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horacio.jimenez@eluniversal.com.mx
Para especialistas en política y temas legislativos es “inadmisible” que las bancadas en la Cámara de Diputados se hayan “autoasignado” subvenciones especiales o extraordinarias por más de 604 millones de pesos en una situación de crisis económica y austeridad en todos los niveles del país.
En entrevista, el académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) Guillermo Cejudo criticó la discrecionalidad con la que los legisladores se pueden otorgar y distribuir las subvenciones ordinarias y extraordinarias.
Lamentó que la Cámara de Diputados —que se supone es la encargada de vigilar el destino de los recursos de los mexicanos— dé muestras de abuso y discrecionalidad en su propio ejercicio presupuestal.
“El segundo problema es la ausencia de rendición de cuentas sobre estos montos, si ya es un problema que se asigne tanto dinero y se haya gastado de manera discrecional, y a eso le agregamos que no sabremos su destino final o el propósito que se busca con este dinero, tenemos el círculo perfecto de la discrecionalidad, la opacidad y la ausencia de la rendición de cuentas en el Poder Legislativo”, comentó el académico del CIDE.
Afirmó que mientras no haya una decisión explícita en el Congreso para definir a dónde va el dinero y se establezca en qué se gasta, el problema va a continuar.
“El problema es que en un escenario de austeridad de recortes y controles al gasto es inadmisible, que cuando hay recortes a rubros importantes que afectan la calidad de vida de las personas, los servicios de salud que reciben o el mantenimiento de infraestructura en sus comunidades haya derroches y gastos sin explicación”, agregó el especialista en temas legislativos.
Abuso legislativo. El politólogo del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Alberto Aziz, externó que se trata de una buena cantidad de recursos públicos que no tiene justificación más que los manejos internos de las fracciones, por lo que dijo que el Poder Legislativo sigue siendo uno de los entes más opacos del país.
Coincidió en que con estas muestras, el Legislativo abusa de recursos para fines particulares sin mecanismo expedito para la rendición de cuentas y siguen abonando a la mala fama que tienen los diputados como figuras públicas y portavoces que no representan a la ciudadanía.
“Esto de los bonos en todas las instancias y dependencias se ha convertido en un abuso. Esto (entrega de bonos) ya se convirtió en práctica cotidiana en cualquier organismo y habla de corrupción institucionalizada”, dijo.