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nurit.martinez@eluniversal.com.mx
La Secretaría de Educación Pública (SEP) aplicará la ley a quienes en la primera evaluación de desempeño al servicio profesional docente no se presenten de forma deliberada a la prueba. Esto significa que quienes no asistan al examen serán separados de su plaza, del servicio en la educación básica.
Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación Pública, anticipa en entrevista con EL UNIVERSAL que son 150 mil los profesores que han sido convocados para el primer examen de la reforma educativa, y quienes “no se presenten [a la evaluación] y no tengan una justificación, la ley nos obliga a separarlos del servicio, y voy a aplicar la ley”, dice tajante.
A partir de lo que ocurrió en un examen de diagnóstico, el funcionario estima que la proporción de quienes no pudieron justificar su ausencia a la prueba es “mínima, casi inexistente”, es decir, “estamos hablando de 1% o menos”, los que “estaré obligado a retirar del servicio”, insiste.
Por el contrario, a quienes asistan “no se les corre” y si obtienen altos niveles de desempeño recibirán beneficios salariales de entre 180% y 220% si viven en zonas alejadas.
Reitera que quienes no tengan resultados satisfactorios recibirán formación continua y capacitación.
Reconoce que dentro de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) están las principales resistencias a la reforma, y que están en los estados de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas.
Durante la conversación en su oficina dentro de la sede de la SEP, quien fuera hasta el mes de agosto el jefe de la Oficina de la Presidencia de la República asegura que mantendrá su acercamiento, en giras por el país, con los maestros, trabajadores y estudiantes, por lo que afirma: “Estoy en campaña por la reforma educativa”.
El secretario aborda también asuntos de la agenda nacional con miras al año 2018, los cambios del gabinete. Habla del dirigente del SNTE, Juan Díaz, a quien califica como un gran líder que entiende los nuevos tiempos, mientras que de Elba Esther Gordillo afirma que “fue una mujer, en su momento, trascendente para el sistema educativo”, sobre cuyo encarcelamiento no abunda por estar en el ámbito judicial.
Cambios estructurales
¿Cuál es el balance que hace de la reforma educativa?
—En primer lugar, que se tiene la reforma. Una reforma de gran profundidad, que permite o va a hacer un gran cambio estructural de fondo del sistema educativo. El más grande que se haya tenido en décadas y, lo más importante, es que la reforma en su parte legislativa está completa (...) Hoy en día tenemos un marco jurídico totalmente distinto que nos permite hacer una modernización del sector educativo.
¿En qué consiste la reforma administrativa de la SEP?
—Se trata de la secretaría más grande de toda la administración pública, con más de 100 mil empleados, que atiende a más de 34 millones de personas, prácticamente un tercio del país. Una secretaría que tiene el presupuesto más grande: el gasto federal en educación es de 650 mil millones de pesos. Es una reestructura que administrativamente nos permite ser más eficientes, que le quite grasa y le dé más músculo.
¿Dónde está el modelo educativo?
—Se ha trabajado en ello, se hicieron los foros de consulta el año pasado. Permitió que más de 20 mil personas participaran. A partir de esas opiniones nos toca ordenarlo, marcar prioridades y tener una estructura de hacia dónde debe ir.
Ahora nos toca construir con maestros, expertos, pedagogos, con congresistas y autoridades locales el modelo. Es algo que pronto, no sé cuándo porque lo tengo que acabar de revisar y ajustar, estaremos haciendo la presentación.
¿Hay un plazo para la presentación?
—No, y no me quiero apresurar de más. El tema del modelo educativo debe ser algo que hagamos con mucha seriedad y que debe de tomar el tiempo que deba de tomar. Es decir, no puede ser eterno y mucho menos, pero no voy a caer en la trampa de ponernos tiempos fatales, porque eso no necesariamente nos puede llevar a los mejores resultados (...) Tampoco podemos estar, con muy poco tiempo, cambiando a los maestros lo que enseñan, eso no es bueno para la propia estabilidad del sistema.
¿Las resistencias a la reforma siguen?
—Sí, claro, creo que son evidentes y cada vez son menos, pero siguen existiendo. Están las resistencias que todos conocemos en los estados de Oaxaca, Chiapas, poco menos en Guerrero y Michoacán. Son muy obvias, son muy evidentes. Claro que son menores después de la decisión que toman el Presidente de la República y el gobernador de Oaxaca respecto a recuperar la autoridad educativa y donde se ha podido iniciar un proceso de normalización de la educación que nos permitirá avanzar y que los maestros puedan estar más abiertos a conocer lo que verdaderamente es la reforma.
¿Se refiere a la CNTE?
—Sin duda.
¿Con esa decisión en Oaxaca la CNTE está acabada?
—No, hay que diferenciar claramente. La Coordinadora, desde que nació en 1979, tiene un propósito dentro del sindicato; nosotros respetamos plenamente la autonomía sindical y los distintos movimientos, diálogos y discusiones que tiene dentro del sindicato. Ese es un tema que nosotros respetamos y que entendemos que ellos son una corriente en el interior del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que es lo que sí nos concierne y lo cual se había convertido en un sinsentido y en un abuso, y es lo que corregimos en Oaxaca cuando el sindicato, en este caso una sección del sindicato, la Sección 22, fue colonizando a la autoridad educativa y termina fungiendo en la práctica como autoridad educativa.
