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Durante muchos años, dos de los agentes más importantes de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) le siguieron la pista a Joaquín El Chapo Guzmán para tratar de conseguir lo que, hasta el año pasado, era considerada como una misión imposible: su extradición para ser juzgado ante tribunales estadounidenses.
El primero de ellos, Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la DEA, contribuyó de forma crucial en su detención en Guatemala en 1993, en una operación conjunta con los servicios de inteligencia de ese país y el gobierno de México.
Tras esa captura, El Chapo Guzmán se fugó de la cárcel de Puente Grande, en Jalisco, en enero de 2001. No sin antes tratar de negociar con la DEA su no extradición a Estados Unidos a cambio de información sobre las rutas de la droga, los nombres de agentes policiales y funcionarios del gobierno mexicano a los que sobornaba y la lista de algunos de sus adversarios en el negocio del narcotráfico.
Al final, el gobierno de Estados Unidos rechazó su oferta:
“Dos de nuestros agentes de la DEA tuvieron un encuentro con él en la cárcel de Puente Grande. El código de este encuentro encubierto, en el que los agentes se hicieron pasar por trabajadores sociales, fue ‘venimos de parte de Tito’, y se produjo en 1998”, confirma una fuente gubernamental que pidió el anonimato.
“Pero al final decidimos que no valía la pena negociar con él a cambio de renunciar a su extradición. Así es que, si no le funcionó en ese entonces, menos le va a funcionar ahora”, añade la misma fuente.
Tras la fuga de El Chapo en 2001, la cacería contra el líder del Cártel de Sinaloa volvió a comenzar de cero. Los planes para extraditarlo a Estados Unidos sufrieron un duro revés. El segundo agente de la DEA, Michael Braun, quien sucedería a Vigil en el cargo al frente de las operaciones de la agencia en México y en todo el mundo, se encargó de seguir la pista del narcotraficante.
Durante sus años tras los pasos de El Chapo, Braun fue testigo de las investigaciones que hoy forman parte de numerosas acusaciones ante las cortes federales de Nueva York, California, Illinois, New Hampshire, Texas y Florida.
En entrevistas separadas con EL UNIVERSAL, ambos ex agentes consideran que Joaquín El Chapo Guzmán hará todo lo posible por evitar su extradición a la Unión Americana.
Tanto Vigil como Braun coinciden en señalar que, en esta ocasión, el líder del Cártel de Sinaloa será finalmente entregado por México y juzgado en una corte federal de Estados Unidos y “será sentenciado de por vida” , casi con toda seguridad purgará condena en la prisión de máxima seguridad ADX en la localidad de Florence, Colorado.
“Una vez que sea entregado a Estados Unidos, es posible que El Chapo intente negociar o pactar un acuerdo. Pero, siendo el jefe máximo de una organización que tiene presencia en más de 6 mil ciudades de Estados Unidos, dudo mucho que pueda ofrecer una cabeza más importante que la suya”, considera Vigil, actual colaborador del centro de análisis e inteligencia Cipher Brief.
Mientras el gobierno de México señala que la extradición de El Chapo a Estados Unidos se producirá “lo más pronto posible”, Michael Braun asegura que las acusaciones que enfrenta el líder del Cártel de Sinaloa por narcotráfico, lavado de dinero, crimen organizado y homicidio están bien sustentadas:
“Antes de que me retirara, a fines de 2008, como jefe de Operaciones de la DEA, fui informado sobre las acusaciones contra El Chapo en seis Distritos Judiciales. Y cada uno de esos casos eran sólidos como una roca”, señala Braun, quien confía en el procesamiento y encarcelamiento del capo.
Detrás de cada caso, la DEA ha conseguido armar un expediente sin precedentes con declaraciones de testigos protegidos, pruebas, documentos y monitoreo de telecomunicaciones que han permitido penetrar el tupido entramado del Cártel de Sinaloa hacia ambos lados de la frontera:
“En un caso de conspiración [por el que será juzgado], alguien como El Chapo nunca tiene que tocar las drogas; nunca tiene que tocar el dinero. Todo lo que tenemos que hacer es demostrar que se las arregló para dirigir su empresa de narcotráfico”, señala Braun en alusión a las herramientas legales que les permitirán procesar al capo una vez que sea entregado por México.
“Por eso estoy absolutamente convencido de que El Chapo será condenado. La cuestión es saber en qué Distrito Judicial Federal sucederá primero”, añade Braun al considerar como altamente probable que el capo de la droga purgue su condena de por vida en la Correccional Federal de Florence, Colorado, la prisión de máxima seguridad en Estados Unidos.
Para ambos ex agentes, varios elementos han contribuido en la captura y a la largamente esperada extradición del más importante capo de las drogas a la Unión Americana.
El primero de ellos, la colaboración sin precedentes de los gobiernos de México y Estados Unidos que han intercambiado una abundante información de inteligencia sobre el narcotraficante y su red de complicidades en todo el mundo.
“Hoy, los gobiernos de México y Estados Unidos mantienen una colaboración sin precedentes contra el crimen transnacional”, detalla Braun.
“Estamos haciendo un gran trabajo de forma muy coordinada para identificar a miembros clave, a líderes de organizaciones criminales transnacionales en México. El Chapo es un buen ejemplo de cómo ha habido un intercambio de información de inteligencia en ambas direcciones”, explica Braun, quien forma parte de la firma consultora en materia de seguridad SGI Global LLC.
En segundo lugar, los errores garrafales cometidos por Guzmán Loera durante su primera y segunda captura:
“Por increíble que parezca, El Chapo Guzmán cometió el mismo error que en 2013. No sólo se metió a la boca del lobo, abandonando la sierra que la Marina mexicana peinaba constantemente y viajando a Los Mochis, sino que siguió utilizando el teléfono celular que los servicios de inteligencia tenían intervenido”, externa a su vez Vigil.
“El Chapo Guzmán le había mandado un BlackBerry [a Kate del Castillo] con sus abogados para tener comunicación con ella. La pasión y la obsesión del capo por las mujeres bonitas le va a costar caro. Va a pagar por ello en la cárcel el resto de sus días”, sentencia Vigil.