Desde este primero de julio toda persona que se encuentre en territorio de Nevada puede comprar y consumir cannabis, al entrar en vigor una nueva ley que legaliza la venta y el consumo, aunque prohíbe hacerlo en lugares públicos, hoteles, escuelas, calles y restaurantes.
Tomando de ejemplo Las Vegas y sin importar el hecho de que el sur-suroeste de Estados Unidos atraviesa la ola de calor más intensa jamás registrada, con temperaturas que rondan los 50 grados centígrados, cientos de habitantes en el estado de Nevada volcaron su emoción para formar largas filas en cada uno de los 35 centros de venta autorizados para comprar y fumar por primera vez marihuana de manera legal.
“Ahora todo será más fácil y hasta las familias están más tranquilas”, asegura Laura C. de 48 años, originaria de México y quien desde hace 25 años consume el estupefaciente y hace 30 vive en Las Vegas.
“Ahora que puedo venir a comprar a cualquier hora ya todo es más sencillo; esto —la nueva ley— facilita las cosas y aunque mucha gente no lo crea, hay mayor control y seguridad”, opinó. Y es que para poder comprar es necesario tener 21 años o más y tramitar una tarjeta de compra en la que quedan registrados todos los datos del interesado; de esta manera se genera una base de datos controlada por las autoridades de cada localidad.
Nevada se suma a Alaska, Oregon, Colorado y Washington, estados que cuentan con una ley similar.
Las ventas han generado ya millones de dólares, según explicó ayer Riana Durrett, directora ejecutiva de la Asociación de Dispensarios del estado. “Es difícil saber en este momento la cantidad exacta, porque no todos los dispensarios han reportado, pero podemos decir que durante los primeros cuatro días se vendieron en total entre 3 y 5 millones de dólares”, dijo en declaraciones a EFE.
Esas cifras significan que las ventas han generado ingresos fiscales de entre 500 mil y 800 mil dólares. Según Durrett, las “ventas han sido mayores” de lo proyectado.
“Nunca pensé que fuera a haber tanta gente haciendo fila”, comentó Jorge B., de 22 años y originario de México; “vinimos —sus amigos y él— en la mañana y había un poco menos que ahorita, yo creo que por el sol, pero no creíamos que íbamos a ver tanta gente”, dijo sorprendido.
“Mis amigos están felices y aunque mi familia no está de acuerdo, pues cada quien sabe lo que hace con su vida y cada quien fuma lo que quiere”, aseguro a EL UNIVERSAL el joven, quien además dijo que la siguiente vez llevaría a su hermana.
La nueva ley permite comprar una onza, equivalente a 28 gramos, diaria por persona. Andrés R., de El Salvador y de 27 años, dijo: “El día de mañana si alguien de mi familia o algún hijo quiere consumirla, yo los apoyaría. Si yo lo hice puede hacerlo quien quiera”.
Jorge B. dijo que también permitiría que alguno de sus hijos o familiar lo hiciera. En cambio, Laura C. no estuvo de acuerdo. “A mí no me gustaría que mis hijos lo hicieran; ellos no tienen por qué hacer lo que yo hago”, dijo incómoda.
Lo cierto es que en las diversas filas que EL UNIVERSAL pudo constatar, había personas —hombres y mujeres— de todas las edades, comenzando de los 21 años para arriba, de todas las razas y una diversidad de culturas, idiomas y preferencias sexuales.
Los centros de venta de marihuana adaptaron sombrillas y ventiladores en la banqueta, pusieron hieleras con agua, todo lo necesario para que el cliente no se desesperara por el calor y se fuera.
Mientras llegan para ser atendidos, son abordados por “asesores”, quienes brindan información sobre la diversidad de productos derivados de la marihuana y sobre la calidad del propio cannabis que venden. Las áreas de venta son muy vistosas, así como los diversos accesorios para el consumo de los productos.
La otra cara. En el sexenio del presidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa se registraron alrededor de 60 mil muertes relacionadas con el narcotráfico y cerca de 30 mil desaparecidos. En el sexenio de Enrique Peña Nieto, según expertos y observadores como Human Rights Watch, el promedio de muertos mensuales es de casi mil 800, por lo que las proyecciones son de que terminará su mandato con alrededor de 130 mil muertos.
“Sin duda se trata de una guerra a gran escala, que los mexicanos no han podido aún dimensionar debido a otras preocupaciones que tienen, como la pobreza en que vive la gran mayoría” comentó Eladio Páez, experto en seguridad binacional.
Mientras que en Estados Unidos “casi todo ciudadano consume periódicamente marihuana, se divierte, se distrae y la pasa muy agradable, en México se están matando”, señaló el detective Páez. Aunque la cifra de muertos no refleja cuáles corresponden a la siembra, cultivo, procesamiento y tráfico exclusivo de marihuana, estudiosos señalan que podría ser 50%.
Dividendos.De acuerdo con las proyecciones de las autoridades administrativas de Nevada, la venta de marihuana dejará una derrama en materia de impuestos de alrededor de 70 millones de dólares para los dos primeros años de funcionamiento. Pero esta cifra se irá multiplicando hasta cinco veces o más para la siguiente década.
California, Maine y Massachusetts son otros tres estados de la Unión Americana que también han pasado una ley que permite el uso de la marihuana de manera recreativa; pero están esperando el proceso para la autorización de su venta. Con ellos sumarán ocho las entidades estatales donde el consumo del cannabis y sus derivados serán legales.
“Para mí es un avance”, dijo Laura C. “Creo que México y muchos países deberían considerar también legalizar la marihuana. De todas maneras se consume. ¿Por qué no sacarle más provecho en impuestos como aquí? Estoy segura que también bajaría la delincuencia. Pero somos bien necios”, concluyó. Nevada cobra 15% de impuesto sobre la siembra y 10% sobre la venta.