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Culiacán, Sin.— Es posible que el PRI pueda perder la Presidencia de la República en 2018, derivado del descontento que priva entre los ciudadanos a causa de los errores que se han cometido, dijo Francisco Labastida Ochoa, ex candidato presidencial priísta.

Subrayó que en ese ambiente se suscriben los señalamientos que se han vertido en contra de la figura del presidente Enrique Peña Nieto. El ex gobernador de Sinaloa (1987-1992) observó que la aplicación de las reformas estructurales en México no han sido adecuadas, ni la forma como se ha desempeñado el jefe del Ejecutivo federal, por lo que priva el descontento.

Labastida Ochoa, quien estuvo de visita el miércoles pasado en su tierra natal, Los Mochis, anticipó que lo que suceda en la elección federal de 2018 está vinculado en lo que se logre cambiar y lo que suceda en los partidos de oposición que viven una división interna.

A su juicio, en los otros partidos, la división es mayor a la que se vive en el tricolor, por lo que aún tienen tiempo de revertir el descontento que se vive entre los mexicanos y enfilarse a una verdadera competencia en las urnas, con un panorama más favorable.

“El riesgo de que el PRI vuelva a perder, como en el año 2000 las elecciones presidenciales, está latente, por lo que es necesario asumir cambios en la forma de gobernar y generar un cambio en los sentimientos de los mexicanos”, precisó.

“Yo perdí la Presidencia, me dolió, por lo que hablo del riesgo que vislumbro que se vuelva a repetir esta historia, si no se cambian modelos y formas de ejercer la Administración Pública Federal”.

El ex candidato presidencial no descartó que las críticas que se vierten contra el presidente Peña Nieto tengan fondo político, como es el tema de la redacción de su tesis profesional, por las reformas estructurales que impulsó, las cuales puede que hayan tocado intereses.

Francisco Labastida consideró que las 11 transformaciones estructurales que empujó el jefe del Ejecutivo federal son de un gran impacto, por lo que no descarta que haya reacciones negativas contra su aplicación.

Sobre el tema de la reforma educativa, el priísta apuntó que el gobierno federal no debe ceder a ningún tipo de presión de grupo, y debe aplicar la ley.

Dijo que los ocho dirigentes de la CNTE que recién fueron liberados no estaban recluidos por su carácter de maestros, ni por externar sus ideas, sino por haber cometido delitos, por lo que debieron mantenerse detenidos.

Labastida consideró que no es factible dialogar con grupos que tienen bloqueadas calles y carreteras, como sucede actualmente con los maestros.

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