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Al preguntarle al gobernador Silvano Aureoles si no teme que se le incendie Michoacán por confrontar a la Sección 18 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), es tajante: “Más vale una pinta que mil descoloridas”.

Advierte que va a tomar medidas contundentes para resolver el problema del magisterio michoacano, porque los altos costos presionan las finanzas de su gobierno.

—¿No va a suceder como en Oaxaca, que detienen a sus líderes?

—Yo espero que no lleguemos a esos niveles. Pero mi decisión inquebrantable de poner en orden la educación en Michoacán no tiene vuelta de hoja. No quiero despedir maestros ni que los sancionen, ni quiero encarcelarlos, pero hay una ley vigente que hay que cumplir y hacer cumplir, señala.

Respecto de irregularidades cometidas por gobernadores que le antecedieron en el cargo, anticipa que pronto habrá resultados de las auditorías que practicó y va a sancionar con pruebas en la mano.

Pero, acota, no va a “fanfarronear” como otros mandatarios estatales electos que lo primero que dicen al llegar es que van a encarcelar a sus antecesores y al final no hacen nada.

“No voy a pasármela quejando ni repartiendo culpas (...) no voy a andar persiguiendo a nadie, los que se pasaron de la raya van a tener que responder, quien sea”, afirma.

Asegura que en el tema de inseguridad ha habido avances en su gestión, pese a la situación precaria en que recibió las policías.

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