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Engrilletado de pies y manos, con un chaleco negro antibalas, en silencio total, con rostro serio y procedente de una cárcel en un cuartel militar en un convoy policial fuertemente armado, el político mexicano Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz, ingresó hoy a las 12:27 horas locales (13:27 en el centro de México) a la Torre de Tribunales, en la Zona 1 de la capital guatemalteca, y quedó a la espera de enfrentar una audiencia programada para que inicie a las 13:30 en la que deberá informar si acepta o rechaza ser extraditado a México.
A bordo de la camioneta SP—010 del Sistema Penitenciario de Guatemala que fue precedida y seguida por patrullas y motocicletas de la Policía Nacional Civil (PNC), Duarte de Ochoa ingresó a las 12:17 a la vía de acceso al sótano por el portón de la entrada y salida de prisioneros de la Torre. Ante una avalancha de periodistas guatemaltecos y mexicanos, y frente a la imposibilidad de llegar a punto de control en el portón, el conductor de la camioneta descendió y decidió abrir la portezuela trasera para idoque Duarte descendiera y caminara al sitio de cateo personal.
Un oficial de seguridad del Organismo Judicial sometió a Duarte a una inspección manual de pies a cabeza y a que se quitara sus zapatillas, para verificar que tampoco ingresara con algún instrumento ilícito oculto. Tras la revisión, y en medio de un alud de preguntas que nunca respondió, un oficial del Sistema le hizo descender una pendiente de unos 25 metros hacia el sótano, pero con muchas dificultades porque el político mexicano nunca dejó de estar cercado por los reporteros.
Con múltiples complicaciones, las autoridades penitenciarias lograron que entrara a la sala de elevadores del sótano.
Duarte está vestido con una camisa de cuadros lilas, negros, blancos y rosados.
El ex prófugo permanece en la sala del Tribunal Quinto de Sentencia Penal de Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, de esta capital, en el piso 11 de la Torre, para que esta misma tarde notifique a las autoridades guatemaltecas si decidirá allanar su extradición u optará por oponerse a ser llevado ante la justicia mexicana.
México pidió el sábado anterior a Guatemala el arresto provisional de Duarte con fines de extradición, para que se someta a la justicia porque la Procuraduría General de la República (PGR) le acusó de ser el presunto culpable de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita que habría cometido durante su gestión como gobernador, de 2010 a 2016.
Bajo custodia de efectivos de la PNC y del aparato penitenciario seguridad, Duarte fue trasladado a la Torre en un convoy de patrullas desde la cárcel de Matamoros, que funciona en una fortificación castrense en otro sector de esta ciudad.
Duarte, en fuga por seis meses, fue detenido el sábado anterior por la noche en un hotel de Panajachel, un municipio del departamento de Sololá ubicado a unos 140 kilómetros al suroccidente de la capital guatemalteca. La captura fue ejecutada por autoridades de la PNC y de la Fiscalía General de Guatemala en coordinación con oficiales mexicanos de la Policía Federal y de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la PGR.
El Tribunal informó a este diario que dos abogados guatemaltecos presentaron ayer en la tarde un “memorial” para gestionar la defensa de Duarte.
El guatemalteco Juan Lemus Ramírez, secretario del Tribunal, dijo que como la “acreditación” está en desarrollo, tiene prohibido identificar a los abogados y que la gestión se completará al iniciarse la audiencia de esta tarde, cuya duración es incierta.
Lemus anunció el lunes que si Duarte acepta ser extraditado, en unos diez días a partir de este miércoles sería enviado a México, tras cumplirse diligencias administrativas. Si se opone, se abrirá un periodo de 60 días para que el gobierno mexicano, por vías diplomáticas, presente la solicitud formal, según el tratado de extradición de 1997 entre México y Guatemala.