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politica@eluniversal.com.mx
La corrupción en México es un tema al que se le ha comenzado a hacer frente y hoy es el momento en que políticos, ciudadanos y todos los sectores se deben unir para rechazar el flagelo, consideró la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson.
En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que las recientes detenciones de los ex gobernadores Tomás Yarrington (Tamaulipas) y Javier Duarte (Veracruz) son una muestra de que nadie debe ser intocable.
De las elecciones presidenciales en México para 2018, dijo que sin duda Estados Unidos está dispuesto a trabajar y dialogar con quien gane, sin importar el nombre del triunfador, incluido Andrés Manuel López Obrador.
La diplomática, que cumplirá un año al frente de la embajada estadounidense, consideró que la relación entre México y Estados Unidos no se ha detenido en ningún momento.
¿Les preocupan las elecciones de México en 2018, Andrés Manuel López Obrador y sus giras a EU?
—Para nada. Tenemos mucho tiempo antes de la elección; en la vida política un año, más de un año es como un milenio, así que yo no me meto en el tema, y eso no significa que yo no quiera ver a una u otra persona, es que no debemos pensar en eso nosotros ahora, debemos concentrarnos con este gobierno, con el que trabajamos muy bien y debemos seguir trabajando.
¿Trabajar con quien llegue?
—Claro, y estamos abiertos a cooperar y discutir y conversar con todos.
¿Cuál es el estado de las relaciones entre México y Estados Unidos en esta nueva etapa? El canciller Luis Videgaray dice: “Tenemos diferencias públicas y notorias”.
—Es real lo que dice el canciller, que tenemos diferencias, pero es una relación muy madura. La relación va a continuar, es muy amplia. Quizás no me daba yo cuenta de eso hasta que llegué aquí, a pesar de que he trabajado con México por muchos años.
Se pueden ver la cantidad de cosas que nos unen, la cantidad de temas en los que trabajamos: salud, epidemias, la juventud, educación, intercambios, cultura, cosas familiares, seguridad, migración, medio ambiente, energía, es tan profundo y tan amplio que aunque hay discrepancias y cosas, como dice, quizás notorias es una relación tan profunda y tan importante para ambos países que no solamente continúa. En este momento estamos profundizando aun más. Hubo un momento en que muchos tenían preocupación por una nueva administración, es muy natural. Yo he vivido tantas transiciones y siempre hay preocupaciones y se preguntan si vamos a continuar como antes.
¿La relación se detuvo en algún momento?
—No creo. Hemos visto en los últimos días, en áreas de aplicación de la ley y justicia, una operación para capturar a uno de los últimos acusados de estar involucrados en el asesinato de un oficial de CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza), que fue una operación magnífica de la Secretaría de Marina, con mucha cooperación. Luego hubo otra operación, creo que por Marina, de un narcotraficante muy importante; cooperación en el caso de [Tomás] Yarrington y ahora tenemos el caso del ex gobernador [Javier] Duarte, que fue llevado por México no por Estados Unidos, pero esas son cosas que no podían suceder de la noche a la mañana, eso significa que hemos trabajado juntos sin detenernos.
¿En la detención de Javier Duarte Estados Unidos tuvo que ver?
—El tema de Duarte es un caso de México solamente, pero es parte de todo un sistema de cooperación.
Antes México era evaluado por Estados Unidos en el tema del combate a las drogas, ¿hoy es evaluado por el combate a la corrupción?
—La verdad es que yo me siento cómoda en discutir y hablar sobre el tema no porque sea específico para mí o para Estados Unidos; no es para nosotros decir: ‘México, oficiales o el pueblo necesita hacer algo’. Es porque yo vi, especialmente después de que yo llegué en junio de 2016, que la voz del pueblo mexicano está muy enfocada en eso, que son los mexicanos, los propios mexicanos, los que quieren ese tema en el centro del debate, que ya hay grupos de ONG, gente que va a las urnas con sus votos manifiestan su molestia sobre la corrupción, por eso creo que es nuestra tarea apoyar a esos esfuerzos de combate; no de liderarlo, sino de apoyar lo que quiere la gente en México y los esfuerzos de grupos de ciudadanos muy valiosos.
