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politica@eluniversal.com.mx
Tras recibir y analizar el Libro Amarillo —un documento con propuestas y críticas para el PRD que dejó Agustín Basave Benítez después de su renuncia a la presidencia nacional del partido—, la dirigente nacional interina, Beatriz Mojica Morga, afirma que algunos puntos pueden ser tomados en cuenta; no obstante, pide no caer en la tentación de que las decisiones del sol azteca recaigan en una sola persona, como lo hacen en el PRI y Morena.
En entrevista con EL UNIVERSAL en las oficinas de la dirigencia nacional del PRD, la secretaria general —en funciones de presidenta interina del partido hasta el 16 de julio— afirma que otorgar al dirigente nacional la facultad de nombrar o destituir cargos, tal como lo propuso Basave Benítez, significa caer en las mismas prácticas que el tricolor y Morena.
“Lo que no podemos hacer es caer en la tentación de que sea una sola persona quien decida las cosas en este partido. Eso ya se hace en el PRI. En el PRI [el presidente Enrique] Peña Nieto tiene todas las atribuciones, las de la presidencia de su partido y las de los gobernadores. Lo que eso ocasiona es autoritarismo y violencia, eso es lo que se está viviendo en el país.
“En Morena quien decide es Andrés Manuel López Obrador y no hay más discusión, se hace lo que pide el presidente de ese partido”, enfatiza.
En el Libro Amarillo, Basave planteó un nuevo prototipo de presidente nacional para garantizar la gobernabilidad en el partido: que tenga la facultad de tomar decisiones, entre ellas la designación y destitución de coordinadores de bancada, tanto en congresos locales como en las cámaras federales.
En cuanto a ser electa por el Consejo Nacional en la sesión del próximo 16 de julio, Mojica Morga asegura que si el voto de los consejeros la favorece, no solapará ningún asunto de corrupción interna “ni siquiera de nuestros gobiernos, siempre y cuando haya señalamientos específicos”.
Aclara que el PRD no es un tigre que requiera ser domado, pero dice que hacen falta en él sensibilidad y mucha paciencia para generar acuerdos.
La primera perredista guerrerense al frente del PRD espera que una mujer siga en la presidencia del partido, cargo al que también aspiran Alejandra Barrales, secretaria de Educación de la Ciudad de México, y Pablo Gómez, representante del sol azteca ante el Instituto Nacional Electoral (INE).
En su primera semana a cargo del despacho, detalla que al revisar los números de las finanzas, la crisis económica del partido “tiene solución y el PRD no se paraliza”.
¿Cómo recibe al PRD y qué necesita de cara a las elecciones?
—De lo que me he percatado desde que llegué a esta dirección hace ocho meses como secretaria general, es que el PRD debe tener apertura y ser un instrumento de la sociedad.
Principalmente se necesita fortalecer a la dirigencia con cuatro ejes: Visión territorial [abrirse a la sociedad], ser una voz opositora, reconocer a la militancia más allá de grupos políticos y cambio generacional.
¿En qué parte de sus 27 años el PRD pierde el contacto con la ciudadanía y por qué?
—En realidad nunca lo ha perdido, nunca se ha perdido la voz opositora, pero cuando se comienza a ser gobierno, la circunstancia cambia porque se tienen que dar soluciones.
El PRD tiene que transitar en esas dos rutas, porque somos gobiernos, somos la primera fuerza de izquierda del país y eso lleva a más responsabilidades, porque no sólo tienes que ser la voz opositora, hay que dar resultados.
El PRD sigue siendo ese partido que le sirve a la gente. Hemos tenido altibajos, como todas las instituciones, cometemos errores, pero rectificamos y nos abrimos a la crítica.
¿Coincide con el diagnóstico y las críticas que Basave hizo del PRD en el Libro Amarillo?
—Lo he recibido. Son propuestas de reformas; cuando llegue el momento en el Congreso Nacional se podrían considerar algunas cosas.
¿Qué se puede considerar?
—Algunas facultades de la presidencia del partido. Varias de las cuestiones tienen que ver con posicionamientos generales del partido.
¿Está de acuerdo en que la presidencia del PRD es acotada por las corrientes y que el líder necesita capacidades como nombrar o destituir a coordinadores?
—Lo que no podemos hacer es caer en la tentación de que una sola persona decida las cosas en este partido, eso ya lo hace el PRI. En el PRI [el presidente Enrique] Peña Nieto tiene todas las atribuciones, las de la presidencia de su partido y las de los gobernadores. No les pone un alto a los gobernadores, porque hay otros factores, pero el poder en el PRI es unipersonal; lo que eso ocasiona es autoritarismo y violencia, es lo que está viviendo el país.
En Morena sucede lo mismo. Lo que decide Andrés Manuel López Obrador se acata y no hay más discusión. Eso no soluciona los problemas; nosotros tenemos un sistema parlamentario que requiere de mucho diálogo, mucho cabildeo y mucha escucha.
¿Esta propuesta regresaría al PRD al caudillismo de López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas?
—Vamos a analizarla, me parece que en estos momentos no es un tema de discusión porque cualquier reforma partidista tendría que esperar a un Congreso Nacional.
Corrupción en el partido
¿La corrupción es un tema grave al interior del PRD?, como lo señaló el ex presidente Basave.
—Lo que he visto es que no hay un señalamiento específico. Desde luego que la corrupción en este país es algo que siempre hemos combatido.
