La amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de intervenir militarmente en Venezuela generó ayer el rechazo de numerosos gobiernos de América Latina, tanto aliados como críticos del mandatario venezolano, Nicolás Maduro.

“Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluyendo una posible opción militar, si es necesaria”, dijo el viernes Trump, quien argumentó que en ese país sudamericano “la gente está sufriendo y está muriendo”. Sus palabras desataron una oleada de reacciones.

En Caracas, el canciller Jorge Arreaza condenó el pronunciamiento de Trump, que consideró una “amenaza directa contra la paz y la estabilidad” y una acción que viola los principios en la Carta de las Naciones Unidas y las normas del derecho internacional.

Según Arreaza, las “declaraciones belicistas” de Trump “pretenden arrastrar a América Latina y el Caribe a un conflicto que alteraría permanentemente la estabilidad, la paz y la seguridad de nuestra región”.

Tras una reunión con el cuerpo diplomático, Arreaza indicó a la prensa que conversó con el encargado de negocios de Estados Unidos en Caracas, Lee McClenny, a quien le expresó que el gobierno venezolano está abierto al dialogo con Washington, pero sostuvo que “si quiere otra vía, bueno, estaremos aquí también para defender la patria y para enfrentarlos en cualquier terreno”.

Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente Nicolás Maduro, fue más allá, y advirtió a Trump que Venezuela respondería con “fusiles en Nueva York”. En una sesión de la Asamblea Constituyente, de la que Maduro Guerra es miembro, indicó que en una circunstancia así “tomaríamos la Casa Blanca... hasta Vietnam se quedaría pequeño”.

Durante la reunión, la Constituyente expresó su respaldo al presidente y las medidas que pueda tomar para hacer frente a la declaración de Trump, la cual fue considerada como el “mayor acto de hostilidad cometido por el imperio” en la historia de las relaciones bilaterales.

Diversos países también respondieron a las palabras del estadounidense. “Ahora sabe el mundo, quienes estaban contra Maduro sólo buscaban la intervención militar del imperio”, manifestó el presidente boliviano, Evo Morales, en su cuenta de Twitter. “Trump revela descaradamente su plan de intervención militar contra Venezuela”, añadió.

Perú, el país que más lejos ha llegado en su oposición al presidente venezolano con la expulsión del embajador de ese país, Diego Molero, rechazó “cualquier amenaza o el uso de la fuerza no autorizado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, en un comunicado de la Cancillería en el que abogó por una “negociación de buena fe”.

En Colombia, el Ministerio del Exterior señaló: “Rechazamos medidas militares y el uso de la fuerza en el sistema internacional. Todas las medidas deben darse sobre el respeto de la soberanía de Venezuela, a través de soluciones pacíficas”.

El Mercosur, conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y que hace una semana suspendió a Venezuela del bloque, dijo que “el repudio a la violencia y a cualquier opción que implique el uso de la fuerza es insoslayable y constituye la base fundamental de la convivencia democrática, tanto en el plano interno como en las relaciones internacionales”.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, instó a usar la Carta Democrática del organismo para “actuar” en Venezuela. “Carta democrática Interamericana @OEA_oficial es el instrumento para defender la democracia y el marco idóneo para actuar en #Venezuela”, tuiteó.

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