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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
México no está educando ingenieros para el desempleo, aseguró el subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Salvador Jara Guerrero.
En entrevista con EL UNIVERSAL, señaló que independientemente de los cierres de empresas estadounidenses o la cancelación de inversiones en nuestro país, cada año se requieren 30 mil ingenieros para proveer a la industria manufacturera y a empresas automotrices, de los cuales México sólo está en condiciones de formar y egresar a 20 mil jóvenes.
Información del observatorio laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), señala que de las 10 carreras mejor pagadas en el país, dos corresponden a áreas de conocimiento relacionadas con la ingeniería.
Los egresados de ingenierías de vehículos de motor, barcos y aeronaves tienen percepciones mensuales de 14 mil 904 pesos; mientras que los egresados en carreras de las áreas de ingeniería industrial, mecánica, electrónica y tecnología, programas multidisciplinarios o generales tienen ingresos de 14 mil 11 pesos al mes.
La semana pasada, Ford anunció la cancelación de una inversión de mil 600 millones de dólares en San Luis de Potosí, entidad en la cual se construiría una nueva planta de montaje de vehículos y que generaría 3 mil 600 empleos.
Dijo que no habrá un impacto a los estudiantes de ingeniería especializados en el sector automotriz por la política del gobierno estadounidense, puesto que en México, la mayoría de las inversiones son de empresas europeas y asiáticas.
¿Qué tanto se van a ver afectados los estudiantes por las disposiciones del gobierno de Estados Unidos? ¿Llegará un punto en que no puedan encontrar empleo por el retiro de la inversión?
—No creo que sea un problema, porque en las condiciones actuales tenemos menos ingenieros de los que se necesitan. Las carreras que estamos impulsando forman ingenieros con habilidades mucho más horizontales, que pueden moverse de un sector a otro: al mecatrónico, al aeroespacial, al automotriz e incluso al digital. Son jóvenes que pueden encontrar empleo en muchas empresas, no sólo en las estadounidenses. No tendría preocupación de que estemos formando ingenieros para el desempleo, creo que hay que seguir formando ingenieros y graduar más.
¿Ven como una amenaza a la educación la política de Donald Trump de promover el retiro de inversiones?
—No es una amenaza. La mayoría de los trabajadores que contrata la industria automotriz estadounidense no son ingenieros, incluso es personal que no tiene grado de técnico. Realmente los puestos de ingenieros que ofrece la industria de ese país no son tantos. Hay que seguir promoviendo inversiones de la industria europea y asiática y, sobre todo, de empresas mexicanas. Hay intentos de empresas mexicanas para hacer más allá del ensamble, de ser más que maquiladores de coches: tenemos ingenieros muy capaces y podemos impulsar una industria más mexicana.
¿Para el empleo de ingenieros en San Luis Potosí, donde se cancelaron tres mil 600 posibilidades de empleo?
—No veo problema porque si se abriera esa empresa, de cualquier forma la contratación no sería inmediata. Estoy seguro de que habrá más contrataciones. En San Luis Potosí, Aguascalientes y todas las entidades que tienen vocación automotriz, el espacio que deja Ford rápidamente va a ser llenado por empresas que vienen de otro país.
¿Cuántos estudiantes van a empresas estadounidense?
—Antes era la mayoría, el porcentaje llegó a ser de 80%, pero ha bajado porque se han incrementado las inversiones de otros países en México: China, Alemania y Francia están teniendo una importante presencia en el sector automotriz y en el aeroespacial. Tenemos una competencia muy fuerte de ambos sectores, de tal forma que los ingenieros que estaban en el automotriz podrían ser atraídos por el aeroespacial, porque son muy similares.
¿Cuántos jóvenes estudian ingenierías en el país?
—De los cuatro millones que tenemos en educación superior, alrededor de una cuarta parte estudian ingeniería, es decir, que estamos hablando de casi un millón de jóvenes. De todas las ingenierías, las que tienen que ver con el sector automotriz son una décima parte, unos 100 mil estarían relacionados con el sector automotriz. A estos hay que dividirlos en cinco años, porque es lo que dura la carrera, al año estamos egresando alrededor de 20 mil ingenieros que podrían vincularse a la industria automotriz.
¿Qué tan rentable es estudiar una carrera para el sector automotriz?
Ahorita es muy rentable porque el sector automotriz tiene un requerimiento de 30 mil ingenieros del sector por año; 20 mil en general y 10 mil específicos para cosas muy concretas del sector. Nosotros estamos produciendo 20 mil al año, eso quiere decir que para satisfacer las necesidades del sector en este momento, tendríamos que incrementar el número de ingenieros que egresan de estas carreras, y en un número grande. Es gente muy buscada y se les ofrecen buenos salarios.
¿Dónde están concentrados los programas que están formando ingenieros para el sector automotriz?
—En todas prácticamente, porque todas las universidades autónomas del país ofrecen ingenierías que podrían vincularse con el sector automotriz, aunque no estén vinculadas de manera específica. Las zonas del país donde tenemos carreras de ingeniería vinculadas con el sector automotriz son en donde existe este potencial: el norte y el bajío.
Ahí nos apoyamos en las universidades politécnicas y tecnológicas, porque tenemos carreras específicamente de ingeniería automotriz. En las otras universidades, muchos de ellos se incorporan al sector automotriz aunque no se hayan especializado en este. Hoy, los jóvenes salen de la carrera con habilidades mucho más horizontales de tal forma que pueden insertarse a otros sectores.
¿Cuántos jóvenes se vinculan con el sector desde la universidad? ¿cuántos convenios existen con empresas?
Tenemos más de siete mil convenios en este momento. La capacidad de una empresa para dar formación dual: aceptar estudiantes desde la carrera y estarlos formando, las empresas están aceptando un número muy pequeño, cada una tiene un máximo de 30 estudiantes y un mínimo de ocho.