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La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha aplicado su estrategia de movilización-negociación-movilización para presionar al gobierno federal a que suspenda la reforma educativa. La táctica que ha utilizado desde su nacimiento, hace 37 años, es cíclica y consiste en mantener protestas, marchas, bloqueos carreteros, enfrentamientos, toma de gasolineras y cierre de “empresas transnacionales” cuantas veces sea necesario, porque el momento de repliegue se determina, no importa cuánto se obtuvo de las demandas reales.
Así lo establece en su Documento Orientador para el Brigadeo 2016 con agregados, el cual señala que la postura de la CNTE será exigir el cumplimiento de las demandas de los trabajadores, “así como la defensa de la educación pública y la exigencia permanente de justicia para el pueblo de México, haciendo uso de su táctica movilización-negociación-movilización, particularidad esencial de la misma”.
La CNTE nació en Chiapas, el 17 de diciembre de 1979, durante el Primer Foro Nacional de los Trabajadores de la Educación, Organizaciones Democráticas del SNTE, convocado por grupos de maestros disidentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
En sus antecedentes se alimentó de la inconformidad de profesores de Chiapas, Tabasco, Guerrero, Quintana Roo, Estado de México, Yucatán, Querétaro, Morelos y la región de La Laguna que demandaban al gobierno federal descongelar sus gratificaciones, aumentar las plazas para normalistas, rezonificación salarial, pago de salarios a miles de trabajadores de la educación que acumulaban un año sin haber cobrado, incremento salarial para los docentes con plazas estatales y reconocimiento de su antigüedad laboral.
Fortalecida y organizada la disidencia, en 1989 se convirtió en una pieza clave para destituir al entonces dirigente del SNTE, Carlos Jongitud Barrios, quien fue relevado por Elba Esther Gordillo Morales, quien estuvo al frente de la organización hasta 2013.
La coordinadora inspiró su movimiento en las revoluciones socialistas del siglo XX (Revolución de Octubre de Rusia, en 1911; Revolución China de 1949, y la de Albania en 1946) y el pensamiento de sus grandes ideólogos (Carlos Marx, León Trotsky, Mao Tse Tung y Lenin).
Según sus principios rectores, desde su nacimiento, la función de la coordinadora es destruir al “charrismo” y al sistema capitalista, y luchar contra la burguesía. Para lograrlo “antepone la movilización en la negociación de sus pliegos petitorios (...) no concilia ni trata de armonizar con el enemigo”, y la burguesía y el Estado son sus principales enemigos.
Para el experto en el movimiento magisterial oaxaqueño, Samael Hernández Ruiz, es parte de la sicología de la disidencia magisterial. Esta es la razón por la cual la CNTE rechaza cualquier tipo de negociación que no sea con ella (aunque implique cambios sustantivos a la reforma educativa, como el rediseño de la evaluación docente que aprobó la Secretaría de Educación Pública), y también es la base de su principal táctica.
“Esta estrategia es en sí un procedimiento mediante el cual se moviliza a la base sindical de forma permanente. La dirigencia sabe que la base sirve para impulsar, radicalizar la movilización: no para detenerla, es para que haya avances más rápidos en un sólo golpe. La negociación no es para calmar o para que apague, sino para que haya avances más fuertes en la movilización, para que se vuelva más radical. Esa es la estrategia”.
Así se toman las decisiones en la CNTE
La estructura de organización de la coordinadora se puede entender en dos niveles: nacional y las que se integran en secciones sindicales, siendo su base estatal más compleja la Sección 22 de Oaxaca, por ser también la que tiene mayor número de afiliados en el país.
Las diferentes secciones de la disidencia magisterial funcionan como una pirámide, cuya base está en el principio de representatividad y coordinación, esto quiere decir que las decisiones se toman desde las “bases, el maestro en el aula, en las escuelas”, y van subiendo hasta la Asamblea Nacional Representativa, el máximo órgano formado por un grupo de dirigentes representantes de las diferentes secciones que son quienes establecen los lineamientos políticos.
La ANR analiza, discute y va bajando sus propuestas y conclusiones a las bases. Es por eso que las decisiones no se toman inmediatamente ni de manera vertical, y son producto de un proceso de consulta que puede llevar desde algunos días hasta una semana.
Desde su sexto Congreso Nacional, que se celebró en 2009, la coordinadora determinó que su método principal de organización es el “centralismo democrático” y sus principios más importantes son: las decisiones y la autoridad que emanan de las bases; que la estructura organizativa obedece a un mando centralizado en el que “las mayorías respetan a las minorías y éstas acatan las decisiones de aquéllas”, y la “permanente” relación entre las bases y la dirección, señala el documento celebrado en esa reunión.