Si hay algún señalamiento específico, he llamado a que acudan a tribunales, a los ministerios públicos a realizar una denuncia. No voy a solapar ningún asunto de corrupción interna o en nuestros gobiernos.
Le quedan menos de 15 días al frente del PRD, ¿podría extenderse su tiempo en el despacho?
—El primer acuerdo del Consejo Nacional es que requerimos más tiempo. El sistema del partido indica que debe tomarse el tiempo necesario para formar acuerdos.
El tema es que debemos tener clara la ruta para ir con pasos firmes. Debemos garantizar piso parejo a los candidatos para las elecciones de 2017 [Nayarit, Coahuila y Estado de México] y a la presidencial de 2018, para la que por el momento hay tres aspirantes: el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, y los gobernadores de Michoacán, Silvano Aureoles, y de Morelos, Graco Ramírez. Ellos están trabajando y me gustaría que ayudaran al partido a fortalecerse.
¿Mantiene sus intenciones de llegar a la presidencia del PRD después del 16 de julio?
—Yo he planteado mi interés porque he recorrido el país y sé que lo que este partido necesita es menos escritorio y más territorio. Pero no son campañas, sino una designación. Hay que esperar los tiempos.
¿Cuál es su apuesta como aspirante a presidir al PRD?
—Mi apuesta es una izquierda atrevida que no espere a que el país se destruya. México no necesita de una izquierda timorata, sino una que ponga por delante a la gente, que no piense en los votos, sino en las causas; es decir, una izquierda que trabaje día con día.
El problema con las corrientes
¿Podría domar al tigre del PRD?
—No hay ningún tigre que domar. En el PRD somos personas comprometidas con México y así nos tenemos que tratar, con mucho respeto, sensibilidad y paciencia para lograr acuerdos.
¿Deberían desaparecer las corrientes, las llamadas tribus del PRD?
—Desde sus orígenes, al PRD sus diferencias le dieron riqueza y crecimiento. Si se dialoga esa bravura que hay en las corrientes y se encauza, será nuestro mayor impulso. No es descalificando a las corrientes como vamos a encontrar una solución.
¿Usted ve a una mujer dirigiendo al PRD a partir del 16 de julio?
—Yo veo que hay una mujer que está encargada del despacho del PRD. Esperaría que más mujeres participen, pues es un enorme reto para nosotras seguir en esa ruta. Desde luego, esperaría que siga una mujer al frente del PRD, pero esa será una decisión que tomará el Consejo Nacional.
Se reduce a dos mujeres, Alejandra Barrales y usted, la lista de mujeres que quieren el cargo…
—En este partido todos hacemos falta, no debe haber vetos ni descalificaciones para nadie. A Alejandra [Barrales] la estimo, lo mismo que a Pablo Gómez. A ambos los estimo mucho y esperaremos al Consejo Nacional.
En una encuesta de EL UNIVERSAL se midió a los presidenciables. Miguel Ángel Mancera es el mejor posicionado por el PRD, ¿qué opina acerca de esto?
—Trabajaría para que nuestros aspirantes se fortalezcan. Si se fortalecen, eso fortalece al PRD enormemente.
Estrategia para 2018
¿Qué esperaría para llegar mejor posicionados a 2018?
—Esperaría que seamos capaces de encabezar cualquier alianza. Ese tiene que ser nuestro objetivo este año, tanto para las elecciones de 2017 como en 2018. Estoy trabajando para armar una estrategia de fortalecimiento institucional en todos los estados que tendrán elección en 2017.
¿Habrá estrategia aliancista con el Partido Acción Nacional?
—Llegado el momento analizaremos el asunto. Hay un mandato que abre la posibilidad a cualquier tipo de alianza. Es responsabilidad de dirigentes hacer todas las exploraciones posibles, tanto con la izquierda como con el PAN.
Una cosa es cierta, tenemos que empujar que el PRI salga del Estado de México por los feminicidios, la violencia y la corrupción que se vive ahí.
¿Es viable una alianza con Morena y López Obrador?
—Hay que explorar todas las posibilidades, pero el primer paso es fortalecer a nuestros candidatos y aspirar a encabezar todo tipo de alianza. Si crecen nuestros candidatos, crece el PRD.
Como dirigente, ¿buscaría a Andrés Manuel López Obrador?
—No tengo conflictos con nadie, todo es posible, nada puede ser desechado. La naturaleza de los partidos políticos implica diálogo por naturaleza. Desde luego que estamos en la mejor disposición de dialogar con todos.
¿No hay un riesgo de que el PRD se desdibuje ante Morena?
—Todos los partidos corren riesgos en estos tiempos, los riesgos de no abrirse y no escuchar a la gente, pero estos riesgos son una oportunidad.
¿La crisis financiera del partido es tan grave para dejarlo inoperante?
—Estamos revisando las finanzas para generar una propuesta, pero todo tiene solución. Tenemos una solución muy viable, pero debemos tomar algunas decisiones y medidas.
¿Un nuevo préstamo?
—Es cuestión de revisar a fondo. En eso trabaja el área de finanzas y habrá una propuesta para tomar decisiones.
Concretamente, ¿a cuánto asciende la deuda del PRD?
—Son números que se están revisando. El partido está menos endeudado que hace muchos años. Tenemos un juicio con Carlos Ahumada que esperamos ganar, eso cambiaría totalmente la situación. El PRD no se paraliza.