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ruth.rodriguez@eluniversal.com.mx
Los problemas clave que enfrenta el IMSS, y que impactan en sus finanzas, son generados por una transición epidemiológica y poblacional, ante el cambio de las enfermedades que atiende, combinado con un sector de pacientes integrado principalmente por adultos mayores, reconoce Mikel Arriola Peñalosa, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Frente a este panorama, asegura que es urgente actuar con medidas específicas, inteligentes, calibradas y estadísticamente bien diseñadas para atender estos problemas, puesto que de lo contrario, advierte, será difícil financiarlos en un futuro.
Explica que las enfermedades crónico-degenerativas, representan un gasto de 80 mil millones de pesos de 120 mil millones de pesos que tiene el Seguro de Enfermedades y Maternidad; y por otro lado hay una transición poblacional, con 12 millones de adultos mayores que demandan servicio.
“Ambas generan una presión [a las finanzas del instituto] que incrementa el gasto en más o menos 5% al año, y ese recurso está repartido inequitativamente, puesto que 25% de la población mayor de 60 años implica 80% del gasto total”, subraya.
De 500 mil consultas médicas que se brindan por día en el Seguro Social, 370 mil corresponden a este grupo de la tercera edad; a diferencia de los jóvenes, que suman un total de 1.2 millones de consultas al año, de las cuales 40% es de atención por embarazos en adolescentes, revela.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Arriola Peñalosa, quien tiene bajo su mando a 430 mil trabajadores y a 60 millones de derechohabientes, considera que una de las medidas para enfrentar este problema es precisamente la afiliación de estudiantes de 16 a 23 años de edad al IMSS, “para protegerlos en su salud, y a la vez se blindan las finanzas de la institución.
“Es un ejercicio de prevención absoluta que no se había hecho nunca, queremos traerlos al PrevenIMSS, incrementar geométricamente las consultas en dicho grupo”, explica el funcionario, quien antes de este cargo, estuvo cinco años al frente de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
“Buscar entre los jóvenes que las visitas sean más de prevención y no de partos, porque en los últimos 10 años se duplicó la tasa de partos en jóvenes, y ese es un elemento que trunca las carreras de los estudiantes”, señala Arriola Peñalosa.
“Si no hacemos nada, hoy nos estamos gastando en enfermedades crónicas 80 mil millones de pesos, y para 2080 estaríamos gastando 350 mil millones de pesos, más vale que hagamos algo”, exhorta.
Mikel Arriola, licenciado en Derecho por la Universidad Anáhuac y maestro en Políticas Públicas y Administración Pública por la London School of Economics and Political Science, de Inglaterra, habla sobre los desafíos que enfrenta el IMSS y los ejes a trabajar hasta 2018. Reconoce que le gustaría que los derechohabientes lo recuerden como alguien que mejoró el servicio y la calidad en la atención.
¿Qué buscan con la afiliación de estudiantes al IMSS, si es una población que casi no se enferma?
—Lo primero es atraer a los jóvenes de 16 a 23 años al sistema de salud, para poderlos checar y medir dos veces al año, para que no se les materialicen sus factores de riesgo y decirles que están un mucho o un poquito arriba de su peso; que tienen colesterol arriba de lo normal o triglicéridos altos.
Si tú se lo dices a una persona 25 años antes de que caiga en la diabetes, lo que harás es mejorarle sus años de vida saludable, pero también le estás ahorrando al Seguro de Enfermedades y Maternidad un tratamiento médico.
De los diabéticos, 50% de quienes llegan después de los 45 años de edad se generaron un daño crónico. Tenemos hoy 65 mil hemodializados que nos cuestan 330 mil pesos al año, y si controlamos un diabético a los 30 o 35 años de edad con insulina, nos cuesta 100 pesos anuales.
¿Cuáles serán los alcances?
—Buscar entre los jóvenes que las visitas sean más de prevención y no de partos. Se nos duplicó la tasa de nacimientos en jóvenes en los últimos 10 años. Ese es otro elemento que trunca sus carreras, porque si un joven de escuela pública termina la universidad tiene 100% de probabilidades de entrar a un empleo y 90% de obtener el empleo que quiere.
Por otro lado, el niño de madre y padre adolescente no arranca parejo en la vida, inicia con una inequidad natural, empezando porque los papás no alcanzan un per cápita promedio para tener los satisfactores.
¿Cuánto dinero les dio la Federación para esta afiliación?
