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Durante cuatro años, Dagoberto Rodríguez Barrera, embajador de Cuba en México, suscribió convenios, cerró proyectos de inversión, inició la negociación de otros más, coordinó intercambios de visitas presidenciales y participó en más de 100 jornadas culturales de la isla en diversos estados de la República mexicana.

Ayer, el embajador se despidió de México y de la oficina que fue su casa en avenida Presidente Masaryk, con un balance sobre su labor.

En entrevista telefónica con EL UNIVERSAL, Rodríguez Barrera habló sobre su trabajo en el país y sobre qué le depara al pueblo cubano luego de la aprobación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de la resolución de Cuba para solicitar a Estados Unidos el levantamiento del bloqueo económico que tiene más de 50 años y que ha significado una pérdida económica por más de 125 mil 800 millones de dólares.

¿Cómo recibe la aprobación de la resolución por el levantamiento del bloqueo?

—El hecho de que 191 países, de los 193 que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hayan votado a favor de la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, con la abstención de Estados Unidos e Israel, muestra el rechazo universal a esa política obsoleta, inhumana y violatoria del derecho internacional y de la Carta de Naciones Unidas. El resultado constituye una victoria de  la razón y de la justicia, de la resistencia del pueblo cubano por más de 50 años y de la solidaridad internacional que su causa despierta en todo el mundo.

Aunque en los dos últimos años se restablecieron las relaciones diplomáticas entre los dos países y el gobierno estadounidense ha anunciado algunas medidas positivas que apuntan hacia el mejoramiento de las relaciones, lo cierto es que el andamiaje del bloqueo se mantiene en lo fundamental, continúa la persecución a las transacciones financieras de Cuba con cualquier otro  país, no se pueden desarrollar las potencialidades del comercio y la inversión entre ambos países y se mantiene la violación del derecho constitucional de los estadounidenses a viajar libremente a Cuba, entre otros aspectos.

¿Qué sigue para Cuba?

—Por supuesto que este resultado nos alegra, pero también sabemos que históricamente Estados Unidos ha sido omiso a escuchar el clamor del mundo. Nuestra lucha en la ONU y en el resto de los foros internacionales  no se detendrá  hasta que el bloqueo, que es el principal obstáculo al desarrollo de Cuba, se levante. Seguiremos trabajando con tesón para lograr los mejores resultados posibles en la actualización del modelo económico  y social  cubano, que garanticen  la consolidación de los grandes avances  obtenidos por Cuba en áreas como la educación, la salud, la cultura y la protección social de sus ciudadanos, pero también que nos permitan incrementar los niveles de bienestar económico de cada cubano.

Continuaremos desarrollando nuestras relaciones de paz, amistad, cooperación y beneficio mutuo con todos los países del mundo, incluyendo, por supuesto, a Estados Unidos de América, país con el cual Cuba desea normalizar sus relaciones, para lo cual se requiere obviamente la eliminación del bloqueo, la devolución  de su  territorio ocupado ilegalmente por dicho país en Bahía de Guantánamo y que el gobierno estadounidense  acepte la voluntad del pueblo cubano de construir el tipo de sociedad que desea.

¿Qué logró durante estos cuatro años en México?

—Concluimos cuatro años de trabajo intenso, durante los cuales ambos países han  actualizado la base jurídica de sus relaciones con 14 acuerdos como la modernización del Acuerdo de Complementación Económica que rige los vínculos en esta esfera. Hemos mantenido un amplio diálogo al más alto nivel, con intercambios frecuentes de visitas presidenciales, ministeriales y a nivel técnico. El comercio bilateral está en el entorno de los 450 millones de dólares anuales, según las estadísticas cubanas; se han acordado nuevos proyectos de inversión y otros se encuentran en fase de negociación; se han desarrollado más de 20 proyectos de cooperación bilateral; la movilidad ha crecido al punto de tener más de 70 vuelos semanales entre México y Cuba; la presencia de la cultura cubana  en México ha sido permanente con la celebración de más de 100 jornadas culturales en toda la geografía mexicana; las relaciones en los sectores académico, científico, deportivo, también se han desarrollado de manera importante.

¿Cómo queda y qué le depara a la relación México-Cuba?

—La relación entre nuestros países siempre ha sido cercana y entrañable, cargada del afecto y cariño que nuestros pueblos se profesan. Considero que esos sentimientos siguen marcando nuestros vínculos, que se encuentran en un momento excelente de madurez  en todos los sentidos. Auguramos un futuro muy prometedor de gran interacción económica, con mayores niveles de inversión en áreas importantes para nuestros países, mayor comercio y cooperación. Seguirá creciendo el flujo de visitantes mexicanos a Cuba y de cubanos a México y con ello crecerá el intercambio académico, cultural, científico y humano en general.

¿Qué retos tiene su sucesor?

—Serán muchos los retos, como continuar  poniendo contenido, mutuamente beneficioso, a esos lazos históricos de hermandad que nos unen con México. Con más comercio, más inversión, más investigaciones conjuntas en distintas disciplinas. Mantener el alto nivel de interlocución política alcanzado y abrir nuevas áreas de cooperación, por ejemplo, en torno al Golfo de México, espacio que compartimos México, Estados Unidos y Cuba.

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