El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que investiga el caso Iguala, concluyó que los 43 normalistas desaparecidos no pudieron haber sido quemados en el basurero de Cocula, como señalan las investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR).
En conferencia de prensa, Francisco Cox, integrante del grupo independiente, dijo que se "llegó a la conclusión de que los muchachos no fueron incinerados en el basurero de Cocula".
Señaló que para quemar los cuerpos de los normalistas se hubiera necesitado quemar 30 mil 100 kilos de madera y 13 mil 300 kilos de neumáticos durante 60 horas.
"La llama se habría tenido que inclinar hacia el basurero, encendiendo todo el plástico, es un basurero más bien seco, y ahí se tendría que haber generado un incendio forestal, que hubiera quemado esa zona", dijo.
Señalaron que el conflicto causó 180 victimas directas, seis ejecuciones, 40 heridos, 43 desaparecidos, 80 perseguidos y 700 familias afectadas por el miedo.
El Grupo Interdisciplinario consideró que los testimonios de los presuntos involucrados en el caso, y en los que se basa la versión de la PGR, “no son fiables”.
Los expertos detallaron que hasta antes de la agresión, había reportes del C4 de los movimientos de los normalistas y que durante la agresión ya no hubo reportes.
Dijeron que los sobrevivientes aseguraron que la Policía Federal y el Ejército sí tuvieron conocimiento del ataque a los normalistas.
Informaron que se emitieron 20 recomendaciones sobre el caso, y pidieron que se realice una nueva investigación considerando otros delitos que se pudieron haber presentado, y que se tomen en cuenta otras declaraciones, datos de balística, tortura y la responsabilidad de mas cuerpos de seguridad, además de la detención de Felipe Suárez.
En enero pasado, el entonces procurador general, Jesús Murillo Karam, presentó un informe que calificó como de “verdad histórica”, en el que señaló que la noche del 26 de septiembre los normalistas fueron "privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al río. En ese orden”.