Basado en un primer momento en la estructura organizativa del SNTE (de donde surgió la coordinadora), el máximo órgano de representación de la disidencia es el Congreso Nacional, en el cual participan entre mil 500 y mil 600 delegados de todas las regiones y escuelas (designados en las coordinadoras estatales), y donde se discuten y establecen los principios y documentos rectores de la CNTE.
Después siguen la Asamblea Nacional Representativa (ANR) de la CNTE, donde participan los dirigentes seccionales y representantes regionales de las entidades donde la coordinadora tiene presencia. La Asamblea Nacional Representativa Ampliada, que aglutina a los movimientos emergentes afines y no afines a la CNTE (y se convoca sólo cuando la ANR lo determina).
Siguen los foros políticos de la CNTE, y la Dirección Política Nacional (DPN), donde participan los representantes de los diferentes contingentes de la CNTE.
La organización de la coordinadora se estructura hasta llegar a las bases y así es como se explica que la información que se genera en la Ciudad de México, por ejemplo, en el marco de las mesas de negociación con el gobierno federal, llegue a todo el país.
El siguiente órgano en la estructura del magisterio es la Comisión Permanente, que es rotativa y está integrada por las comisiones de organización, finanzas, prensa y propaganda, política e ideológica, de relaciones, de educación alternativa, jurídica y de derechos humanos, de gestoría y conflictos.
Esa división para operar a nivel nacional se multiplica en cada una de las secciones estatales, y de ahí hacia las coordinadoras regionales o municipales, hasta llegar a los representantes de cada centro de trabajo.
A fin de difundir sus estrategias y ampliar el número de seguidores en el país, conquistar adeptos en otras secciones sindicales, la ANR financia a la Instancia de Coordinación Nacional, un grupo conformado entre 15 a 25 representantes de diversas secciones sindicales que viven en la Casa Oaxaca, en la Ciudad de México, por un determinado tiempo y esa figur es totativa.
Desde ahí viajan a todo el país para llevar “la propuesta educativa de la CNTE”. Una de sus principales encomiendas es asesorar sobre cómo organizarse, extenderse y negociar con las autoridades a otros movimientos magisteriales independientes, con el objetivo de ayudarlos a crecer y que luego se incorporen a la coordinadora. Así es cómo la CNTE ha logrado adeptos en entidades como Puebla, Morelos y Veracruz, entre otros, en donde el “movimiento magisterial” simpatizante de la coordinadora ha crecido.
También pasó, por ejemplo, en 2013 y en 2015, cuando surgió la coordinadora en Yucatán y Tabasco, entidades donde su presencia era casi inexistente y donde ahora toman relevancia.
La Comisión Nacional Única de Negociación (CNUN) forma parte de la Comisión Permanente y se integra por temas específicos. Desde 2013 lleva las negociaciones con el gobierno federal en el marco de la exigencia de abrogar la reforma educativa. Está conformada por 37 personas: los secretarios generales de las secciones de la coordinadora (Michoacán, Chiapas, Ciudad de México, Guerrero, Chihuahua, Sonora, Veracruz, Tabasco, Hidalgo, Morelos, La Laguna, Baja California, Baja California Sur, Querétaro y Puebla, entre otros), la mayoría son integrantes de las comisiones políticas estatales con más influencia, por orden: Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Guerrero.
En los plantones y movilizaciones, cada representación estatal designa sus propias comisiones que desempeñan un papel específico para realizar diversas labores que van desde la comisión de organización hasta la de limpieza y seguridad de un plantón nacional.
De la sección al plantón
Por ser la sección con mayor número de integrantes (81 mil según cifras del Comité Ejecutivo Seccional), la organización en la 22 es la más compleja. Este sistema, a menor o mayor escala, ha sido replicado en el resto de las entidades en las cuales se han ido haciendo ajustes dependiendo de la presencia del movimiento.
En su libro La sección XXII del SNTE —el cual todavía se encuentra en prensa, pero que se permitió a EL UNIVERSAL citar un fragmento—, Samael Hernández Ruiz explica que en Oaxaca, la coordinadora tiene un sistema de organización bastante definido.
Por ejemplo, derivado de “la compleja geografía de Oaxaca y la necesidad de garantizar el control de las bases”, señala el experto en su libro, la Sección 22 creó 37 coordinaciones sectoriales, cada una “agrupa a un conjunto de delegaciones sindicales cuyas zonas escolares se ubican en una región geográfica integrada, es decir, donde la comunicación entre las delegaciones es relativamente fácil”.
