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politica@eluniversal.com.mx
México se encuentra en un serio problema de seguridad nacional, debido a que su frontera sur está junto a los países más violentos del mundo, sin estar en guerra: Guatemala, Honduras y El Salvador, asegura quien hasta la semana pasada fuera el titular de la Coordinación para la Atención Integral de los Migrantes en la Frontera Sur, Humberto Mayans Canabal.
El que fuera llamado el zar de la migración recibió a EL UNIVERSAL en la Secretaría de Gobernación, donde anuncia su regreso al Senado, al cierre del órgano del cual fue titular y que se encargó de la crisis de menores migrantes y las cifras de indocumentados.
El ex responsable de la Frontera Sur, esa zona del país dice que estuvo abandonada por decenios, por lo que hoy se encuentra en una situación de rezago económico y social que provocan pobreza, violencia e ingobernabilidad.
Poner orden a la frontera sur, estima, llevará alrededor de tres sexenios, de dar continuidad a las acciones de modernización que se están realizando a partir de la presenta administración.
El político, quien en la última década del siglo pasado perteneció al grupo Galileo —uno de los más críticos al interior del PRI—, señala el papel de las nuevas políticas de desarrollo en la frontera sur y advirtie del riesgo de que el país “se parta en dos”.
Hace unas semanas integrantes de organizaciones sociales señalaron que el zar de la migración le costó al país 102 millones de pesos y lo ubicaron como un fantasma, ¿se considera un fantasma?
—Tengo 40 años haciendo política en México, y nunca he sido protagónico. Creo que el silencio también es una forma de hacer política y solamente en lo personal me gusta dar entrevistas o hacer declaraciones cuando son estrictamente necesarias. Lo que sí es que siempre he tratado de ser responsable y nunca he dejado abandonado ningún trabajo. A partir de eso, no me considero fantasma. Me considero un político no protagónico, discreto, pero con un trabajo serio y responsable. Yo soy de la frontera sur, y este es un proyecto de vida, yo no dejé el Senado para irme a convertir en fantasma y no hacer nada.
Hoy sabemos que se reintegra al Senado y, por lógica, que deja la oficina, ¿cuál es el balance?
—En la coordinación duré un año, e hicimos un trabajo muy importante. El objetivo es dárselos a conocer porque informamos poco, efectivamente, pero tuvimos una gran relación con presidentes municipales, gobernadores y con organizaciones no gubernamentales. Me voy de la coordinación con la conciencia tranquila de haber cumplido. Se fusiona la Unidad de Política Migratoria, la Coordinación de Atención Integral a la Migración en la Frontera Sur, que es la que coordino, y se fusiona también el Instituto Nacional de Migración. No conozco a detalle cuál es la figura final que quedará, pero se busca mayor eficiencia, evitar duplicidades.
Dijo que trabajó de cerca con gobernadores, ¿en qué consistió, cuál fue el plan de trabajo que siguió?
—Es muy importante, la frontera sur no se puede ver de manera aislada. Esta región, el sur-sureste, desafortunadamente por decenios fue abandonada y se encuentra hoy en una situación de rezago en términos de desarrollo económico y social. De rezago respecto al centro y al norte industrial del país. Los problemas de gobernabilidad fundamentalmente del país están ahí en esa región, que paradójicamente es una región muy rica en recursos naturales.
Por primera vez un Presidente desde su campaña plantea el rescate del sur-sureste, consciente de que si no rescatamos el país, se parte en dos: uno próspero y desarrollado y otro pobre y marginado. Entonces, hay todo un proyecto de rescate del sur-sureste y de fortalecimiento de la frontera sur, está en todos los programas normativos, en el Plan Nacional de Desarrollo, en el Plan Nacional de Seguridad, en el Plan de Infraestructura. Hay exactamente un billón 229 mil millones de pesos destinados a esta región, con 187 proyectos, que no estamos inventando, que ahí están.
¿Cuáles proyectos?
—Está, entre otros, la inversión del ferrocarril del sureste, su modernización. Ahí hay una inversión de 6 mil 500 millones de pesos para la obra. No es cierto que esto se está haciendo para evitar que los migrantes se suban, es la necesidad del sur-sureste para tener una infraestructura física moderna.
Después tenemos el proyecto del Transístmico. Puedo platicar más, pero si quieren lo dejamos ahí, porque ese es el primer nivel, eso ya se está haciendo, 187 proyectos con un billón 229 mil millones de pesos, previstos para esta región. En el Plan Nacional de Infraestructura hay 87 proyectos, que forman parte de estos 187, con una inversión de 83 mil 824 millones de pesos, para esos cuatro estados. Hoy el presidente [Enrique] Peña Nieto ha prestado, desde el punto de vista del tema de desarrollo con justicia social, pero también de seguridad nacional, toda la atención.
