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jorge.ramos@eluniversal.com.mx
Claudia Ruiz Massieu despacha como secretaria general en una pequeña oficina de la sede nacional del PRI, donde destaca una foto de su padre, José Francisco Ruiz Massieu. Las oficinas más amplias están en remodelación. Es viernes y no hay tiempo ni para comer, las reuniones devoran los minutos. Sonríe como si no estuviera en la antesala de la madre de todas las batallas: 2018.
La 22 asamblea general del partido, con su momento cumbre el 12 de agosto próximo, la tiene atareada. Ofrece, de antemano, piso parejo a los presidenciables, pero cambia el rol: mejor dime tú quiénes son precandidatos.
Desde el 2 de mayo y hasta la plenaria del 12 de agosto, más de 400 mil priístas sostendrán reuniones en municipios y estados para decantar el rumbo del tricolor. La anterior asamblea se celebró en marzo de 2013, en el arranque del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. Hoy, la expectativa es si cambian el logo del partido y, sobre todo, qué candados quitan o ponen a los aspirantes presidenciales.
“Las respuestas a ¿qué tipo de partido queremos ser?, ¿cómo es el PRI que estamos avizorando y qué estamos construyendo para el siglo XXI?”, se pregunta a sí misma, “porque hay una falta de credibilidad de la gente...”.
En el mundo...
—¡En el mundo! Y México, pues no se escapa. La asamblea es un ejercicio de reflexión y de autocrítica, de cómo vamos a hacer política y entablar un diálogo permanente con la gente para responderles y rendir cuentas. Es una gran oportunidad para el PRI de renovarse, de transformarse, de mejorar.
¿No ha habido ya ninguna queja justamente por la integración de las asambleas?
—No. Lo que hay a veces son ajustes de carácter técnico que se tienen que hacer, pero lo que hemos recogido nosotros en estas más de mil asambleas municipales es que [hay], sobre todo, ganas de participar.
Hay dos temas que van a sacar chispas, ¿qué piensan mover en cuanto a los estatutos?
—Nosotros vamos a oír a la militancia. Desde luego la mesa de estatutos siempre tiene mucha concurrencia y tiene mucha pasión, porque ahí se fijan las reglas de la convivencia interna, de la designación y requisitos de candidatos, etcétera, y ahí seguramente se expresarán muchos puntos de vista.
¿No van a cerrar ningún tema?
—Al contrario, es oportunidad para seguirnos transformando. Urge renovarnos en este nuevo contexto y no vamos a desaprovechar la oportunidad.
Piden quitar el candado que algunos ven de la militancia mínima de 10 años, ¿qué opina de eso?
—Hay quien está planteando eliminar el requisito de militancia, hay quienes están planteando poner nuevos requisitos. Esa pluralidad de visiones y de opiniones vamos a estar debatiendo y vamos a ver hacia dónde se decanta la mayoría del priísmo. La asamblea, en todas sus etapas, está abierta a cualquier propuesta, no está cerrada, ningún tema está vetado, ningún tema está prohibido. Es la única manera de renovarnos.
¿Entonces sí está bien la exigencia de 10 años?
—Osea, no es ni que esté bien ni que esté mal, así están nuestros estatutos, hay quienes piensan que debe haber más requisitos o requisitos distintos, hay quienes piensan que debemos abrirnos totalmente a que no haya ningún requisito para candidatos. Todo eso se puede discutir, se puede debatir y se votará.
Algunos plantean que para ser candidato presidencial se requiera haber tenido un cargo de elección popular previo.
—Así es, esa es la pluralidad de visiones que tenemos en el PRI. Esta asamblea es justamente una oportunidad más para renovarnos y adecuar nuestros documentos básicos a la realidad del México de hoy.
Hay precandidatos, ¿se van a ver presionados ustedes por ellos? que digan ‘a mí no, a mí no me conviene ese candadito...’
—No, de ninguna manera, si más de 400 mil priístas van a participar, no creo que se dejen presionar por nadie ni es la intención de nadie, al contrario, bienvenidos todos los priístas, sea el militante más humilde de la más pequeña de las seccionales, o sea el priísta de mayor renombre, trayectoria o...
¿Y si ese distinguido priísta se apellida Peña Nieto?
—A ver, esperen, nosotros estamos esperando que todos los priístas entren a este debate, hagan sus propuestas, confronten sus puntos de vista con los de otros, porque eso es el PRI, todos los militantes pesan igual, son 10 mil 500 delegados que emitirán su voto a los planteamientos que se hagan, pero van a ser más de 400 mil priístas que habrán participado.
¿Requisitos más o requisitos menos para candidatos presidenciales, ahí se estarán definiendo?
—Así es. Entonces es una oportunidad también para que quienes tienen inquietudes al respecto, si los que creen que debemos poner más o menos candados, pues ahí lo expresen. Hasta ahorita no hay nada predeterminado. No hay temas vedados, no hay temas prohibidos, no hay consignas respecto de ninguno de los temas. Es una participación muy libre, y muy llena de pasión y de energía.
¿No temen una rebelión?, ¿ que se les levanten en armas los priístas?
—¡No, hombre! De ninguna manera, los priístas somos apasionados, seguro, nos encanta opinar, tenemos una tradición de debate...
Ahí permítame discrepar un poco. En el PRI había esta idea de que había un personaje que era el que tiraba la línea con el Presidente de la República, ¿no hay otra vez esa cultura de la línea en el PRI?
—El Presidente de la República es sin duda el primer priísta del país, que a todos nos enorgullece como líder del país y como un Presidente que ha llevado en su gobierno la visión del PRI para el futuro de México. Esperamos que acuda. Además, es un hombre de partido y lo conoce y valora.
