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carlos.benavides@eluniversal.com.mx
En momentos en que los procesos de unificación en el mundo pasan por un cuestionamiento que ha llevado al Reino Unido a dejar a la Unión Europea, América del Norte tiene el reto de demostrar ante los críticos que su proceso de integración ha traído importantes beneficios a México, Estados Unidos y Canadá, asegura la canciller Claudia Ruiz Massieu.
Este lunes, los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se reunirán durante una vista de Estado que el mandatario mexicano realiza a tierras canadienses. El miércoles se unirá a ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para celebrar la Cumbre de Líderes de América del Norte, con el objetivo de avanzar en el proceso de integración de la región.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la secretaria de Relaciones Exteriores habla de la visita de Estado, la Cumbre, pero también de la situación por la que atraviesa el país y de los cuestionamientos que en materia de derechos humanos hacen organismos internacionales, ONG e incluso gobiernos como el de Estados Unidos a México.
Asegura que a nuestro país también le preocupan las violaciones que autoridades de Estados Unidos cometen, en especial en contra de mexicanos. Señala que “es válido plantear preocupaciones, pero también es necesario hacer una autocrítica y dejar claro que la agenda de los derechos humanos es uno de los puntos en los que nosotros y nuestros socios tenemos una visión única, tenemos un compromiso único y total, y también la disposición compartida de abordar este enorme reto para todos los países desde las instituciones democráticas”.
—Una semana importante la que viene ahora para América del Norte. Finalmente se va a hacer la visita de Estado, pero finalmente es la reunión de líderes de América del Norte, ¿qué nos puede comentar al respecto?
—Vamos a una visita de Estado a Canadá que es muy importante porque es la primera visita de Estado que realiza el Presidente a Canadá y también es la primera vez que el primer ministro (Justin) Trudeau invita a un líder a celebrar desde que él asumió en noviembre, y eso subraya el sentido de prioridad e importancia que le da Canadá a México. Somos socios en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y con la llegada del ministro Trudeau ha habido un acercamiento de posiciones, de coincidencias. Vamos a buscar cómo profundizar nuestra relación, cómo fortalecer los intercambios bilaterales, pero también vamos a revisar posiciones comunes y áreas de prioridad, de cooperación, en temas como energía, innovación y emprendimiento, empoderamiento de género, derechos indígenas, una agenda donde compartimos muchas posiciones con Canadá, más movilidad académica, y vamos a establecer un grupo de alto nivel estratégico, de alto nivel empresarial. El miércoles se celebrará la cumbre trilateral de líderes de América del Norte, a la que llegará el presidente Obama, donde en torno a cuatro pilares vamos a revisar la agenda que tenemos, de fortalecer mucho esta visión que compartimos de América del Norte como una región competitiva, próspera, una región que en la medida en que se integra y genera mayores procesos de movilidad, de bienes, de capitales, de personas se vuelve más fuerte en un mundo de bloques económicos.
—¿Cuáles son esos cuatro pilares que menciona?
—El primero es medio ambiente y energía, el segundo es competitividad, el tercero es seguridad y defensa, y el cuarto son los temas regionales y globales.
En el primer tema básicamente vamos a revisar cómo tenemos una mayor eficiencia energética. En el segundo, que es el de competitividad, que realmente es donde nos vamos a centrar la mayor parte del tiempo, tiene que ver con fronteras, con cómo lograr que las mercancías puedan viajar entre los tres países de una manera más eficiente; las personas también, (y) homologar o hacer más compatibles los programas de viajero confiable de cada país, la infraestructura de frontera, regulaciones que nos permitan eficientar los flujos. Tenemos también el tema de seguridad y defensa, donde hablaremos de los retos que compartimos como región en materia de seguridad, pero también de cómo abordarlos en conjunto. El último pilar tiene que ver con asuntos globales y hemisféricos, en donde abordaremos particularmente el tema de cómo cooperar para fortalecer las capacidades institucionales de la región de Centroamérica.
¿El terrorismo es un tema que esté ocupando o preocupando a las agendas de los tres países?
