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El periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, que inicia hoy, estará marcado por la elección de 12 gubernaturas, y esas contiendas podrían trasladar sus choques a las cámaras de Diputados y Senadores, con el riesgo de parálisis legislativa en temas que urgen la aprobación, como los de seguridad y justicia, plantean coordinadores parlamentarios en la Cámara Alta y politólogos.

Emilio Gamboa Patrón, coordinador de la bancada del PRI en el Senado de la República, afirma que “cometeríamos un grave error político y sería costoso para nuestra sociedad, si convirtiéramos a las cámaras de Diputados y Senadores en una extensión de la arena electoral”.

El coordinador del PAN, Fernando Herrera Ávila, previene que “es una realidad que [en el Senado] estaremos rodeados del ambiente electoral, y ello puede influir en algunos asuntos”.

Para evitar que la actividad legislativa sea rehén de las campañas, dice que propondrá a la Junta de Coordinación Política “un acuerdo de civilidad para que podamos transitar temas que deben ser aprobados”.

Miguel Barbosa, coordinador del PRD, advierte que “las campañas electorales inciden en el debate parlamentario, y no reconocerlo es negar la realidad: no podemos sujetarnos a la conveniencia electoral, y ante ello, las bancadas y sus legisladores deben asumir el compromiso que tienen frente al país”.

“Confrontación y conflictos se avecinan”. Los politólogos José Fernández Santillán, académico del Tec de Monterrey campus Ciudad de México, y José Antonio Crespo, del CIDE, describen que en el cuarto año del sexenio, con un paquete de elecciones locales, los tiempos legislativos son de confrontación, y se filtran a comisiones y a la tribuna los conflictos de campaña y sus descalificaciones.

José Fernández Santillán dice: “Hay periodos legislativos de convergencia y periodos de competencia”, y el que va a iniciar es del segundo tipo. “Sabemos que el foro del Congreso es de confrontación, y que muchas veces se tratan ahí los aspectos cotidianos y se echan en cara muchas cosas que suceden a nivel nacional”.

José Antonio Crespo señala que “cuando hay campañas, y por lo tanto confrontación, acusaciones, descalificaciones, ello incide en el ánimo legislativo desfavorablemente”.

A partir de hoy y hasta el 30 de abril se lleva a cabo el periodo corto de sesiones del Congreso, que se empalma con los procesos electorales de 12 gubernaturas, así como para alcaldías y Poder Legislativo en Baja California.

En varios estados se perfilan alianzas PAN-PRD para confrontar en las urnas al PRI-PVEM.

No habrá irresponsabilidad: Gamboa. El coordinador priísta Emilio Gamboa expone que “el periodo legis- lativo de tres meses, concluirá justo durante las campañas en 12 entidades del país, y desde luego que la intensa competencia política, que seguramente veremos generará efervescencia e incluso pasión en la actividad electoral local”.

Agrega: “no considero que esta dinámica electoral, por intensa que sea, vaya a ser motivo de irresponsabilidad para alejar a los grupos del Senado de su obligación de legislar en beneficio de todas las familias”.

Por ello, afirma, “debemos aprovechar íntegro el tiempo legislativo; no podríamos aprobar leyes si se destinaran las sesiones, el debate y el esfuerzo de los legisladores a participar en la pugna electoral”.

El panista Fernando Herrera expone que la combinación del periodo de sesiones con procesos elecciones dificulta los acuerdos en el Congreso.

Además, “diversos legisladores tendrán compromisos de participación política en sus estados y ello puede verse reflejado en el ánimo de tratar algunos asuntos”.

Planea que ante esa realidad, “apostemos a que prevalezca el interés superior sobre los intereses regionales y meramente políticos que puedan tener algunos legisladores”.

Los senadores tenemos el compromiso y la responsabilidad de legislar, y en ese sentido, nuestra convocatoria es a que encontremos un campo común de acción de las bancadas, de acercamiento a las coincidencias, propone Herrera.

Control del Ejecutivo: Barbosa. El perredista Miguel Barbosa Huerta señala que la parálisis en temas puntuales, incluso está determinada por influencias externas al Senado.

Destaca que a estas alturas es criticable que el Ejecutivo y el Revolucionario Institucional, su partido, definan qué temas se pueden abordar con el fin de procesarlos y avalarlos por mayoría.

“Lamento que el proceso legislativo siga siendo controlado desde el Poder Ejecutivo, y en esto alguien que hable con un poco de verdad tendrá que estar de acuerdo conmigo”.

“No camina la discusión de leyes o propuestas, si no es que el gobierno y su bancada autoriza que avance, y por eso yo responsabilizo al propio gobierno de la parálisis legislativa en el tema de seguridad pública; después de que se presentó la iniciativa en diciembre de 2014, la abandonaron”, refiere el coordinador del sol azteca.

Miguel Barbosa asegura que el tema del Mando Único será el primero en discutirse, pero hasta que lo suelten, el proyecto camina. Y a lo largo del proceso legislativo del gobierno y su bancada tienen el control: para que se dictamine y suba al pleno.

“Reconociendo que el año electoral 2016 va a influir en el transcurso de los asuntos legislativos, confío en la responsabilidad política y personal de quienes integramos el Senado”, subraya Barbosa.

A contrarreloj. Los politólogos José Fernández Santillán y José Antonio Crespo plantean que las bancadas tienen la responsabilidad de legislar en los temas urgentes, de manera que sea posible competir a nivel local y coincidir a nivel federal.

Fernández Santillán señala que de febrero a abril, los presidentes de los partidos tendrán que poner en juego su habilidad política para ser capaces de desahogar los asuntos locales y los federales. De ser así, “veremos el arte de la política en pleno desarrollo, y sabremos de qué pasta están hechos los líderes de partidos y sus equipos”.

José Antonio Crespo propone que “se compacten todavía más las elecciones locales y que se dieran en un solo momento, por ejemplo en el tercer año del sexenio presidencial, cuando se renueva la Cámara de Diputados, y dedicar ese año a la confrontación, al pleito, a descalificaciones”. Así quedaría un año o año y medio para “un ambiente un poco menos viciado para el Poder Legislativo hasta que se inicien las precampañas y campañas presidenciales”.

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