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Uno de los halcones de Guerreros Unidos detenido hace una semana asegura que un grupo de más de 19 normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados y quemados en el basurero de Cocula, lo que concuerda con parte de la llamada “verdad histórica” sostenida por el ex procurador Jesús Murillo Karam.
Bernabé Sotelo Salinas, de 28 años, confesó a las autoridades que él viajaba en la parte trasera de la camioneta que trasladó a los estudiantes, y que permaneció en el lugar donde se habría hecho la pira de las 00:00 a las 18:00 horas del 27 de septiembre de 2014. “Al llegar al basurero refiere que bajó a los normalistas, unos 19 lo hicieron caminando, y al resto los tuvieron que bajar entre dos, pues estaban muertos”, señala un informe de la Procuraduría General de la República (PGR), al que tuvo acceso EL UNIVERSAL.
El nuevo testigo ha sido identificado como uno de los sicarios de Gildardo López Astudillo, El Gil o El cabo Gil, jefe de plaza de Guerreros Unidos, arrestado en septiembre de 2015.
El documento muestra que Sotelo Salinas, alias El Peluco, era chofer de transporte público, desde donde trabajaba como halcón (informante) de Guerreros Unidos, el grupo criminal que habría desaparecido a los normalistas. “[Sotelo] refiere haber llegado al lugar a bordo de una camioneta cerrada de 3 y media toneladas, blanca, conducida por el Memín, propiedad de Gilberto López Astudillo… Cita que en esa camioneta trasladaron a varios estudiantes, quienes iban esposados y acostados. Yendo él en la batea, Memín fue el que dialogó con los policías [municipales que se los entregaron] y dio instrucciones a las víctimas, ordenándoles que se acostaran uno sobre otro, mientras le dieron la orden de vigilarlos; cita otra camioneta Nissan, Estaquitas [la cual era llevada por Patricio Reyes Landa, El Pato]”, apunta el informe.
También se asienta que el hermano de Bernabé, detenido la semana pasada, reconoció que los sicarios de Guerreros Unidos asesinaron a los estudiantes en Cocula. Cruz Sotelo Salinas, alias El Oaxaco, comentó a las autoridades que luego de aquellos hechos no se supo nada de su hermano durante tres días, y cuando apareció les explicó que estaba “en disputa, y haciendo una limpia de los contras [Los Rojos]”, se lee en el documento oficial.
“A ellos como sicarios se les dijo que iba gente armada infiltrada en los camiones [donde iban los estudiantes], eran entre tres y cinco los que llevaban armas largas, y que se trataba de un grupo criminal antagónico”, señala el informe de la PGR.
Los hermanos Sotelo fueron arrestados junto con Mauro Taboada Salgado, de 40 años, a quien se le atribuye el asesinato del normalista Julio César Mondragón Fontes, quien fue desollado del rostro. A los detenidos les incautaron un fusil AR-15 con un cargador con 20 cartuchos útiles y una pistola 0.9 milímetros.
La versión de los nuevos testigos apunta a que no todos los estudiantes habrían llegado a Cocula. “Otro grupo, según El Gil, fue trasladado a la localidad de Tijeritas, rumbo a Taxco, en donde se encontraba el rancho de otro jefe de la célula, Víctor Hugo Benítez Palacios, alias El Tilo. “A quienes formaban parte de este grupo —según se lee en la declaración que rindió López Astudillo—, El Tilo los habría disuelto en ácido”, escribió Héctor de Mauleón hace unos días en su columna En Tercera Persona.