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La inmigrante Guadalupe García de Rayos mencionó que en el proceso de su deportación de Estados Unidos a México se sintió tratada como si fuera delincuente, incluso como si se tratara del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En un encuentro con reporteros en Nogales, la mujer a quien el gobierno de Obama le había otorgado una indulgencia, contó que ella se presentó a su cita con migración pese a que sabía que las nuevas políticas de Donald Trump podían afectarla.
“Tampoco quería estar escondiéndome”, dijo la inmigrante de 35 años de edad, cuyo arresto provocó una protesta en el centro de Phoenix, en donde manifestantes bloquearon la salida de camionetas de la oficina federal de inmigración.
“Los policías estaban muy enojados, querían a fuerza sacarme y no pudieron, se tuvieron que regresar para atrás” describió en la conferencia transmitida por Foro TV. “Nos encerraron en un cuarto, estábamos tres compañeras y yo, de ahí nos encerraron en un cuartito”.
Luego de 20 minutos fueron por ella ya sola y la subieron a un vehículo escoltado por una “troca” y un automóvil más, según mencionó Guadalupe. “Prácticamente me sentí así como llevaban al señor este que venían trayendo a Estados Unidos, sí a "El Chapo", me sentí así como si fuera muy mala”.
García de Rayos narró además que en ningún momento le dijeron a dónde la llevaban, aunque sospechaba que la trasladarían hacía México. Tampoco le permitieron hacer llamadas ni contactar a su abogado, agregó.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó por su parte que tras la deportación atendió a Guadalupe de forma inmediata. Y detalló en un comunicado que el Consulado General de México en Phoenix, Arizona, brindó la atención y protección consulares necesarias para garantizar su integridad.