Se llegó al extremo, lo tenemos documentado: la Sección 22 con circulares, con sellos de la Sección 22, le daba instrucciones a la autoridad educativa. Eso no puede pasar, no es legal y pervierte la función educativa al cruzar los roles. Eso es lo que hay que romper y en eso hay que ser muy claros. Lo que yo he dicho, en el diálogo que he tenido con el sindicato, con el maestro Juan Díaz, a quien respeto mucho y quien creo que es un gran líder, no sólo de los maestros, sino creo que es uno de los grandes líderes de los sindicatos que tenemos. Es un líder fuerte, moderno que entiende los nuevos tiempos y en todas las pláticas que he tenido con él, con su comité ejecutivo, con los maestros les he dicho: ‘quiero trabajar con ustedes, tenemos que ir juntos, pero tenemos que entender que cada quien debe ir en su carril. Ustedes tienen que dedicarse a ser sindicato, es decir, a defender los derechos laborales de los maestros, a velar por sus condiciones económicas, y nosotros respetando esa autonomía sindical. Nosotros nos tenemos que abocar a ser autoridad, es decir, a conducir la política educativa y aplicar la ley, y si todos entendemos que cada quien tiene que correr en su trabajo y evitamos las tentaciones de querernos cruzar a su campo y ustedes al nuestro y tenemos eso claro podemos caminar juntos... De eso se trató la decisión que se tomó, que fue muy eficiente y muy efectiva.
¿Como para replicarla en Chiapas, Guerrero y Michoacán?
—Lo que pasa es que son casos distintos, no estamos frente a los mismos casos. El nivel de captura que tenía la Sección 22 sobre la autoridad educativa de Oaxaca no es comparable con lo que sucede en Michoacán, Guerrero y Chiapas. De hecho, la problemática es distinta; sin duda, tenemos que atender cada uno de esos estados.
Insistiría, ¿murieron las estrategias con que actuaba la CNTE?
—Estamos en ese proceso. Vivimos el paro que intentaron el viernes pasado. Aquí hay una buena noticia, hay algo que marca que efectivamente no tienen los niveles de control que antes tenían y es que más de 30% de las escuelas, a pesar de lo que intentó la dirigencia, sí asistieron a clases, lo cual es muy bueno. Otros maestros que aunque querían, por diversos motivos no pudieron, pero vamos avanzando, pero aún así aún hay muestra de que todavía tenemos que seguir caminando en la consolidación de la normalización de esos estados y por ello en la normalización es aplicar la ley.
¿Focalizaría las resistencias en ese grupo o hay otros?
—Yo creo que ahí mayormente están centralizadas las resistencias pero no soy ajeno a que en todo el país, cada vez menos y de manera minoritaria, pero hay algunos maestros que siguen teniendo inquietudes, yo no las llamaría resistencias, pero que siguen teniendo inquietud y dudas respecto a la reforma educativa y que tal vez en muchos casos eso haga que pareciera que se oponen a ella… porque sigue habiendo mucha desinformación. En Mérida, una maestra me preguntaba que si la evaluación que viene en noviembre, quienes vayan a esa evaluación si no les va bien se les va a correr, ya les expliqué que no, que no se va a correr a nadie. Quien asista al examen no se le corre. Quienes hayan sido convocados, 150 mil maestros, se tienen que inscribir y se tienen que presentar. Quienes se presenten no van a a perder ni su plaza ni su empleo ni ninguna de sus prestaciones laborales.
Quienes no tengan un resultado satisfactorio van a recibir formación profesional docente, formación continua y capacitación para mejorar. Y a los que les vaya muy bien, tengan una nota satisfactoria, estén dentro de los mejores puntajes, incluso les va a ir mejor económicamente, porque se desprende el programa de la reforma de incentivos, en donde a lo largo del tiempo se podrá llegar a más de 180% más del sueldo y en las zonas más alejadas hasta 220 %. En este caso a los que les vaya bien podrán recibir hasta 35% más de su salario. Sin embargo, quienes estén convocados al examen y no se presenten y no tengan una justificación por qué faltó, ahí sí la ley nos obliga a separarlos del servicio y voy a aplicar la ley.
Estoy convencido de que la gran mayoría de los maestros van a asistir, como lo hicieron en la evaluación diagnóstica que tuvimos hace unos meses y en donde todavía estamos acabando de cotejar, en donde es mínimo, prácticamente inexistente, el número de maestros que siendo convocado fue, quienes no pudieron ir por problemas de salud o de cualquier otro tipo, les hacemos fechas extraordinarias. En ese caso, quien de manera deliberada decida no asistir a la evaluación ahí sí estaré obligado a retirarlos del servicio.
¿Qué proporción fue en este diagnóstico?
—Le diría que, aventurando un poco, estaremos hablando de 1% o menos de 1% que queden en una condición en la que de plano de plano decidieron no asistir a pesar de que estaban convocando. Es mínimo, prácticamente inexistente.
¿Cómo calificaría los cambios del gabinete?
—Creo que son cambios que corresponden a este nueva etapa donde, como lo ha dicho el Presidente de la República, en términos generales el diseño que él hizo de su gobierno es que más o menos en la primera mitad se pudiera concluir con las grandes transformaciones legislativas; las 13 reformas estructurales que ya concluyeron y la segunda mitad corresponden a un trabajo básicamente centrado y concentrado en la implementación de estas reformas.
¿Qué les dice a quienes afirman que si visita escuelas es porque anda en campaña rumbo al 2018?
—Lo que les he comentado a todos: estoy en campaña por la reforma educativa. La reforma educativa requiere de un gran impulso, de una gran energía, de una gran concentración de política publica de lo que tenemos que hacer. Requiere de un gran trabajo político con actores que son parte del sector educativo para que avance la reforma, requiere de una gran comunicación. La educación es un tema que nos concierne a todos, por eso, efectivamente, la reforma educativa requiere una campaña en todos los sentidos y eso es lo que estoy haciendo.
¿Su llegada a la SEP tiene miras en el año 2018?
—Son comentarios. Yo estoy concentrado en mi tarea, como lo he dicho múltiples veces. Para mí no hay más futuro ni más mañana que ser secretario de Educación.