Las 37 coordinaciones sectoriales se agrupan en siete coordinaciones, una por cada región en que se divide el estado: Cañada, Costa, Istmo, Mixteca, Sierra, Tuxtepec y Valles Centrales; estas responden a una coordinadora estatal, la que conocemos como Sección 22.
De esta manera es como se va bajando la información a las bases, aunque la tecnología ha tenido un papel fundamental en la transmisión de la misma y de la ideologización. Actualmente, los profesores integran grupos de Whatsapp, donde comparten fotografías, información, alertas y los acuerdos que se toman en las asambleas estatales y nacionales.
Las decisiones se toman en asambleas que se realizan por niveles —según lo que explica el autor de La Sección XXII del SNTE—: asambleas delegacionales (llamadas “bases” o “masas”), sectoriales, regionales, de nivel (de acuerdo con los escalones educativos), una asamblea estatal y el prepleno (presidido por el secretario general del Comité Ejecutivo Seccional y delegados elegidos en asamblea, se efectúa cada dos años, después de la elección del Comité Ejecutivo Seccional, para evaluar a la dirigencia sindical en todos sus niveles).
La dirigencia de la CNTE se divide en el Comité Ejecutivo Seccional, conformado por 35 secretarios, desde el general, Rubén Núñez Ginez, y el de Organización, Francisco Villalobos Ricardez —ambos detenidos en el penal de Miahuatlán—, hasta el nivel más bajo, que es el presidente de la Comisión de Escalafón. Le siguen la Comisión Política; los niveles educativos (los representantes de los profesores de cada escalón educativo: educación inicial, preescolar, primaria, secundaria general, secundaria técnica, telesecundaria, educación indígena, media superior, educación especial, y educación física), y los funcionarios que la coordinadora tenía en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
La participación en los plantones y movilizaciones nacionales se da por regiones, donde cada una tiene la obligación de traer a determinado número de profesores a la Ciudad de México. Estando aquí, se organizan en comisiones que desempeñan un papel específico que va desde atender la cocina comunitaria, hasta cumplir con labores de limpieza (recoger basura en las manifestaciones) y vigilancia.
En las marchas, los integrantes de la Comisión de Vigilancia están encargados de acordonar y proteger a la “descubierta”, que es como se denomina a la vanguardia de la marcha o quienes la encabezan: los integrantes de la CNUN y la Dirección Política Nacional.
Sabe cuándo intensificar la protesta
Ellos evitan que ingresen personas ajenas o no acreditadas (últimamente se distinguen a través de gafetes), y cumplen algunas determinaciones; por ejemplo, durante el proceso electoral de junio de 2015 en Oaxaca, esta comisión estaba encargada de evitar la intromisión de los medios de comunicación, a los que llamaban “espías del Estado” y que tomaran fotografías o video.
La coordinadora plantea sus demandas, no en función de que puedan cumplirse, sino de ejercer presión para conseguir sentar a la autoridad a negociar; estas se llaman las “demandas bandera”. Uno de los ejemplos más claros es la exigencia de abrogar la reforma educativa: es legalmente imposible que en una mesa de negociación, el subsecretario de Gobierno, de la Secretaría de Gobernación, Luis Enrique Miranda Nava, acepte derogar la reforma educativa, puesto que cambiar la Constitución necesariamente requiere pasar por los congresos de la Unión y estatales.
Plantear esta demanda bandera es parte de la primera fase de la táctica, que implica realizar protestas para conseguir la atención de la opinión pública internacional o externa al conflicto. Una vez que esta atención se ha conseguido, se sigue presionando hasta que la autoridad acepta sentarse en la mesa de negociación. En esa mesa se plantean las demandas bandera, explica Samael Hernández, académico de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Las movilizaciones no ceden, continúan, y —en algunos casos— se refuerzan al margen de las negociaciones. Es cuando se plantean las demandas reales como liberación de presos políticos, entrega de plazas o de recursos, liberación de salarios retenidos. Una vez que se consigue la solución a estas demandas, el movimiento se repliega, lo que —hasta 2006— había coincidido con el término del ciclo escolar.
Si el conflicto entre el magisterio y el gobierno federal se resolviera en una pelea de box, esta táctica implicaría que la CNTE golpearía a la Segob hasta tenerla contra las cuerdas, y después seguiría golpeando aunque el réferi determine nocaut, ejemplificó Hernández Ruiz, quien fue asesor del IEEPO durante 14 años, entre 1996 y 2010. “Si tu contrincante te dice ‘ya párale’, significa que ya no puede pegarte, pero todavía no se ha caído. Si tú le haces caso y no lo sigues golpeando, se va a reponer; le tienes que seguir dando hasta que se caiga. Esto es lo que hace la negociación: quiere oír ‘ya párale’, pero es la señal para darle más duro”.
