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suzzete.alcantara@eluniversal.com.mx
El recién nombrado presidente de la Comisión de Anticorrupción del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, reconoce que Acción Nacional se permeó de corrupción, cuando dejó de vigilar a sus actores políticos que asumieron puestos de poder público de mayor influencia, como la Presidencia de la República.
El ex presidente del PAN y ex embajador de México ante la Santa Sede afirma que la corrupción los alcanzó, cuando fueron accediendo a manejar mayor cantidad de recursos.
“Por esa pérdida de vigilancia, de atención a la esencia del partido, pues empezaron a presentarse fenómenos de corrupción, y al presentarse y no castigarse severamente, empezó a surgir una fenomenología que hoy nos exige frenarla y poner un alto en el camino con una nueva herramienta, un instrumento que combata estas prácticas y regrese el partido a su esencia de ser un factor de limpieza en la vida pública”, asienta.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el también ex candidato a la gubernatura del Estado de México y secretario particular del entonces presidente Felipe Calderón, dice que ante la corrupción hizo mucha falta ser severos, pues de haberlo sido, no se habría dado “manga ancha” al fenómeno que en este momento demanda atender la ciudadanía.
Confía en tener el respaldo total y absoluto del presidente del PAN, Ricardo Anaya. La comisión a su cargo estará integrada por cinco militantes más, y comenzará a operar hasta noviembre, una vez que se lleve a cabo la Asamblea Nacional y asegura que será seria, firme y responsable, porque en esta ocasión no habrá simulación ni negligencia, aunque eso le cueste roces.
“Menudo paquete me he echado en la espalda, no lo habría aceptado si no contara con el respaldo absoluto y total del presidente nacional del partido, Ricardo Anaya”, dice.
El inicio del fin
¿Cómo asume la presidencia de la Comisión Anticorrupción?
—Con gran sentido de responsabilidad, porque sé que aquí nos estamos jugando mucho. La ciudadanía hoy ya no cree en los partidos, nos exige que lo que hagamos sea de verdad y que no sean solamente palabras, por eso esta comisión que se me ha dado no puede quedar en palabras y tiene que pasar a los hechos.
Tiene que demostrar a los ciudadanos que el PAN tiene capacidad de regeneración y a lo que nosotros respecta el desprestigio que hoy afecta a las instituciones, estamos dispuestos a corregir para volvernos a encontrar con los ciudadanos con la cara limpia y con confianza. Menudo paquete me he echado en la espalda, no lo habría aceptado si no contara con el respaldo absoluto del presidente Anaya.
Sé que me generará roces, lo sé, pero las inconformidades por injusticias son de preocuparse, las inconformidades por justicia, me parece que no deben preocuparnos. Combatir la corrupción fortalece la unidad sana del partido, lo otro es perversión; unidad para complacencias de corrupción no es unidad, es complicidad.
¿Esta comisión podría acercarlos a los ciudadanos y obtener triunfos electorales?
—Sin duda, todo partido político trata de tener prestigio y aprecio por parte de la ciudadanía, para que se refleje en votos, no solamente para 2018, sino para las siguientes elecciones, para que nos vean como una institución confiable en la que el ciudadano pueda pensar que este grave problema de la corrupción, por lo que respecta al PAN, ya cuenta con una herramienta para luchar.
Las victorias y el fenómeno
¿Qué le pasó a Acción Nacional que cayó en prácticas de corrupción?
—La creación de la Comisión de Anticorrupción habla de que algo ocurrió al interior del partido, que se perdió este rigor con el que el PAN siempre asumió la política.
El partido nació para que la vida pública en México fuera limpia, para tener una República decente y su lucha histórica fue por ello.
La pregunta “¿qué paso?”, es profunda. No creo que haya una sola razón, pero si trataremos de sintetizar en una respuesta, creo que perdimos al calor del frenesí de victorias y de ganar más, de acceder cada vez más al poder.
Perdimos la vigilancia por las maneras y las formas, y luego la manera de ejercer el poder. Por esa pérdida de vigilancia, de atención a la esencia de lo que es el partido, empezaron a presentarse fenómenos de corrupción, y al presentarse y no castigarse severamente, pues empezó a surgir una fenomenología que hoy nos exige frenarla y poner un alto en el camino con una nueva herramienta, un instrumento que combata estas prácticas y regrese el partido a su esencia de ser un factor de limpieza en la vida pública.