—Hoy suman 2 mil 700 millones de pesos [es una per cápita de 1.2 salarios mínimos por estudiante) y la meta será que para la primera quincena de agosto estén afiliados 7 millones de estudiantes. Esta bolsa que nos dan ayuda mucho, porque se pueden convertir en ahorros por 40 mil millones de pesos para 2050.
¿Con esta acción se protege a una generación de jóvenes y se blindan las finanzas del IMSS?
—Así es, estamos hablando de que el IMSS es el gran sistema de salud que se generó a partir de una epidemiología distinta. La mortalidad en 1943, eran enfermedades infecciosas-agudas y lesiones, hoy se tienen 430 mil trabajadores y una capacidad para dar 500 mil consultas diarias.
Este sistema sigue una lógica curativa, no podemos seguir con eso, porque no va a haber unidades médicas que nos aguanten una población enferma a los 50 años y que siga con padecimientos a los 80 y 85 años, que en 2050 esa edad será la esperanza de vida.
¿Es urgente actuar para frenar esta ola de casos de enfermedades crónicas?
—Es urgente actuar porque vemos una inercia y en cualquier país industrializado eso nos va a llevar a que sea difícil financiarlo; y al revés, si hoy nos dedicamos a que no se materialice el riesgo futuro, vamos a bajarle presiones al IMSS en lo financiero, se va a poder robustecer el sistema, porque me queda claro que es el sistema más homogéneo, universal y completo y que ahora es más público y social.
¿Cuáles son los principales problemas que aquejan al IMSS?
—Son tres los principales retos y tres los principales ejes de trabajo. El primero es mantener la disciplina fiscal y financiera del instituto. La anterior administración redujo el déficit 60%, se pasó de 25 mil millones de pesos a 8 mil 600 millones en tres años, lo que significa que el IMSS pudo incrementar el servicio médico, infraestructura hospitalaria y reducir el uso de reservas.
Los otros retos son la reducción de la carga regulatoria, es decir, los trámites que se hacen en el IMSS en materia de incapacidades, pensiones y subsidios en alrededor de 400 mil peticiones diarias. El tercer eje es mejorar la calidad y la calidez de los servicios.
Con el menor uso de reservas y el mejor uso de los recursos, si se compara el trienio 2010-2012 con 2013-2015, hemos podido incrementar el servicio: se han hecho más cirugías, se han surtido más recetas, se han atendido más niños en guarderías. Esos son los tres retos, ejes de trabajo de la presente administración.
¿Por qué se tiene que ahorrar?
—Porque estamos ante dos transiciones: una poblacional y otra epidemiologica, que van a presionar cada vez más las finanzas de los institutos de salud. Primero la demográfica, en 1973 teníamos 14 trabajadores por cada pensionado, hoy tenemos cinco trabajadores por cada pensionado. Tenemos casi cuatro veces más adultos mayores. Pasamos de 3 millones a 12 millones de adultos. Después pasamos a una transición epidemiológica, en la que la carga de mortalidad mayoritaria es por enfermedades crónico-degenerativas, con una expectativa de vida de casi 60% más de la que existía cuando nació el Seguro Social.
¿Cuál era la esperanza de vida cuándo surgió el IMSS?
—En 1943 la esperanza de vida de los mexicanos era de 48 años, hoy es de 78 años y no había carga pensionaria, debido a que la población económicamente activa iba naciendo, y las personas morían jóvenes. De manera tal que hoy las presiones del instituto incrementan las presiones de gasto a ritmos superiores a los del ingreso.
¿Cuáles son los factores que presionan las finanzas del IMSS?
—Las enfermedades crónicas. Los derechohabientes con enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y cáncer son las que ocupan casi 80 mil millones de pesos al año, que es casi 80% del presupuesto del Seguro de Enfermedades y Gastos de Maternidad que es de 120 mil millones de pesos. Ese es el gran reto, y a medida que en los últimos tres años aumenta la demanda de los servicios se debe ser más eficiente con el gasto.
¿Las pensiones también presionan las finanzas?
—El otro rango de gasto que se incrementa también a un ritmo asimétrico de lo que aumenta la recaudación es el pasivo del Régimen de Jubilaciones y Pensiones, que inició en 1943 y que se modificó hasta 1997.
Ahí tenemos un pasivo de 2 mil millones de millones de pesos que tenemos que pagar de aquí hasta 2080, y que sube de un año a otro entre 6 mil y 7 mil millones de pesos.
