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La elección de Donald Trump en Estados Unidos tendrá repercusiones para la relación de ese país con México, pero será “un presidente acotado por el sistema de gobierno y la Constitución”, señaló Arturo Valenzuela Bowie, ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos del gobierno estadounidense.
Rosario Marín, migrante mexicana y ex tesorera de ese país, consideró que el republicano no “podrá cumplir sus caprichos” tan fácil.
Ambos participaron en la primera mesa del Segundo Seminario Internacional Aspen-FIL, organizado por el Aspen Institute México, en la que participó como moderador el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, durante la 30 Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
La intención, dijo De la Fuente, “es traer voces expertas, con visiones distintas para debatir y no dictar cátedra, así, quien escucha podrá sacar sus propias conclusiones”.
Juan José Bremen, ex embajador de México en Estados Unidos, opinó que la victoria de Trump es una sorpresa similar a la caída de la Unión Soviética, la reunificación de Alemania, los ataques del 11 de Septiembre y el Brexit, hechos que nadie esperaba”.
Explicó que el triunfo de Trump es una revuelta en contra de la globalización y un intento de regresar a los nacionalismos, los proteccionismos y el unilateralismo, por lo que México debe atender su relación con Estados Unidos, pero leer con habilidad lo que pasa en el resto del mundo.
En cuanto a la posible deportación de migrantes mexicanos, el ex diplomático señaló que hay instrumentos legales para fortalecer la protección de los connacionales en aquel país, pero es urgente que el gobierno federal utilice con agresividad esos instrumentos para levantar “líneas de defensa” mediáticas, políticas y jurídicas.
Arturo Valenzuela Bowie, ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos del gobierno de Estados Unidos, afirmó que Trump será un presidente acotado por el sistema de gobierno de su país, donde existe una fuerte división de poderes y un federalismo consolidado.
Señaló que el poder presidencial en aquel país radica en la capacidad de persuasión del presidente y eso está relacionado directamente con su popularidad, tema en el que el republicano tiene un enorme déficit porque perdió el voto popular, obteniendo sólo 30% de los 120 millones de sufragios.
Destacó que su mayor preocupación está en el rubro de la seguridad nacional, puesto que será un presidente que podría declarar una guerra.
Respecto a la postura de retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, dijo que Trump desconoce lo que el acuerdo representa para Estados Unidos, pero pronto lo hará, cuando las cámaras empresariales de aquella nación, las cuales se verán afectadas por sus decisiones, “se le echen encima”.
Indicó que los empresarios mexicanos deben esforzarse junto con el gobierno federal para hacerle ver que una decisión como la que propone tendría altos costos. Planteó qué pasaría si el gobierno mexicano amagara con imponer altos aranceles a productos como los que se producen en el estado de Ohio, donde 50% de las exportaciones tienen como destino México.
Rosario Marín, como ex funcionaria de ese país, recordó que “una cosa es hacer campaña y otra gobernar”, por lo que es importante esperar lo mejor, pero también prepararse para lo peor con el republicano.
Trump, dijo, hizo muchas promesas, más de 200, pero serán difíciles de cumplir. Como ejemplos mencionó la forma en que se ha retractado sobre encarcelar a Hillary Clinton, construir un gran muro en la frontera con México y reemplazar el programa de salud conocido como Obama Care.
El ex canciller Jorge Castañeda Gutman destacó que aunque sea un presidente acotado, sus dichos y acciones tienen repercusiones fuertes en México y América Latina.
Recordó lo que sucedió con la fábrica de la empresa Carrier en Indiana, que tras negociar con Trump no abrirá su planta en Nuevo León, lo que implica que no lleguen mil 500 empleos.
Desde su perspectiva, Castañeda dijo que esto provocará que las inversiones se detengan por un tiempo, mientras se define una postura más clara de cuál será su política real.