¿Este fenómeno ocurre cuando llegan a la Presidencia de la República con Vicente Fox?
—Es difícil marcar un tiempo, pero yo creo que se puede decir que a partir de que accedimos a puestos de poder público de mayor influencia y de mayor capacidad de manejo de recursos económicos, eso comenzó a suceder con mayor velocidad y a mayor profundidad.
¿Podríamos pensar que el PAN perdió el camino al asumir el Poder Ejecutivo?
—No tanto así, pero empezó a pagar los costos de manejar el poder y recursos económicos, y si no se vigila y no se tiene una actitud de rechazo absoluto desde el principio, pues entonces se va haciendo laxa la conciencia, laxa la actitud, la manga ancha y empiezan a darse fenómenos que ya no son aislados, sino que empiezan problemas generales que hay que corregir de inmediato.
Mea culpa
¿Faltó mano dura por parte de los presidentes de Acción Nacional en ese momento?
—Nos fuimos dando cuenta poco a poco, y como era poco al principio, no reaccionamos a tiempo. Comenzando por mí mismo, yo era presidente del partido en ese momento, cuando ganamos por segunda ocasión la Presidencia de la República, y quizá nos faltó más severidad. Hago una autocrítica honesta de lo que nos falló ver y que por eso mismo hay que reaccionar, saber reconocer que no estuvimos a la altura de lo que teníamos que hacer en su momento, lo que no implica que ya no podamos hacerlo. La creación de esta comisión es un buen alto en el camino, un buen principio de corregir el rumbo y regresar a los ciudadanos con nuestra cara limpia.
¿Dejaron de estar al pendiente del partido por estar atentos al gobierno federal?
—Es un fenómeno muy humano, que pasa en las familias. Empezamos a ver el defecto, alguna cosa, una cuestión de un hijo o de un miembro de la familia y no ponemos el correctivo adecuado, en el tiempo adecuado, y empieza a ser algo grave hasta que hay que poner una terapia bien radical.
En el caso del partido, sin autoflagelarnos, ni autodemolernos, creo que el presidente Ricardo Anaya ha dicho que esto tiene que terminar, esto no puede seguir por esta vía de negligencia y descuido en fenómenos que la ciudadanía nos está diciendo en todos los tonos, que tenemos que cuidar y corregir.
¿La Comisión Anticorrupción no será una simulación?
—No. Seremos firmes. A mí la indicación que me hizo el presidente Anaya es que vayamos a fondo, que lo hagamos en serio, no desordenadamente, no para generar un incendio interno, sino cuidar las formas, las normas, las instancias por las que haya que procesar los casos.
No es solamente la parte punitiva, es crear una línea de prevención. Una cultura de prevención para que permee en toda la estructura del partido, y quien se comporte diferente a las normas éticas del partido, entonces canalizar la sanción, promocionar la sanción, tanto el interior como en las instancias legales correspondientes.
La instrucción que tengo del presidente del partido es que no hay límite, en absoluto, que hay que ir al fondo.
¿Habrá entonces mano dura?
—Claro. Si la comisión llega a la conclusión después de una investigación bien hecha, con los elementos que nos podamos allegar, seguramente los órganos disciplinarios del partido, podríamos recurrir a la separación de esa persona del partido, a la expulsión.
Si no se comportan con el marco ético de la institución, entonces producen vergüenza y desprestigio a la institución, y debe ser separado tajantemente, además de ser una sanción ejemplar o de lo contrario no se crea un efecto de demostración que inhiba conductas parecidas.
Mano firme para concretar la meta. No actuaremos por cuestiones políticas internas, para bloquear y hacerle la vida pesada al otro, por diferencias de grupo, eso sería pervertir a la comisión.
¿Atenderá casos antes de su creación, o de aquí en adelante?
—No está cerrado para nadie, pero tampoco vamos a hacer una cacería de brujas, vamos a ver hacia adelante, pero sin duda alguna no podemos cerrar los ojos a casos anteriores que en el momento en que esté instalada la comisión a plenitud con todos los mecanismos, habremos de atender.