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El Partido de la Revolución Democrática (PRD) llega hoy a su 27 aniversario de fundación con una votación lejana a la que obtuvo hace dos décadas, sin sus principales líderes fundadores y en fuerte disputa electoral y de ideas con Morena, por la posición número uno como principal partido de izquierda del país.

Para reposicionarse, además, ha recurrido a alianzas con el PAN en cinco entidades en elección en este 2016.

Aunque gobierna cinco entidades —Michoacán, Tabasco, Oaxaca, Morelos y Ciudad de México— y 300 municipios, no llega a 5% de votación en casi 15 estados, y Morena, con un año de vida, alcanzó en 2015 un porcentaje de votación válida emitida de 8.7%, contra 11.4% del PRD.

Un dato que refleja la caída electoral es que en 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas conquistó la Ciudad de México, obtuvo 125 diputados, cifra sólo comparable con los 123 de 2006, con Andrés Manuel López Obrador como candidato presidencial. Hoy apenas nutren su bancada con 56 legisladores en San Lázaro.

En 27 años de existencia ha enfrentado múltiples crisis y éxitos legislativos y electorales, pero —aseguran tres de sus fundadores, Ifigenia Martínez, Pablo Gómez y Jesús Ortega— el momento actual es clave.

Para Gómez Álvarez, “este es el momento más malo del PRD en 27 años, porque durante varios años, unos cinco, ha carecido de una propuesta clara y de una forma de comportamiento eficiente y predecible. Y sus miembros no pueden aguantar ocurrencias ni puntadas.

“Lo que ha perdido el PRD es certeza en sus objetivos y también en sus medios para alcanzarlos. No hay un acuerdo suficiente y no ha habido desde hace un lustro una dirección capacitada para poner al partido a la altura del país”, sentencia.

Lo que distingue a esta de otras crisis que ha enfrentado su partido —expone— es que “nunca había dejado de tener un plan para llegar al poder. En este momento no tiene ninguno y dentro de éste tendría que admitir que no puede hacerlo solo”.

Después de esa problemática “vendrá la desaparición del partido o la superación de la crisis”, dice Gómez.

Advierte que una eventual extinción perredista “sí tendría que ver por Morena, pero sobre todo por inanición”, puesto que el partido de López Obrador es derivación perredista.

Respecto a su situación interna, el PRD cumplió seis meses, a partir del 7 de noviembre, con Agustín Basave Benítez como presidente nacional de ese partido, al que se afilió alrededor de 10 semanas antes.

Tras los primeros dos meses de enfrentamientos con siete corrientes, agrupadas para oponerse a las alianzas con el PAN, presuntamente para favorecer al PRI, hoy el sol azteca está desplegado en las campañas, y con cierta tranquilidad.

Esas presuntas presiones y actuación irregular de las corrientes internas dieron pie a dos amagos de renuncia de Basave a la dirigencia, pero tras desactivarse el conflicto sigue al frente.

Hoy, asegura Agustín Basave, la “gran fuerza” del partido es su militancia. “Tenemos problemas, retos, desafíos, pero también tenemos militancia, que es el gran valor del PRD, 4 millones y medio de afiliados al partido, ahí está la gran fuerza del PRD.

“Hace seis meses tomé la presidencia del partido en una crisis y hoy, a seis meses de distancia, creo que somos competitivos en la mitad de los estados donde se juegan las gubernaturas; me parece que no es poca cosa”.

Una izquierda sin mesías. En entrevista, Jesús Ortega considera que hoy, pese a la orfandad en que vive el PRD, sin sus dos ex candidatos presidenciales, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, quienes renunciaron al perredismo, éste refrenda que “somos un partido que valora la libertad y la igualdad, una izquierda que no tiene mesías”.

Explica que al PRD le han cantado la muerte desde el 5 de mayo de 1989, día en que se fundó, así que no indica nada el que ahora se diga que ese partido será desplazado por Morena.

“Cada año nos están sepultando”, pero, sostiene Ortega Martínez, es aún el principal partido de izquierda y su avance ha sido consistente.

—¿Sobrevivirán a Morena?

—Desde luego, somos más fuertes que Morena. En las pasadas elecciones el PRD sacó más votos que Morena, nosotros somos la tercera fuerza, ellos la cuarta.

Pero el PRD tiene el reto de evidenciar dos cosas: “La izquierda que representa Morena es anacrónica, de un nacionalismo atrasado, un populismo desfasado” y que la que representa el sol azteca es para el siglo XXI.

Fuera de eso, las dificultades del PRD, señala, son “infinitamente inferiores a lo que era antes” y no hay partido en el mundo que no tenga problemas.

“Tenemos dificultades, no tenemos suficiente cohesión, a veces no somos la fuerza más organizada, tenemos atraso en nuestra organización programática, es un hecho. Tenemos visiones todavía sobre la sociedad del siglo XIX o XX y necesitamos tener una visión de la izquierda del siglo XXI. En este aniversario es buena oportunidad de reconocer esas deficiencias y dar saltos que coloquen al PRD como izquierda contemporánea”.

Reconoce que hacia el exterior el PRD apenas comienza a salir de la que es considerada la crisis más importante que ha enfrentado en términos de imagen como partido gobernante: la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida en septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, siendo edil José Luis Abarca, entonces perredista.

Pero en ese caso, expone Ortega, el error de su partido fue no haberlo ubicado como lo que hoy se evidencia: un problema de Estado, de infiltración del narcotráfico y del crimen organizado en gobiernos y autoridades municipales y policiacas.

En favor de mayor unidad. Para Ifigenia Martínez —quien junto con Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo encabezó la Corriente Democrática del PRI, que a la postre dio lugar a la fundación del PRD— el problema principal de este partido es externo, “es el PRI, que no ha dejado el poder”, aunque hubo una transición breve con el PAN.

El PRD llega a su aniversario “en un entorno difícil, porque las propuestas democráticas que hemos hecho no han tenido fuerza como para llevarnos al poder… y en eso seguimos.

“Espero que haya la suficiente visión, inteligencia y generosidad para lograr la unidad de las izquierdas, que se vuelva a reunir gente en lo individual como Cuauhtémoc y Porfirio, que son gente pensante y que tienen objetivos nacionales que podemos compartir con la colaboración de ellos aunque no estén dentro del partido, porque no han cambiado de ideología, será posible volver a enfrentar al PRI”.

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