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El Partido de la Revolución Democrática (PRD) enfrenta un escenario de crisis en 40% de sus direcciones estatales, según el balance sobre la situación de ese partido mostrado a la presidenta nacional del instituto político, Alejandra Barrales.
De las direcciones en 32 entidades, 13 están en crisis por pérdida del registro local, “presunta relación indebida con el gobierno estatal” o por estar a cargo de líderes inhabilitados por el estatuto perredista.
De acuerdo con el documento Situación de las directivas del PRD en las 32 entidades del país, presentado en la primera reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) encabezada por Barrales el pasado lunes, 19 direcciones estatales funcionan con normalidad, pero en 13 hay inestabilidad.
De esas últimas entidades, en cuatro perdió el registro como partido político localmente, al no rebasar al menos 3% de votos en los comicios locales. Por ello el perredismo es prácticamente inexistente en Nuevo León, donde apenas alcanzó 2.1% de los sufragios; en Tamaulipas, con 2.4%; en Coahuila llegó a 2.68%, y en Colima sólo tuvo 2.89%.
En los dos últimos casos la crisis interna es más grave; en la primera hay un litigio legal por la dirección —César Marcos Wong fue destituido en mayo—, y en la segunda, la ex diputada local y ex alcaldesa en Cuauhtémoc, Indira Vizcaíno, se integró al gabinete del gobierno priísta. Además ahí está a cargo una comisionada nombrada por el CEN, Martha Zepeda.
Debacle similar se enfrenta en Chiapas y Chihuahua, por presunta cooptación. En el primer estado el líder César Espinoza tiene una supuesta relación indebida con el gobierno de Manuel Velasco (PVEM). En Chihuahua, la lideresa Maria Guadalupe Aragón, de acuerdo al balance, tiene supuestos nexos indebidos con el gobierno priísta de César Duarte.
Aunque se señala a la dirigencia de Tamaulipas, a cargo de Alberto Sánchez Neri, como “funcionando”, en mayo fue ignorada por estar presuntamente orquestada por el PRI, su denuncia de que el crimen organizado presionó a candidatos perredistas para declinar a favor de abanderados del PAN.
Dirigentes inhabilitados. Tras la elección de Consejo y Congreso Nacional y Consejos Estatales —organizada en 2014 por el INE— las dirigencias locales del PRD tuvieron un breve periodo de estabilidad, pero dos años después el panorama es crítico y a mediados de 2017, estatutariamente, deberán realizarse elecciones internas para relevar todos los liderazgos estatales, salvo en la Ciudad de México.
Además de las situaciones de presunta cooptación o desaparición de la escena electoral local, otras dirigencias deben ser sustituidas, pues sus presidentes son legisladores, duplicidad de cargos prohibida por la reforma estatutaria del sol azteca de 2015.
Es el caso de la Ciudad de México, el presidente Raúl Flores es diputado local y su periodo acabó en mayo. En el Estado de México también hay una dirigencia irregular, pues su líder, Omar Ortega, es diputado federal.
En Oaxaca el presidente estatal es Carol Altamirano, diputado local electo, por lo que no puede ocupar ambos cargos. La lideresa del PRD Puebla, Socorro Quezada, es diputada local, misma situación que la de Candelario Pérez, líder estatal de Tabasco y legislador federal. En Quintana Roo, el presidente es Emiliano Ramos, diputado local, aunque el CEN nombró a Carlos Montalbán, es decir, no hubo elección estatutaria.