La senadora Angélica de la Peña Gómez (PRD), presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, e integrantes de la organización Desarma México exigieron detener el tráfico ilegal de armas en el país y advirtieron que está relacionado con el incremento de actos de violencia e inseguridad en México.

En la conferencia Violencia Armada en México: acciones legales, investigación y arte, celebrada en el Senado de la República, De la Peña Gómez destacó que en el marco internacional el tráfico de armas es un tema preocupante y existe un tratado de comercio entre nuestro país y Estados Unidos.

Sin embargo, agregó, cuando observamos que el origen de la industria que produce las armas que entran de manera ilegal está en esa nación, “uno no entiende dónde está la cooperación internacional”, dijo.

La senadora del PRD consideró que el tráfico de armas no es un problema menos, porque afecta los derechos humanos de todas las personas, rebasa las fronteras y caracteriza a México como un país en guerra, cuando no lo está.

Afirmó que los niveles de violencia e inseguridad que se registran en México están totalmente relacionados con el aumento en el tráfico ilegal de armas; esto ha provocado una crisis y un descontrol en la entrada de armamento de alto calibre que se encuentran en manos de distintos grupos criminales.

Gonzalo Aguilar Zinser, de la organización Desarma México, dijo que en los últimos años el país ha reclamado al gobierno de Estados Unidos su posición “laxa” frente a las leyes que regulan la adquisición y tenencia de las armas en esa nación, porque generan ventas clandestinas dirigidas a la República Mexicana y se estima la entrada de un promedio mensual de más de 20 mil artefactos que van de calibres de nueve milímetros hasta lanza cohetes.

En este contexto, advirtió, “la capacidad de fuego de la delincuencia organizada es mucho mayor, sigue creciendo y el Estado mexicano no ha podido detener ese crecimiento” con ninguna medida, reforma o mecanismo de seguridad.

“Hay regiones totales del territorio mexicano que están bajo el dominio completo de la delincuencia organizada”, dijo.

Criticó que no se hayan tomado en serio ni las medidas necesarias ni los mecanismos sólidos para contener la delincuencia organizada.

En su turno, el cineasta Gabriel Ripstein hizo notar que en la relación bilateral se ha hablado mucho del narcotráfico o de la migración, pero no de esta realidad donde la responsabilidad es compartida.

Expresó que en la Unión Americana existe una regulación débil sobre esta materia en Estados Unidos y un “apetito feroz” por parte del crimen mexicano por obtener las armas.

Miriam Morales Sanhueza, directora general de Vinculación Interinstitucional de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, hizo notar que las principales víctimas del trasiego de armas que opera con tanta facilidad desde Estado Unidos son las mujeres.

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