar el territorio y amedrentar tanto a la ciudadanía como a las autoridades responsables de la seguridad y la justicia en el estado y particularmente en este municipio”, indica el diagnóstico.
Acusa la participación de familias enteras, concretamente en el narcotráfico; abundante mano de obra para la siembra y cosecha de amapola y marihuana y su ubicación geográfica que facilita las actividades del narco.
“El municipio es puente aéreo con cárteles colombianos y uno de los puentes internacionales más importantes por los que cruzan mujeres centroamericanas, quienes son prostituidas en burdeles, casas clandestinas y bares en la frontera norte de nuestro país con Estados Unidos”, señala.