¿Qué hacer?
—Buscar los espacios de ahorro todos los años para mantener el equilibrio de las finanzas.
¿Se volverá a revisar el régimen de jubilaciones y pensiones?
—La diferencia entre los dos, hablando de trabajadores del IMSS, es que el primero era de una contribución definida, ese es el pasivo que tenemos que pagar, el cual es actuarial, porque se dejó de generar cuando empezó el nuevo régimen de las Afores, y ahora la carga para la institución está compartida entre trabajadores y patrones. Antes toda la carga era para el instituto, ahora es absorbida con el trabajador.
¿Cuántos trabajadores tiene el IMSS?
—Son 430 mil trabajadores, de los que pertenecen al régimen anterior 230 mil [es casi la mayoría de los trabajadores del IMSS que están pensionados], será hasta 2021 cuando los empleados del nuevo régimen comiencen a jubilarse. La gran mayoría de nuestro pasivo lo tenemos con una población del régimen anterior, que computa un promedio de 53 años, son jóvenes.
¿Cómo trabajan el Sistema Universal de Salud?
—La instrucción del presidente Enrique Peña Nieto fue muy clara, los recursos son finitos, pero son de fuente única, son del contribuyente y somos los proveedores públicos en salud.
Lo primero que debemos hacer es revisar en dónde nos podemos apoyar unos con otros; no es portabilidad, es intercambio de servicios, y el eje rector es la Secretaría de Salud, y asumimos ese liderazgo para que en corto plazo tengamos algo muy completo, casuístico, estado por estado.
¿En qué se va a trabajar de aquí al año 2018?
—Nos vamos a concentrar 100% en mejorar la calidad y calidez, en tener mejores procesos administrativos para bajar tiempos, no solamente al IMSS, sino para ahorrarle tiempo a la gente y dinero. Y tercero, todo esto se podrá hacer si mantenemos la disciplina financiera, ese es el elemento subyacente a todo lo que hagamos.
Con menor uso de reservas en el gasto, de aquí a 2018, tenemos 19 mil 500 millones de pesos para incrementar el número de camas 5%, a partir de la construcción de 12 hospitales y una unidad médico familiar en cada estado de 10 consultorios.
¿Dónde estarán estos hospitales?
—En septiembre se entregará un hospital en Colima. Para 2017, se instalará otro en Querétaro y hay varios proyectos para Ciudad Acuña, Coahuila; García, Nuevo León; Tapachula, Chiapas, y en Bahía de Banderas, Nayarit. Son hospitales que incrementarán la capacidad regional.
¿Habrá un nuevo modelo de atención de salud?
—Presentaremos en cuanto esté listo el primer modelo de Unidad Médica Familiar de Prevención, que será un sistema comunitario familiar que tenga la capacidad de encontrar diabéticos, de detectar factores de riesgo para tener población controlada en diabetes; que se puedan hacer diagnósticos tempranos de cáncer y prevenir accidentes obstétricos. Básicamente prevenir enfermedades crónicas e interactuar con la industria, debe tener penetración comunitaria y ofrecer referencia rápida al segundo y tercer nivel de atención médica. Ésta será la unidad bisagra del sistema de salud y después haremos más, tanto familiar como de prevención.
¿Cómo va la digitalización de los trámites en el IMSS?
—Este es nuestro segundo eje, transformar la atención de tramitología. Digitalizamos 72% de los trámites y queremos que cada uno se haga 100% digital. Tenemos los cinco trámites más recurridos en el IMSS en una aplicación de teléfono inteligente. En 2012 había cero trámites digitales, se cerró el año pasado con 30 millones, y queremos en 2016 cerrar con 35 millones y terminar el sexenio con 45 millones de trámites no presenciales.
¿Cuáles son los más solicitados?
—No se necesita ir al IMSS para cambiar la adscripción de unidad médica familiar; en el trámite de supervivencia, 6.4 millones de visitas nos ahorramos al año; las mujeres que son madres, para regresar a sus hijos a la escuela requerían una constancia médica del IMSS, esto no aplica más, ni tampoco las embarazadas que no serán atendidas en el IMSS y quieren tramitar su incapacidad, lo pueden hacer.
Todos los pagos de las cuotas obrero patronales se hacen por el sistema bancario y todos los de pensiones. Para julio-agosto, les adelanto que el trámite de pensión será precargado, de manera tal que el pensionado podrá revisar desde su teléfono o computadora con internet que el IMSS haya calculado bien sus semanas laborales derivadas de las declaraciones de los patrones, y establecido cuál es la cantidad a pagar.