¿Por qué?
—Por dos razones: es una frontera desprotegida, y ahora estamos trabajando intensamente en modernizarla, tecnificarla y darle seguridad, desarrollo social y económico, pero también porque somos vecinos de la región más violenta del mundo que no está en guerra: Guatemala, El Salvador y Honduras. Por ello, el origen de los flujos migratorios que tenemos y de la violencia en la región, se debe a estas situaciones de rezago, pobreza y violencia.
El panorama que nos presenta, lo pone como el gran problema de seguridad nacional.
—Es un problema serio de seguridad nacional —que está siendo atendido por el presidente Peña Nieto— que se descuidó por muchos años, y está siendo atendido por cuatro o cinco programas. Uno de ellos es la modernización de toda la infraestructura de los puertos de entrada al país, de la frontera sur, que son 11, pero que eran casetas, eran infraestructura muy olvidada, sin tecnología de punta para registrar a todos los que transitan por la frontera sur, y tener los registros, la información de quién entra, quién sale de nuestro territorio formalmente.
En 2014 entraron 27 millones al país, de ellos, por la frontera sur ingresaron 12 millones 900 mil. En 2015, de enero a junio, van 15 millones, y ahora llevamos 7 millones 600 mil por la frontera sur. Es una región donde se registra una gran actividad.
¿Y de las entradas de personas indocumentadas?
—De entradas irregulares calculamos entre 250 y 300 mil al año. En 2014 se reportaron 119 mil 714 centroamericanos retenidos por el Instituto Nacional de Migración y devueltos a su país de origen. También estamos trabajando en lo que llamamos, desde el punto de vista de seguridad, los centros integrales de control de tránsito fronterizo, uno en Huixtla, otro en Playas de Catazajá, y en la Trinitaria, cerca de Comitán, están asentados en polígonos estratégicos en las rutas del comercio y migratorias, y ahí trabajan siete dependencias federales. El costo de eso son 400 millones de pesos, tienen una alta tecnología, y son edificios modernos.
El tema de los centros, ¿en realidad están pasando por ahí?
—Apenas hay tres. Cuando estén los cinco —que se concluirá el último, el de Tabasco, en 2018— se va a tener un cinturón en donde las mercancías y las personas pasarán por ahí, porque habrá control con brigadas móviles en toda la frontera, de toda la línea.
Ante un problema de seguridad como el que expone, viviendo junto a una región violenta, causaría un poco de preocupación que eso esté descuidado en este momento.
—Bueno, te quiero decir que hay otros programas, que no tengo la información de detalle, pero sé que existen, que tiene la Sedena, que tiene la Semar y que están trabajando en la región también para brindar la mayor seguridad desde el punto de vista seguridad interna, y seguridad nacional.
¿No cree que valga la pena que tengamos nosotros una fuerza destinada a cuidar esas fronteras, una especie de patrulla fronteriza?
—Estoy convencido de que la Sedena y la Semar están haciendo la tarea. Por lo tanto, no veo la necesidad de crear una policía especial para la frontera, ni mucho menos, como la Policía Fronteriza en Estados Unidos.
¿Cuánto tiempo podría llevar transformar la frontera, con esos problemas de inseguridad?
—Estimo que 18 años, a partir de este sexenio. Tiene que haber continuidad y si seguimos invirtiendo, si seguimos modernizando, estamos hablando de tres sexenios.
En Centroamérica viven 43 millones de personas, el PIB Centroamericano no es nada despreciable, son 198 mil millones de dólares. ¿Quiénes lo están aprovechando? Bueno, están aprovechando Colombia y Brasil, porque México les dio la espalda. El gran problema de estos tres países es que han sido azotados por 10 huracanes en los últimos 20 años, que devastaron toda infraestructura, entonces no han tenido el capital ni la fuerza para reconstruir sus economías.
¿Cómo se ha atendido la crisis de los niños migrantes?
—Hemos trabajado intensamente. En diciembre del año pasado se aprobó la ley general de los derechos de niñas, niños y adolescentes, ya hasta fue aprobada y se reformaron también la ley para la atención y prestación de servicios y el cuidado y desarrollo integral infantil. En 2015, por ejemplo, van de enero a mayo, 12 mil 794 niños que han entrado al país, 7 mil 994 no acompañados, son 6 mil 721 este año.
¿Bajó o subió?
—En 2014 fueron 23 mil 96 niños retenidos por el INM acompañados y no acompañados; 7 mil 113 eran no acompañados. En 2015, hasta mayo, son 12 mil 794, y no acompañados son 6 mil 721 hasta mayo.
jram