—Sin duda es parte de los temas que como socios en la región tenemos y mantenemos diálogo en torno a ello, como región, tener esquemas de colaboración y una visión compartida para enfrentar los retos que pone y que nos son propios en este mundo globalizado y en estas dinámicas globales. El terrorismo, desde luego, el crimen transnacional, en fin, es parte de la agenda y estará abordándose en el pilar de seguridad y defensa.
Canciller, habla usted de un proceso, que parece inevitable y deseable, de integración de América del Norte. Esto lo vemos en momentos en que en otras partes del mundo, específicamente en la Unión Europea, se está pasando por un proceso complicado, precisamente la salida del Reino Unido, que impone muchos retos. ¿Qué reflexión haría respecto a lo que pasa en América del Norte versus lo que ocurre en Europa?
—Sin duda, la decisión que toman los ciudadanos del Reino Unido de alguna manera impacta en el mundo en general, en principio; desde luego, a la Unión Europea, que habrá de redefinir una serie de cosas respecto de sus miembros, y al propio Reino Unido, que para instrumentar esta decisión tiene un plazo de dos años y tendrá que definir cómo se relaciona con la Unión Europea y con sus socios comerciales, con los que tendrá que buscar un mecanismo de relación institucional en distintas materias.
Creo que para nosotros en América del Norte es claro que la integración que hemos tenido en los últimos veintitantos años ha sido enormemente favorable. No sólo se ha incrementado el comercio intrarregional entre los tres países en alrededor de 400% y nuestro comercio con Estados Unidos más de 500%, casi 600%. Se han integrado cadenas de valor entre los dos o tres países y eso nos ha dado mucho mayor competitividad. Ahora, es cierto que en el mundo hay una tendencia a cuestionar este tipo de procesos, el impacto que ha tenido la dinámica de libre comercio, de integración en segmentos de la población. Nuestra región no está exenta de esos cuestionamientos y justamente es cuando se vuelve importante el poder, con información y con datos, mostrar que esta visión ha sido la correcta.
¿No le preocupa el tema de que en la próxima elección de EU pueda darse un giro a los procesos de integración en América del Norte? Los discursos, al menos de alguna de las campañas, no han sido para nada en el sentido de la integración.
—Sin duda es parte de los retos que tenemos. Esta visión que cuestiona los procesos de integración o los procesos de libre comercio en las distintas regiones del mundo es real, en Europa, en la región de Norteamérica, pero los casos de éxito están a la vista.
En el caso de EU con México, es claro que no sólo somos una relación estratégica y de lo más importante para EU, para nosotros es nuestro primer socio comercial, nosotros somos el primer, segundo o tercer socio comercial más importante de 30 estados de la Unión Americana. Seis millones de empleos directos dependen de la relación bilateral con México, pero, más aun, la dinámica que hemos tenido en los últimos años ha detonado la competitividad para EU.
Ayer que fui a Arizona comentaba que nada más en es estado tenemos 111 mil empleos que dependen de la relación comercial bilateral, en California 700 mil, en Texas más o menos lo mismo. Cuando se va viendo lo que significa para los estados en lo individual esta relación bilateral es cuando la gente comienza a hacer una reflexión de por qué esta dinámica con México de integración, de articulación de cadenas de valor les es favorable, independientemente de la enorme inversión que también empresas mexicanas tienen en EU y que generan muchísimos empleos.
Sería posible que quien llegará a la presidencia de EU pudiera revertir ese proceso de integración. ¿Es posible hacerlo?
—En lo formal el Tratado de Libre Comercio contempla que cualquiera de sus miembros puede denunciar el tratado, pero en la vida real la dinámica de integración, de construcción compartida, de producción compartida es tan real que desmontarla no me parece que sea algo factible, sobre todo porque la lógica indica que a algo que funciona bien si le impones barreras tiene efectos negativos.
¿Con Canadá esperaríamos un relanzamiento de la relación, una nueva relación?
—Una relación más profunda, estratégica. Una relación que fortalezca la visión que tienen el presidente Peña y el primer ministro Trudeau de generar un mayor acercamiento, un mayor flujo de personas.
