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Sin el liderazgo de Joaquín El Chapo Guzmán, el Cártel de Sinaloa opera como una empresa trasnacional con presencia en 54 países. Su red se extiende además del continente americano a Europa, Medio Oriente, Asia, el norte de África y Oceanía como resultado de que ha desplazado a grupos criminales o efectuado alianzas, indica información de la DEA, así como de especialistas consultados.
“De todos los cárteles mexicanos, el Cártel de Sinaloa tiene el más amplio alcance y extensión en Europa, Asia, Australia” y el resto del mundo, señaló Rodney Benson, jefe de inteligencia de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en una comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos.
Adicionalmente, señaló Benson, los narcotraficantes toman ventaja del vasto Océano Atlántico para moverse, sin obstáculos, al oeste de África y Europa. “Los traficantes sudamericanos y mexicanos han establecido alianzas con las organizaciones de tráfico de drogas del Caribe, las cuales les proporcionan transporte, seguridad, lugares para esconderse y otros apoyos logísticos necesarios para las operaciones de narcotráfico”, dijo.
El Cártel de Sinaloa, menciona la información del Departamento de Justicia, opera como un consorcio de empresas donde Joaquín Guzmán Loera no controla la organización de forma exclusiva desde hace 17 años, por ser uno de los criminales más buscados.
Como resultado, explica, el liderazgo fue dividido entre Ismael El Mayo Zambada García y Juan Esparragoza Moreno, El Azul, y después se establecieron nuevos sucesores, entre ellos Damaso López, El Mini Lic, y se definieron “gerentes” de regiones en Estados Unidos, México, Canadá y Sudamérica supervisados por los hijos de Guzmán Loera.
Michael Braun, ex jefe de Operaciones y administrador de la DEA, indicó que “hay evidencia creciente de que cárteles mexicanos también están involucrados en el embarco de cocaína a Europa, vía oeste y norte de África, y estarían también trabajando duro en crear ambientes permisivos en el oeste y norte de África para operar”.
Al respecto, la Policía Europea (Europol) reportó que desde 2007 los cárteles mexicanos, en especial el de Sinaloa, aumentaron el tráfico de cocaína a la Unión Europea vía España, con lo cual se reforzaron los controles, hasta que el año pasado inició la ola migratoria desde Medio Oriente, lo que redujo la supervisión en esa zona.
Las alianzas representan parte de la fortaleza del Cártel de Sinaloa, por lo que ha aplicado esa fórmula en Europa, África, Asia (donde se han registrado aseguramientos a la organización) y en Medio Oriente. En este último se asoció con organizaciones de tráfico de heroína y paga por el uso de rutas que son riesgosas, pero que aun así le dan ganancias, logrando que el tráfico sea rentable, agrega la información.
Investigaciones de la DEA e Interpol encontraron que África se ha convertido en el lugar de reuniones para alianzas, así como de mayores transbordos de precursores químicos que son enviados predominantemente por el Cártel de Sinaloa a diferentes países del continente americano.
La DEA encontró que el Cártel de Sinaloa utiliza a representantes de sus socios, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al oeste de África para establecer reuniones, a su nombre, en las cuales se negocia con traficantes de armas conocidos como “facilitadores sombra”.
Tales facilitadores, detalla la agencia antidrogas, son los encargados de realizar operaciones de tráfico de drogas, lavado de dinero, falsificación de documentos, control de rutas y contrabando de diferentes productos en diversas regiones de África, los cuales operan coordinadamente con los intermediarios del Cártel de Sinaloa.
Así, menciona, el Cártel de Sinaloa ha logrado alianzas con grupos locales para el tráfico y traslado de precursores, lo que le ha permitido extender sus operaciones en países como Mozambique, la República Democrática del Congo, Ghana, Nigeria y Sierra Leona.
Para Edgardo Buscaglia, investigador de la Universidad de Columbia, el Cártel de Sinaloa opera como una multinacional en 54 países a través de un sistema de franquicias o células especializadas en delitos, por lo que la recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán no afectará a esa organización.
“De la misma manera en que si se detiene al director de un banco éste seguiría operando, porque la institución es más importante que una cabeza. Con la detención de El Chapo no se han iniciado procesos para desmantelar a esa organización política, económica, patrimonial, ni socialmente”, opinó.
Actualmente, destacó, hay suficientes narcotraficantes mexicanos detenidos en EU como para desmantelar las redes patrimoniales del Cártel de Sinaloa, Los Zetas y del Golfo. “Los estadounidenses han trabajado lo que podían, pero requieren de cooperación judicial del lado mexicano”.