Yo veo que en México ya se tiene un debate muy abierto de la corrupción, se tiene el rol de los medios muy importante, políticos que ya toman nota de eso y están trabajando en la solución. Sí estamos hablando de diputados y senadores que ya ratifican el Sistema Nacional Anticorrupción, ahora está en marcha el nombramiento del fiscal anticorrupción, esas son las cosas que creo que necesitamos apoyar.
Hoy es el momento para todos, políticos y ciudadanos, de unirse para rechazar la corrupción. Veo muchos esfuerzos muy valiosos y eficaces que están en marcha. Si hablamos del paquete de leyes del sistema, ya va a tomar tiempo para implementarlo. Una cosa es la ley y otra la implementación, hay expectativas.
No es posible ahora para nadie obstaculizar o esconder lo que existe y se tiene que tratar el tema, incluso el gobierno, que está tratando de implementar medidas para limpiarlo, para asegurar que hay ejemplos de cualquier rango, demostrando que nadie está por encima de la ley.
Quiero subrayar: no es que en Estados Unidos no tenemos corrupción, tenemos mucha y muchos ejemplos. En 2016 fueron abiertos expedientes de oficiales públicos corruptos, fueron unos 900, y aparte unos 800 que fueron sentenciados, de todo tipo de corrupción. La cosa es no solamente la corrupción, es la expectativa de que cómo la va a enfrentar la justicia.
¿Realmente cree que el TLCAN no hace bien a Estados Unidos?
—Yo creo que, como en todos los tratados de libre comercio, lo que no hemos visto bien o no hemos discutido bien es que hay ganadores y perdedores. Seguramente ha crecido el comercio enormemente en toda Norteamérica. El comercio bilateral ha crecido bastante, hay muchos beneficiados en Estados Unidos, pero también es un hecho que hay quienes han perdido. Ha habido pérdida de trabajo, de industrias, tenemos que contar eso también. Es verdad que quizás no hemos asistido a esa gente suficientemente y es también verdad que es un tratado que tiene 25 años desde su inicio de negociación; el mundo ha cambiado casi totalmente y si no nos sentamos con los mexicanos y los canadienses y nos aseguramos de que el tratado es apto para el siglo XXI con reglas de propiedad intelectual que realmente funcionen, porque es una de las cosas que menos ha funcionado en México..., no tengo toda la lista, pero si no nos sentamos y evaluamos eso para modernizarlo y asegurarnos que nosotros, como Estados Unidos, estamos asegurando lo máximo posible para nuestros ciudadanos, realmente no estamos sirviendo a nuestros ciudadanos. Tenemos la expectativa de que México va a ver lo mismo, maximizar [los beneficios] para sus ciudadanos.
Cada quien sus intereses...
—Claro. No es que estemos tirando todo, si hay cosas buenas en que hemos logrado algo benéfico para los Estados Unidos vamos a continuar.
¿Cómo ve la relación comercial entre los dos países en 2018?
—La verdad es que yo creo el temor de no tener el Tratado de Libre Comercio está bajando porque hay gente muy inteligente de todos los países, en el gobierno, que ya están trabajando para modernizarlo. Soy optimista.
¿Ve a un Estados Unidos en el futuro inmediato sin inmigrantes?
No veo nunca un Estados Unidos que no tiene inmigrantes, somos una nación de inmigrantes. A mí me parece que somos una nación de inmigrantes, eso es razón de ser, así que eso no va a cambiar, no creo. Pero eso no significa que no va a cambiar a veces la manera en que regulamos el flujo.
Queremos que todos los que van a Estados Unidos lo hagan de manera segura. Ahora escuchamos narrativas de que pasan por Centroamérica y México que son tragedias, queremos evitarlo.
Todos los países soberanos tienen el derecho de proteger sus fronteras como crean que es razonable, pero queremos asegurarnos también que todos los emigrantes que entran a Estados Unidos tienen el debido proceso, tenemos también el fundamento de: somos un país de inmigrantes, somos un país de leyes, no de personas, de leyes.
¿El tema migración tiene tensa la relación entre los dos países?