¿Cuál es el objetivo del tercer eje de acción?
—Es el más prioritario y sustantivo: calidad en la atención médica. Estamos midiendo con indicadores cada implementación. Por ejemplo, la Unifila busca que el paciente que llega sin cita pueda hacer atendido el mismo día, en un rango corto de tiempo, y para eso se habilita una ventanilla y se revisan los horarios de los médicos.
¿Cuáles son los promedios?
—Con cita médica estamos atendiendo, en promedio, abajo de 30 minutos. Del total de la demanda del IMSS, 75% es primer nivel de atención, y 370 mil consultas son para la atención a diabéticos, hipertensos, obesos y sobrepeso. Vean que importante es la prevención y cuántos lugares liberaríamos de manera gradual si esto va achatándose con prevención.
El programa de Unifila [asignación de un consultorio para la atención de pacientes que no tienen cita] cuenta con 100 unidades médicas implementadas, de un total de mil 500 a nivel nacional. La meta es llegar a 284 unidades para 2017, que equivalen a 70% de la población descrita anteriormente.
Tenemos una meta para principios de 2017 de 176 hospitales de un total de 271, en los que se atiende a 46% de la población. Referencias, del primer nivel al segundo nivel te deben dar una cita en media hora, en 81 hospitales se aplica.
En gestión de camas, la meta es bajarle a menos de ocho horas el tiempo que una está vacía, lo traímos en 22 horas. La meta es 152 hospitales que es 100%. Se implementó en 57 a tres meses de arranque.
¿Qué indicadores hay en el área de urgencias?
—Se aplica en 52 hospitales de 154. Se han podido capacitar a 13 mil trabajadores y el uso eficiente de quirófanos de cirugías programadas en el fin de semana se implementó en 12 hospitales, se va a ir a 154, más los 25 del tercer nivel.
¿Hay médicos especialistas operando o son residentes?
—Son residentes, pero son médicos y han trabajado intensamente en hospitales en los últimos dos años de su vida viendo la especialidad de Trauma y Ortopedia; 52% de las cirugías son de esta área y dónde está el rezago de 8 mil 700 cirugías, cuyo tiempo de espera para el paciente es de 120 días y la meta es bajarlo a 20.
Se han realizado mil 267 cirugías de abril a la fecha, tenemos un ritmo semanal de alrededor de 170 intervenciones. Esto se aplica en 12 hospitales de cuatro delegaciones y se va a implementar a inicios de 2017 en todos los que hay en el país.
¿Se tiene el material para esto?
—Muchas veces falla la comunicación intrahospitalaria, pero nadie está impedido para pedirle a otro hospital equipo de curación.
¿Puede haber cruce, pero muchos no lo hacen, o sí?
—Muchos sí lo hacen y vamos a ocuparnos de que todos lo hagan. Yo mido personalmente con mi equipo el porcentaje de surtimiento de medicinas cada semana. Desde 2015 hasta hoy no ha bajado de 97% a nivel nacional. Se revisa inventario en las mil 500 farmacias y en los almacenes.
¿No hay excusa para que en un hospital digan que no hay medicinas?
—El encargado de la farmacia lo debe pedir antes de que se termine el medicamento. Desde hace un año que se implementó el programa de vales en la Ciudad de México y no hemos dejado de dar una sola medicina. Hay 89% de cobertura de receta electrónica a nivel nacional.
¿Cuál es la situación en la compra consolidada de medicamentos?
—El año pasado 18 estados del país participaron, espero que sean más para este año. Se llevan casi 7 mil millones de pesos de ahorro solamente en el IMSS, y de casi 11 mil millones de pesos en el sistema de salud.
¿El dólar no les pega?
—La industria farmacéutica creció en los últimos cuatro años, de valer 150 mil millones de pesos, hoy vale más de 200 mil millones. Se ha incrementado la competencia, hay 500 genéricos más, hay alrededor de 200 moléculas más, lo valorará el mercado cuando salgamos a licitar.
Vamos a ver cuáles son los equilibrios en los precios y si hay un factor de tipo de cambio. Hay que aprovechar la oportunidad de los genéricos.
Cada director del IMSS deja una huella o sello en su paso, ¿cómo quiere que se le recuerde?
—Claramente que mejoré el servicio y la calidad para la gente, así me gustaría que me recordaran.