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Guadalajara, Jal.— El Pacto por México, firmado en 2012 por el gobierno federal y las principales fuerzas políticas del país para la aprobación de reformas, no prosperó como alternativa en el sistema político debido a que en el gobierno hubo soberbia y no se buscó que la ganancia se repartiera entre todos, eso haría inviable crear un gobierno de coalición rumbo a 2018.

En lo anterior coincidieron académicos y políticos que ayer participaron en la mesa Coaliciones Políticas ¿Solución del régimen político mexicano?, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), y que fue uno de los encuentros más concurridos de la jornada.

En esa mesa, moderada por el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente; el político panista Diego Fernández de Cevallos; el ex presidente del Instituto Federal Electoral, José Woldenberg, y el investigador Diego Valadés, disertaron sobre los acuerdos políticos que, dijeron, “se agotaron rápidamente porque todo estuvo mal procesado”.

“Fue un error de soberbia y de ceguera por parte del gobierno y una pequeñez de talento de los negociadores de Acción Nacional y del PRD, porque si el pacto iba a implicar gastos y costos para ambas partes, era natural que si tenían éxito se repartieran las utilidades, la ganancia política. Para que todos fueran ganadores o perdedores, pero el gobierno de Enrique Peña Nieto y su equipo no tuvo la capacidad para decir ‘vengan todos y lo compartimos con todos’”, dijo Diego Fernández.

“En cuanto salió el pacto, todo fue éxito del Presidente, del PRI, de un grupo, y a los otros los vemos vueltos el diablo”.

Ante este panorama, el mayor reto para quien gane las elecciones en 2018 será formar un gobierno de coalición, coincidieron Woldenberg y Valadés; resaltaron que el ganador deberá apostar por un pacto de coalición que funcione. Consideraron que quien gane “será un presidente de minorías y acompañado por un Congreso en el que ningún partido político tendría la mayoría”, dijo Valadés.

“Creo que el procesamiento se quedó corto, tanto que en el PRD y en el PAN hubo tensiones políticas mayúsculas”, agregó José Woldenberg.

Fernández de Cevallos manifestó sus reservas por una coalición rumbo a 2018, puesto que dijo, “si los partidos políticos no tienen patria antes que partido, no podemos hablar de coaliciones. En ese punto, que parece teóricamente razonable, queda la impresión que le puede convenir a la legitimidad y a la gobernabilidad, no lo comparto, porque tendríamos que tener primero en la clase política a demócratas. Un auténtico demócrata tiene una serie de códigos y de preceptos que lo llevan a distinguir dónde estoy yo, mi partido, dónde están los demás y dónde está México”, agregó.

“Pienso que la idea de las coaliciones en el papel es impecable, pero en los hechos son de los más difíciles”, afirmó el ex candidato presidencial.

Planteó que en vez de coaliciones, haya segundas vueltas “para que los dos que obtengan la mayor votación jueguen en la siguiente [etapa] para que tengan mayor legitimidad y mayor fuerza social.

“Ojalá pensemos en esto, que los sexenios ya son una eternidad, una buena solución sería ir buscando por ahí gobiernos no mayores de cuatro años, aunque se pueda pensar en una posible reelección”.

Juan Ramón de la Fuente llamó a reflexionar y a pensar en nuevas formas de gobernabilidad de cara a las elecciones presidenciales de 2018.

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