Pero, ¿no da la línea?
—No, al contrario. Es el más entusiasmado con que sea una oportunidad para que el priísmo de todo el país se exprese con entera libertad.
Candidato, ¿consulta abierta a ciudadanos, a militantes, o dedazo?
—Pues a ver qué dice la asamblea. La verdad es que en el PRI siempre hemos tenido claridad cuando se define un método y así se eligen nuestros candidatos, incluyendo el candidato a la Presidencia, por el consejo político en su caso, o los distintos métodos que tenemos para elegir candidatos a todos los cargos de elección popular, convención de delegados, consultar la base, etcétera, entonces, no somos ajenos a que haya distintos métodos y se opte por uno. Vamos a definir cuál será el que prevalezca en esta ocasión. El PRI está decidido a triunfar. La asamblea es un espacio más para construir ese ánimo de victoria y esa capacidad de triunfo que tenemos los priístas.
Algunos hablan hasta de cambiarle el logo al partido...
—Vamos a ver qué se expresa en la asamblea, también para tomar decisiones de esa naturaleza hay que ver los tiempos que marca la propia ley electoral respecto de una serie de cosas, como es el registro de nuestro logo, pero sin duda yo también lo he escuchado muchas veces.
Algunos gobernadores muy jóvenes han sido acusados de corrupción, ¿el PRI no envejeció con sus jóvenes?
—A ver, con toda claridad, la conducta inapropiada de algunos priístas no refleja la conducta y el compromiso con el servicio público de la totalidad de los priístas y en eso, el PRI ha sido claro y ha sido enfático: Somos los primeros en rechazar ese tipo de conductas que agravian a la sociedad, que defraudan las expectativas y la confianza del partido, y que no responden a la exigencia ciudadana de conducta de los servidores públicos, por eso justamente estamos abriendo una mesa que tiene que ver con estos temas, con la rendición de cuentas a la militancia, pero también a la ciudadanía con la ética en la conducción de la vida profesional.
¿Una nueva ética?
—Sin duda. Lo que tenemos que hacer es tener reglas y sanciones claras y reforzar, renovar o quizá crear algunas nuevas que nos permitan un mejor o mayor seguimiento.
De los resultados del 4 de junio, ¿no sienten que perdieron ganando?
—De ninguna manera...
Pero Del Mazo ganó con un millón menos que Eruviel Ávila...
—Pero Del Mazo ganó con 100 mil votos más que el segundo lugar. Así son las elecciones hoy, competidas, reñidas, se gana con mucho esfuerzo y con márgenes de dos, tres, cuatro puntos, esa es la realidad de hoy. Es importante escoger candidatos que tengan un perfil adecuado. También sabemos aceptar la derrota y eso también marca una enorme diferencia con otros partidos que solamente cuando ganan reconocen los procesos y que son muy malos perdedores, y salen a criticar y a denostar instituciones.
¿En 2018 se ven derrotados?
—En el 2018 nos vemos triunfadores.
¿Ésta asamblea garantiza que habrá piso parejo para todos los aspirantes internos a la candidatura presidencial en 2018?
—Pues sin duda, porque los requisitos van a ser los mismos para todo mundo que quiera competir, de eso se trata, de que haya claridad respecto de cuáles son los requisitos que queremos para nuestros candidatos, de cuáles serán los métodos posibles para elegir candidatas o candidatos, la transparencia da ese piso parejo y da esa plataforma de oportunidad para cualquier militante, hombre o mujer, que quiera ser candidata o candidato en los próximos procesos electorales.
¿Quiénes son los precandidatos del PRI?
—Pues dime tú, porque ustedes se la pasan diciendo que si uno, que si otro. En el PRI tenemos muchos priístas, mujeres y hombres que tienen el talento, la experiencia, la capacidad, la trayectoria y el compromiso de servicio para ser excelentes diputados, senadores, presidentes municipales, regidores y Presidente de la República.
¿Peña Nieto no es un lastre para el partido?
—A ver, el Presidente de la República es un orgullo para los priístas y ha sido un Presidente responsable. Con gran responsabilidad ha tomado decisiones difíciles, pero que le van a dar viabilidad y oportunidades a nuestro país en los años por venir. Es un Presidente que encarna la visión y los principios de nuestro partido y es un priísta muy muy distinguido a quien todos le tenemos aprecio, respeto, admiración y también lealtad institucional.
¿Le teme el PRI a las alianzas opositoras?
—¿Nosotros? ¡Para nada! Nos temen ellos a nosotros, por eso andan buscando unirse todos, a ver cómo pueden. Ha quedado acreditado: el PRI es para la oposición el partido a vencer. ¿Por qué? Porque somos el partido más fuerte, mayoritario, nacional y plural de México, el partido que refleja esa enorme riqueza, pluralidad y diversidad que tiene México. Nos tienen miedo ellos, pero entonces que se pongan a trabajar. Nosotros ya estamos trabajando para ganar y vamos a ganar 2018 pasando por esta asamblea como una gran oportunidad para construir mayor cohesión, mayor competitividad, hablarle más de cerca y mejor a la ciudadanía y seguir refrendando su confianza.
¿Qué será, entonces, la asamblea?
—La asamblea es una oportunidad para el PRI, para ponernos al día con las expectativas de la gente en el siglo XXI, en el hoy.
Claudia Ruiz Massieu sigue apresurada. Mientras relata que la asamblea en curso es una oportunidad para trazar una hoja de ruta que le permita al PRI servir más y mejor a la gente, cerca de ahí priístas que han sido dirigentes reclaman que están “hasta la madre” de la pérdida del prestigio del tricolor. Amagan con rebelión. Ese es el reto que ella tiene enfrente.