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Al comparecer ante la Comisión de Justicia del Senado, el aspirante a ministro de la SCJN, Álvaro Castro Estrada, planteó reformar la Ley de Amparo con el objeto de hacer más ágil y sencillo su procedimiento, que hoy, dijo, es técnico y complejo, lo que aleja a la ciudadanía y, en especial, a la más vulnerable.
“Conviene un modelo de justicia en materia de amparo bajo una plataforma tecnológica que acerque y facilite más el acceso a la misma, en favor de los justiciables, aprovechando las tecnologías de la información aplicadas a la impartición de justicia”, comentó.
Castro Estrada respaldó la posibilidad de reducir el número de disposiciones de la Constitución del país, porque de cara al centenario de la Carta Magna, agregó, ésta ha acumulado más de 500 reformas.
“La Carta Magna de un país debe ser un documento breve, claro y comprensible para todos los destinatarios, quienes deben saber cuáles son sus derechos, sus obligaciones, sus garantías, medios de defensa y cómo está organizado el Estado democrático representativo y federal del que forman parte”.
Explicó que el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM elabora un anteproyecto de Carta Magna, con el objeto de reducir el número de sus disposiciones, pero respetando los contenidos y transfiriendo aquellas disposiciones reglamentarias que detallan excesivamente preceptos, a una ley de desarrollo constitucional.
Castro Estrada recibió severas críticas de senadores del PRD y de la independiente Martha Tagle, quienes cuestionaron su trayectoria como servidor público en la Secretaría del Trabajo y su intento por “reconvenir” al entonces senador Ricardo García (PAN), después de la tragedia de Pasta de Conchos, Coahuila, donde murieron 65 mineros, así como cuando fue funcionario de Gobernación por su relación con la jerarquía católica, que incluso lo llevó a recibir la orden ecuestre de San Gregorio Magno, que la Santa Sede la otorga en reconocimiento a un “servicio personal”.
“Entiendo que la condecoración genera alguna preocupación, de decir cuál es la inclinación religiosa o moral que pudiera tener alguien que aspira a ser ministro. Pero creo que los méritos que se evaluaron fueron objetivos, no por una convicción personal”, dijo Castro.
La senadora Tagle le pidió fijar su postura ante la posibilidad de que como integrante del SCJN tuviera un juicio contra un obispo, cómo ponderaría el derecho a la libertad de expresión y los pronunciamientos de un ministro de culto en favor o en contra de un partido o candidato.
Castro respondió que no había conflicto de valores, porque los ministros por ley tienen prohibido hacer ese tipo de expresiones y como funcionario las sancionó.
La senadora Angélica de la Peña (PRD) le reclamó que “le dé la vuelta” a fijar su posición sobre la posibilidad de adopción de menores de personas unidas bajo sociedades de convivencia, sobre la decisión de la Corte de que una persona pueda someterse a una cirugía para reasignar su sexo con el fin de adecuar su físico.
La perredista Dolores Padierna dijo que la Corte necesita ministros con perfiles idóneos y que tengan trayectorias intachables: “Usted fue destituido a su cargo como subsecretario del Trabajo por emitir un extrañamiento por escrito al senador Ricardo García. No sólo no resolvieron la crisis de Pasta de Conchos, sino que la profundizaron, usted le llama incidente, la Corte dijo que fue un siniestro, pero eso fue una tragedia que ha quedado en total impunidad”.
El senador Javier Lozano (PAN), ex secretario del Trabajo y superior jerárquico de Castro Estrada, defendió el trabajo de su subalterno al recordar que la tragedia ocurrió 10 meses antes de que ellos entraran al gobierno federal e hicieron lo posible por rescatar los cuerpos, atender a las familias, a las recomendaciones de la CNDH y la indemnizaciones.
“Hoy tenemos una NOM en minas de carbón, y el subsecretario era el doctor Castro e hizo un trabajo impecable. Por ello, no debe de haber reproche. La comunicación con García Cervantes de ninguna manera fue un extrañamiento. No fue removido, sino que fue nombrado coordinador de asesores, y eso es gozar de confianza, y el movimiento fue por prudencia política”.