—Es un área en la que hay discrepancias. No es un secreto que el canciller ha dicho que México tiene discrepancia con el tema del muro en donde vamos a construir partes ahora y también hay áreas en las que tenemos que discutir más cosas.
Yo veo en la visita del secretario Rex Tillerson y John Kelly (a México) una voluntad de continuar trabajando y cooperando, aunque hay áreas en las que tenemos diferencias por discutir. La voluntad es realmente positiva.
Creo que es importante saber que de la revisión de objetos electrónicos para entrar a Estados Unidos la cifra es menos de 1%, pero todo mundo cree que se revisan los teléfonos y no es así, esas son las cosas que crean tensión a veces, pero realmente no hay tensión cuando hay conversaciones, y ese es el beneficio de las relaciones que tenemos.
¿Cree que la crisis en Venezuela afecta la relación de Estados Unidos con América Latina?
—Lamentablemente el gobierno de Venezuela conduce su gestión tan antidemocráticamente que está uniendo a todos [el continente americano] para llamar al regreso de la democracia.
“Nadie es intocable”
¿La detención de ex gobernadores la ven como ejemplo de combate a la corrupción?
—Yo creo que sí. Lo que se debe demostrar es que nadie es intocable. Por eso son importantes los ejemplos de funcionarios públicos de alto rango y de cualquier nivel.
¿Dónde debe México centrarse en el tema de corrupción?
—Creo que una de las cosas más importantes, aunque toma tiempo para dar resultados, es la transición del sistema penal acusatorio, porque se abre el sistema a la luz pública. También creo que es importante el nombramiento del fiscal [anticorrupción]. Es algo que los mexicanos deben decidir, no sólo es simbólico, también sustantivo.
Usted ha lamentado las recientes muertes de periodistas. ¿Considera que algo no funciona en México para la protección de este gremio?, ¿qué le inquieta a Estados Unidos?
—La verdad, es la cantidad reciente [de asesinatos] que golpea, imagino que para ustedes también. No podemos decir, después de tantos homicidios y ataques, que eso es normal; no podemos acostumbrarnos a esto, porque en muchos informes México es señalado como el país más peligroso en el mundo para los periodistas, sin situación de guerra. Eso es algo que tenemos que combatir.
Eso significa, y me siento muchas veces un poco inútil, ¿qué podemos hacer? Esa ha sido mi reacción en estos meses. Hemos visto, especialmente en marzo, tantos asesinatos, ataques en donde los periodistas gracias a Dios no fueron muertos, pero otros, como en el caso de Miroslava Breach (Ciudad Juárez, Chihuahua), que fue tan fuerte. Todos trabajamos en la embajada pensando qué podemos hacer. Nos reunimos para discutir: ¿qué podemos hacer desde nuestra perspectiva? Es una cosa que realmente para nosotros es bastante fuerte.
¿Analizan apenas cómo pueden ayudar?
—Claro, porque tenemos un rol y no queremos hacer algo fuera de éste. Los periodistas que reportan sobre crimen en su estado están atrapados entre grupos que quieren que no se publique eso. Es una situación muy complicada, pero, ¿cómo se puede vivir sin las noticias?
¿Cuál es su percepción sobre la inseguridad en México?, ¿les preocupa?
—Claro que estamos preocupados. Yo creo que hay realmente razones para estar optimistas especialmente cuando vemos la capacidad de las fuerzas de seguridad en áreas en donde operan.
Hemos visto muchos esfuerzos por Semar (Marina), Sedena (Defensa Nacional), la Policía Federal, unidades especiales bien capacitadas y yo creo que eso lamentablemente es parte del proceso de desarticular esos grupos y ahí es en algo en lo que tenemos que cooperar. Si no cooperamos y trabajamos muy fuerte bajando la demanda, siguiendo el dinero que es el oxígeno, eso no va a cambiar para los mexicanos o estadounidenses.
El secretario (John) Kelly dijo que 52 mil estadounidenses fallecieron en 2016 a causa de drogas. Si hablamos de violencia y costo humano es en ambos lados de la frontera.
¿La Iniciativa Mérida sigue para apoyar el combate a la delincuencia?
—Sí, absolutamente.