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San Felipe del Progreso, Méx.— El presidente Enrique Peña Nieto mencionó que será con el esfuerzo “compartido y conjunto” de los tres órdenes de gobierno y el despliegue “convergente” de las entidades federales lo que permita realmente revertir los niveles de pobreza que hay en el país.
Al encabezar la ceremonia por el Día Mundial de la Alimentación y el Día Internacional de la Mujer Rural, el mandatario dijo que la última medición ha permitido ver dos realidades en México: que lamentablemente aumentó el número de personas en pobreza y que disminuyó la pobreza extrema.
En este marco, la FAO llamó a todos los sectores de la sociedad mexicana a tomar como propia y hacer suya la Cruzada Nacional contra el Hambre. “Erradicar el hambre y la pobreza extrema no es solamente una responsabilidad de un gobierno”, estableció Fernando Soto, representante en México del organismo mundial.
A su vez, el presidente Peña Nieto subrayó los esfuerzos emprendidos para abatir la pobreza, entre ellos la Cruzada Nacional contra el Hambre, los 8 mil comedores comunitarios y el apoyo a pequeños productores. Dijo que a 34 meses de iniciado su gobierno, hoy más de 4.5 millones de mexicanos en pobreza extrema —de los 7 millones identificados en 2012— tienen garantizada su alimentación diaria.
“Pero no podemos quedarnos sólo en este esfuerzo, que es importante y que nos está permitiendo revertir la pobreza extrema”, aseveró.
Dijo que México habrá de someterse, como país, a otra evaluación. “Yo espero que la debida articulación en la armonización de este esfuerzo compartido y conjunto de órdenes de gobierno y en el trabajo productivo y eficiente que las distintas dependencias del gobierno tengan, nos permitan realmente revertir la condición de pobreza que tenemos en el país”.
El Jefe del Ejecutivo federal destacó que en el gobierno de la República “vamos a seguir impulsando de manera muy específica la Cruzada Nacional Contra el Hambre, que ha sido una política de orden social del Estado para asegurar el abasto alimentario a las familias mexicanas”.
Consideró que es un orgullo que México produzca alimentos como el aguacate, limón y jitomate, que llegan a las mesas de otros países, pero que los mexicanos deben asegurarse no sólo de distinguirse por ser altamente productivos y exportar, sino también lograr con ello revertir la desigualdad.
“Porque si bien la pobreza no es permisible y trabajamos para disminuirla, lo más sensible, lo más crítico dentro de la pobreza es que la población no tenga asegurada su alimentación diaria”.
Dijo que actualmente hay varias razones por las que los mexicanos deben sentirse orgullosos, pues México, ante un difícil escenario económico internacional, se sigue distinguiendo por estar avanzando “a paso firme” en la generación de desarrollo y progreso.
Apoyo a productores. El Presidente hizo notar que ha puesto a consideración de la Cámara de Diputados, dentro del proyecto de gasto 2016, un programa específico para alentar e impulsar los proyectos productivos en zonas rurales, que estén mejor organizados y que no sólo permitan el autoconsumo en pequeñas parcelas, sino con excedentes que permitan a los productores tener mayores ingresos.
Afirmó que este modelo junto a otros programas lograrán combatir la pobreza extrema y lograr mayor seguridad alimentaria para el país. Dijo que el reto por delante es “lograr elevar la productividad del campo y asegurar que las familias que están arraigadas a este sector puedan producir más para ellos mismos y para tener excedentes”.
En su intervención, el titular de la Sagarpa, José Calzada Rovirosa, hizo notar que por primera vez en 20 años las exportaciones del campo mexicano son mayores a las importaciones. A su vez, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, presidente en turno de la Conferencia Nacional de Gobernadores, expresó al Presidente el apoyo de los mandatarios estatales a la Cruzada Contra el Hambre.
En este marco, la FAO pidió al Ejecutivo federal acompañar técnicamente al gobierno en las políticas y programas para mejorar el rendimiento de los pequeños productores, erradicar el hambre y la pobreza extrema.
