Jeanette Vizguerra se anotó una victoria en su lucha por evitar la deportación.
La inmigrante mexicana salió hoy de la iglesia donde permanecía refugiada en Denver, Colorado, desde febrero, después de que las autoridades migratorias le concedieran permiso para permanecer en Estados Unidos hasta 2019. Sin embargo, afirma que la guerra no ha terminado
“Estos milagros pasan por alguna cosa”, dijo a medios reunidos afuera de la iglesia para verla salir. La decisión del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) se produjo en vísperas del Día de las Madres en Estados Unidos, que se celebra este domingo. Vizguerra dijo sentirse feliz de poder celebrar la fecha con sus hijos (tiene cuatro). “Recordé a mi madre, que me enseñó a luchar”, señaló la defensora de los derechos de los indocumentados, sobre el momento en que sus abogados le confirmaron la noticia de que podrá quedarse en Estados Unidos, adonde llegó en 1997 con su esposo y su hija mayor, hasta marzo de 2019.
“Sentí muchas emociones. Me comenzaron a sudar las manos, los pies me temblaron”, contó a Univision esta mujer indocumentada a la que en abril pasado la revista Time nombró una de las 100 personas más influyentes, por sus esfuerzos a favor de los derechos de los inmigrantes. Confirmada la noticia de que puede quedarse en el país al que llegó en busca de una vida mejor, Vizguerra reconoce que se puso a llorar.
Sin embargo, su lucha por los migrantes que están en la misma situación que ella seguirá, afirmó a Univision. “Quiero decirle a mi comunidad que no se rinda, tarde o temprano vamos a lograr una reforma migratoria”, subrayó.
Vizguerra fue detenida por la policía en 2009 en una parada de tráfico. Las autoridades detectaron que conducía con un permiso vehicular vencido y que el número del Seguro Social que tenía era falso. Salió tras pagar una fianza, pero en 2011 fue notificada de que debía de salir de suelo estadounidense.
El caso se complicó cuando en 2012, estando su caso en revisión, tuvo que viajar a México para asistir al funeral de su madre. Haberlo hecho significó, para las autoridades de EU, que Vizguerra ejecutó su deportación, por lo que cuando regresó nuevamente a suelo estadounidense sin autorización, incurrió en un cargo criminal. Fue arrestada en la frontera y estuvo detenida en Texas, pero la liberaron para que pudiera poner en orden los documentos de sus hijos, tres de los cuales nacieron en EU.
En febrero de 2016 los abogados de Vizguerra presentaron una petición de Visa U con el argumento de que su cliente fue víctima de un delito y cooperó con los investigadores.
En febrero pasado, Vizguerra debía presentarse en las oficinas del ICE, pero temerosa de ser deportada, optó por refugiarse en la Primera Iglesia Unitaria de Denver, que convirtió en su trinchera de lucha.
Hoy, su batalla continúa, pero esta vez libre.