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Con los acordes de Las Golondrinas, el mariachi se abre paso en la capilla en la que han sido velados los restos de la senadora Mónica Arriola Gordillo por “toda su familia”, ha dicho el sacerdote que ofició la misa fúnebre a la que asiste sólo un integrante de la 63 Legislatura, Ernesto Cordero Arroyo, y han llegado más coronas florales que personalidades.

La presencia de su madre, Elba Esther Gordillo Morales, desde antes de las 11:30 horas, fue debido a una autorización del gobierno de la Ciudad de México, en un dispositivo que la escondió de las miradas, incluso de quienes acudieron a dar el pésame.

Pero ahí está, al frente de la familia, de tenis, un pantalón negro sencillo y una blusa blanca. Afuera, cuatro ambulancias del sistema penitenciario distribuidas en distintas áreas de la funeraria forman parte del dispositivo implantado para su visita.

Los deudos cercanos, aún en medio del sufrimiento por la pérdida de Arriola Gordillo, siguen puntuales una consigna de guardar absoluto hermetismo. Al pie del féretro, sobre un caballete, fue colocada una fotografía de Mónica en tribuna en la Cámara de Diputados, en la que dirige un mensaje, de suéter morado y una pañoleta en la cabeza.

Es la hora del pésame a la madre de doña Mónica, que iba a cumplir 45 años en mayo, con un hijo apenas casado, Othón de León, y dos pequeños: Fernando y Regina, quienes en la misa están cerca de la abuela Elba Esther.

Las condolencias las reciben Maricruz Montelongo, Othón, y hay quienes dentro de la capilla pueden ver a la distancia, filtro de por medio, a Gordillo Morales. Elba llega vestida de blanco, como algunos de los más cercanos, entre ellos Manuel Cárdenas Fonseca, suplente de Mónica Arriola Gordillo.

Al mediodía, los rezos. Oficia misa el sacerdote Ángel Fernández. Palabras para el consuelo en la tribulación. El dolor de la muerte de un hijo, señala, es muy grande. Comenta que ha visto a “toda la familia, unida, con sufrimiento, pero en paz”.

“Está bien”. Las palabras para la resignación que expresa el sacerdote llaman a la fe de los dolientes, “para entender que Dios se encargará de suplir el hueco que deja Mónica Arriola Gordillo en la familia”.

Los rezos han pasado, las condolencias de los muy cercanos han sido dichas; a las puertas custodiadas por centinelas se han quedado otras personas, sin recibir el acceso a la capilla, como el dirigente del Partido Nueva Alianza (Panal), Luis Castro Obregón, y el ex diputado del PRD, Miguel Alonso Raya, que conoció y trató a Gordillo Morales y a la misma Arriola Gordillo.

Rafael Ochoa, quien fue secretario general del SNTE, un soldado de Elba Esther Gordillo, ha llegado cuando fluyen las coronas florales. La del presidente Enrique Peña Nieto ha llegado temprano; la del presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, la casa legislativa de Mónica Arriola, y la de Emilio Gamboa Patrón.

Cinco minutos estuvo el ex presidente nacional del PRI, Jorge de la Vega Domínguez, quien señala que de Comitán también es Elba Esther Gordillo; la secretaria general del PRI, Carolina Monroy se presenta con recuerdos emocionados de la amistad mutua.

Ya más tarde llega el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, y se abre la puerta para el acceso de la corona floral que envía el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.

Pleno de luto. Roberto Gil Zuarth, presidente del Senado, se había quedado en la sesión del pleno; dirigió unas palabras desde su lugar en la Mesa Directiva, y las diferentes bancadas designaron oradores que expresaron su duelo desde su escaño.

Un minuto de silencio por una compañera fallecida. Quinto deceso de esta generación de legisladores. Primero, Alonso Lujambio; luego, Manuel Camacho Solís; Luciano Borreguín Orozco; Braulio Fernández Aguirre, y hoy Mónica Tzasna Arriola Gordillo.

De manera informal han dicho en la funeraria que no quería despedidas de cuerpo presente.

Enfrentó al cáncer. La segunda vez, “la enfermedad fue más fuerte que su voluntad”, dice Gil Zuarth, y todos han dicho que la van a extrañar.

“Sensible y preocupada por los temas centrales de México”, señala Ana Gabriela Guevara (PT). Layda Sansores, comenta de ella: “Querida por todos por su sencillez y humildad. Su muerte debe servir para recordarnos que el acto contra su madre no es por justicia, sino por venganza”.

Martha Tagle, senadora independiente, dice que conoció a Arriola Gordillo como diputada en la 60 Legislatura, y la vio en la plenitud política, siempre; Jorge Luis Lavalle (PAN): “Estamos muy agradecidos con la vida por compartir con un ser valioso”. Dolores Padierna Luna (PRD): “Trabajó hasta el último momento, y ahí está la Gaceta Parlamentaria de hoy con puntos de acuerdo con su nombre”.

El coordinador del PRD, Miguel Barbosa Huerta recita a Jaime Sabines. Víctor Hermosillo (PAN) recuerda que un día después de la detención de Gordillo Morales, su hija se presentó a trabajar al Senado. Había sesión, una muestra de entereza.

Y para hoy, lo que había dispuesto era que el mariachi le cantara. Y con música vernácula la despidió “toda su familia”.

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