La táctica de movilización-negociación-movilización ha sido utilizada como moneda de cambio por la disidencia magisterial, en particular en Oaxaca, y no sólo para obtener el cumplimiento de sus demandas políticas, sino también de sus exigencias en materia económica. Cuando aún no entraba en operación la negociación única, el mecanismo de la reforma educativa mediante el cual se eliminaron las negociaciones salariales y contractuales entre las entidades y las secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en Oaxaca la CNTE utilizaba la suspensión de clases para presionar al gobierno estatal si no le parecían suficientes sus ofrecimientos.
“Luego de recibir el pliego petitorio el 1 de mayo”, señala un comunicado de prensa del gobierno de Oaxaca del 22 de mayo de 2012 , “su administración, conforme a lo convenido, entregó las respuestas el 14 del mismo mes; sin embargo, el magisterio las consideró insuficientes y decidió el inicio de un paro indefinido de labores (...) El Ejecutivo estatal recordó que desde el comienzo de la lucha magisterial, hace 32 años, la estrategia de la Sección 22 consiste en la movilización-negociación-movilización, por lo que su gobierno sigue abierto a encauzar esta manifestación por la vía del diálogo y el respeto al derecho de terceros”.
En esa entidad, en 2013, a fuerza de movilización-negociación-movilización la CNTE consiguió que la Federación y el gobierno de Gabino Cué le entregaran 115 millones de pesos para los Programas para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO) y de fortalecimiento a la estructura de los planteles educativos, además de la liberación de salarios retenidos.
En su Asamblea Nacional Representativa del pasado 13 de julio de 2016, la coordinadora planteó que acompañará las mesas de negociación (del 19 y 21 de julio) con acciones en los estados que deberán ser “contundentes, simultáneas y sincronizadas, recuperando el principio de movilización-negociación-movilización”.
Cuando uno conversa con los profesores en medio de una marcha o de un mitin, una cosa salta la atención: al mencionar que el gobierno federal acordó el diálogo o concedió una mesa de negociación con la CNTE, el interlocutor (sea quien sea) hace una corrección inmediata: “el gobierno no dio nada; la disidencia exigió, obtuvo, obligó. Esa es la sicología del colectivo: si la decisión se toma antes y se hace pública antes con el SNTE, aunque se dé la derogación de la reforma constitucional, la CNTE no va a estar de acuerdo con que se abrogue la reforma de esa manera. Esta es la sicología del colectivo: todo tiene que ser logrado por ellos, todo tiene que ser arrancado por ellos. Una negociación en la que todo se da, parece una concesión”, explicó Hernández Ruiz.
El 20 de julio de 2015, una alianza entre el gobierno local y la Secretaría de Educación Pública (SEP) consiguió anunciar y publicar en el Diario Oficial de Oaxaca (sin conocimiento previo de la CNTE) un decreto en el que se ordenaba la reestructuración del IEEPO y la expulsión del mismo de la Sección 22.
Entre más complejo, más maestros protestan
Una fuente del gobierno de Oaxaca explicó que —tal como se dio en 2015— la Sección 22 aplica su estrategia de movilización-negociación-movilización cada vez que se viene una exigencia importante o un encuentro difícil. Entre más complejo sea el contexto, más profesores saldrán a la calle y más radicales serán sus acciones.
Una de las partes fundamentales de las movilizaciones es la propagandística, “mostrar a la sociedad” que la lucha del magisterio se da en las calles y que es ahí donde éste obtiene sus beneficios. La lógica política, señala, es que los profesores consiguen la mesa de negociación por haberse movilizado. Mientras haya una mesa de negociación, de manera paralela va a haber protestas en las calles y entre más importante sea la temática que se cubra en las mesas, más radical será el plan de acción de la disidencia.
“Hubo algunos pliegos petitorios durante esta administración que se cumplieron antes del 15 de mayo, pero ellos tuvieron que marchar y plantarse en el zócalo (de Oaxaca) pese a que estaba resuelto. Es su misma organización. Va a ser muy difícil que ellos decidan no movilizarse porque es parte de sus principios. Aunque les den, va a haber otra movilización. Históricamente, mientras más se les da habrá una movilización más fuerte, porque ellos entienden que así sientan al gobierno y que así obtienen más. La movilización es su moneda de cambio siempre”, comentó.
Este es el escenario que plantean especialistas, en las mesas de negociación en la Subsecretaría de Gobierno de la Segob con la Comisión Nacional Única de Negociación de la CNTE y la cual hasta el momento no ha producido ningún acuerdo concreto.
Están montados en una ola de protesta, tienen apoyo de estudiantes y otras organizaciones, dice el investigador Carlos Ornelas.