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politica@eluniversal.com.mx
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) detectó que el “aislamiento prolongado” en los centros penitenciarios de la República mexicana es una práctica “excesiva” como sanción para los internos, que produce situaciones anómalas y genera violaciones a sus garantías, lo que puede ocasionar severos daños en su integridad física y sicológica, porque su vida y desarrollo se ven trastocados por la falta de servicios, estímulos y contacto con el mundo exterior.
En el informe Recomendación General No. 22 sobre las Prácticas de Aislamiento en los Centros Penitenciarios de la República Mexicana de la CNDH, que fue enviado a la Cámara de Diputados, se constató que el aislamiento como corrección disciplinaria o como medida de protección fue aplicada a 20 mil 774 internos y se observó que esta condición muchas veces es utilizada de manera prolongada.
El documento busca que a través de estas recomendaciones, los gobiernos locales y federales eliminen las deficiencias detectadas en la aplicación del aislamiento, porque además de que generan violaciones a los derechos humanos, también provoca “una inadecuada rehabilitación y reinserción social”.
La CNDH detectó también que en las cárceles del país, a las personas que se niegan a consumir sus alimentos o los intercambian con otros internos, se les sanciona con la suspensión de estímulos y se les prohíbe, entre otras cosas, la visita familiar e íntima, llamadas telefónicas, recibir correspondencia y participar en actividades programadas de los centros penitenciarios, y esto se traduce, en muchas ocasiones, también en un aislamiento en su vida en reclusión.
La evaluación contenida en 34 cuartillas establece que esta situación no permite a los internos desarrollar plenamente sus actividades y tener contacto con otros individuos en el interior y provenientes del exterior.
Advierte que la escasez de personal de seguridad y custodia en diversas prisiones del país provoca que la población penitenciaria permanezcaaislada más tiempo en sus estancias de manera cotidiana, hasta por 22 horas al día, provocando trastornos en la salud síquica y física del interno que se encuentra en tal situación”.
Asimismo, se dio a conocer la existencia de deficiencias estructurales y de habitabilidad de lugares de aislamiento, lo que no permite un trato humano, digno y seguro al interno.
Segregados. En el documento se detalla que el Sistema Penitenciario Nacional se conforma de 387 centros de reclusión, de los cuales 285 dependen de los gobiernos estatales, 74 de autoridades municipales, 11 del gobierno del Distrito Federal y 17 del gobierno federal, incluyendo tres prisiones militares, y se observó que en “10 estados de la República mexicana el uso del aislamiento está establecido como instrumento de sanción en sus leyes de ejecución, mientras que en 22 entidades se encuentra en su reglamento”.
“Las medidas de aislamiento, cuando son utilizadas en exceso y en forma prolongada, son constitutivas de un trato cruel, inhumano o degradante, ya que pueden producir un detrimento en la salud física y sicológica del interno”, describe el documento.
El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, presentado anualmente por la CNDH, observó que en los 130 centros estatales penitenciarios varoniles, mixtos y de mujeres, así como en los 20 centros federales, existe “una problemática importante en torno a la sobrepoblación, hacinamiento y aislamiento, no reflejándose cambios significativos entre los años 2013 y 2014”.
Sin personal, se agrava. Describe que el eficaz funcionamiento de los centros de reclusión requiere de la presencia de personal suficiente, preparado y adecuado para ejercer sus funciones en la medida y atención que le corresponde.
Detalla que la plantilla penitenciaria debe conformarse con personal directivo, administrativo, de seguridad y técnico, este último integrado por las áreas médica, psicológica, social, jurídica, pedagógica y criminológica.
El 14 de octubre, EL UNIVERSAL informó que la sobrepoblación en las cárceles en México se agudizó en las recientes tres décadas por la falta de programas integrales que vayan más allá de la construcción de edificios.
Ruth Villanueva Castilleja, tercera visitadora de la CNDH, informó en esa ocasión que actualmente existe una sobrepoblación de 51 mil 621 reos en prisiones administradas por gobiernos estatales y el federal.
Esto agrava los problemas de hacinamiento, falta de gobernabilidad e insuficiencia en los servicios de alojamiento, lo que afecta la reinserción de la persona, añadió Villanueva.
Recomendaciones. El organismo autónomo propuso que en el Sistema Penitenciario Nacional se promueva la adopción de medidas legislativas, administrativas e institucionales, a fin de homologar la normatividad que regule la figura del aislamiento como sanción, siempre y cuando se hayan agotado otras medidas que resulten menos lesivas para las personas privadas de la libertad y de conformidad con lo determinado por el Consejo Técnico Interdisciplinario de la Institución, con una duración máxima de 15 días.
Además, que se implementen acciones en los centros penitenciarios para regular el aislamiento como internamiento cotidiano, cuando se trate de delincuencia organizada, y de aquéllos que requieran medidas especiales de seguridad.
También se pide que las administraciones del sistema penitenciario tanto federal como de las entidades federativas, realicen los ajustes presupuestales y administrativos a efecto de que se destinen los recursos humanos, materiales y financieros suficientes para que la plantilla del personal penitenciario sea acorde con las funciones necesarias para lograr la reinserción social de los internos y la seguridad del centro.