Vamos a estar trabajando muy de la mano con Canadá en incrementar, por ejemplo, la movilidad académica.
¿Es viable una relación sin visas para mexicanos?
—Hemos estado trabajando justamente con Canadá en que podamos llegar eventualmente a esta eliminación del requisito de visado. Seguramente será parte de lo que se discuta y de lo que se pueda compartir en la visita.
En estos días hemos visto pasar al país por momentos complicados, en temas como lo sucedido en Oaxaca, por ejemplo, donde perdieron la vida personas, los empresarios saliendo a expresar sus inconformidades a la calle. ¿Qué tanto complica hablar bien de México en el exterior cuando suceden estas cosas dentro?
—Yo diría que México es un país bien valorado en la comunidad internacional. Lo es no sólo por su peso económico, somos la decimoquinta economía del mundo, sino que lo es por el proceso de transformación que ha impulsado el Presidente de la República. Las reformas transformadoras han sido modelo en muchos países y han sido una de las causas por las cuales el mundo y nuestros socios ven con tanto interés lo que pasa en México.
México tiene retos, sin duda, pero lo que nosotros hacemos siempre ante las muestras de solidaridad, de preocupación con algunos de los países con los que tenemos relación, es informar, platicarles la situación, contextualizar y repetir lo que es cierto: el compromiso irrestricto, total del Presidente de la República, del Estado mexicano, de superar los retos que tenemos.
En el tema de derechos humanos, varios organismos internacionales, ONG, pero también gobiernos como el de Estados Unidos han expresado su preocupación por la violación, que en algunos casos califican como sistemática. ¿Usted estaría de acuerdo con esa visión que tienen allá? ¿Qué está haciendo México para que esto no sea percibido o para que no suceda en el país?
—Sin duda, México tiene retos en materia de derechos humanos como los tienen todos los países, y es legítimo que nuestros socios y amigos nos pregunten respecto de incidentes específicos, como nosotros también expresamos preocupación sobre acontecimientos específicos que suceden en otras naciones. En todos los países vemos temas que nos preocupan.
Nos preocupa, por ejemplo, la dinámica que a veces hemos visto en relación con nuestros connacionales en Estados Unidos, como nos puede preocupar el atentado que sucedió en Orlando la semana pasada, eventos que hayan sucedido en Europa en otros momentos. Es parte del diálogo entre países y democracias maduras, y en ese sentido el gobierno de México reafirma, por un lado, que tiene un compromiso irrestricto con la promoción y la defensa de los derechos humanos.
Sin ir más lejos, la entrada en vigor del Nuevo Sistema de Justicia Penal es uno de estos pasos que ha dado el Estado mexicano para construir un sistema jurídico y judicial que ponga a la persona en el centro del sistema.
Las iniciativas de ley que ha enviado al Congreso respecto a la tortura o desapariciones forzadas, pero también enormes recursos que se han canalizado en la capacitación de servidores públicos, en la construcción de programas para promover los derechos humanos, en iniciativas de ley, como la que envió el Presidente en torno al matrimonio igualitario.
A decir verdad, México es uno de los países más abiertos al escrutinio internacional en materia de derechos humanos. Somos el séptimo país más abierto a ese escrutinio, el que más visitas de relatores y mecanismos especiales y observadores ha recibido en los últimos casi 20 años.
En el caso específico de Estados Unidos, ¿usted diría que entre socios se valen la crítica, pero también la autocrítica?
—Entre socios y entre amigos siempre se debe poder hablar y abordar los temas que preocupan a uno o a otro, y esa es la actitud del gobierno de México y es el trato que también damos a nuestros socios y amigos.
Creo que es válido y también necesario hacer una autocrítica, pero es válido decir y subrayar que la agenda de los derechos humanos es uno de los puntos en los que nosotros y nuestros socios tenemos una visión única, tenemos un compromiso único y total, y tenemos también la disposición compartida de abordar este enorme reto para todos los países desde las instituciones democráticas.