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Un bombardeo aéreo con gas tóxico en el noroeste de Siria dejó ayer al menos 58 muertos, entre ellos 11 niños, aseguró el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos; activistas y líderes mundiales responsabilizaron al gobierno de Bashar al-Assad, mientras que los rebeldes sirios prometieron venganza.
Según el Observatorio, por la mañana se produjeron varios ataques aéreos en la localidad de Jan Sheijun, provincia de Idlib. Los activistas identificaron a los aviones como pertenecientes al ejército sirio. Los ataques dejaron decenas de heridos, muchos de ellos graves, informó el Observatorio, que tiene su sede en Londres y se basa en una red de informadores. Según la organización de rescate Cascos Blancos, hay 240 heridos. Algunas versiones hablaron de hasta 100 muertos.
Hubo numerosos casos de desmayos, vómitos y espuma en la boca. Los activistas colgaron fotografías online en las que se ven cadáveres de niños apilados unos sobre otros. En un video, un médico informó que se había producido un ataque muy grande con gas venenoso y que en su clínica habían ingresado tres pacientes con claros síntomas de intoxicación por esta causa.
La Coalición Nacional Siria, uno de los principales grupos de la oposición, calificó el hecho como una masacre y acusó al gobierno de Al-Assad de haberla perpetrado con un gas similar al sarín. Este grupo eleva la cifra de muertos a 70 y a más de 200 los heridos.
El ejército del presidente Al-Assad rechazó las acusaciones. Un general sirio, que pidió permanecer en el anonimato, aseguró que el ejército no empleó gas venenoso en Jan Sheijun.
La alianza de rebeldes sirios Tahrir al Sham, dominada por Fateh al Sham, ex rama siria de Al- Qaeda, emitió un comunicado en el que llamó “a todos los combatientes de Sham (Siria) a encender los frentes”, tras el ataque.
La Coalición Nacional Siria pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que investigue lo ocurrido. Más tarde, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, anunció en Nueva York que el Consejo de Seguridad se reunirá hoy en una sesión de urgencia, a pedido de Francia y Reino Unido.
Tras el ataque con gas volvieron a registrarse nuevos bombardeos en Jan Sheijun, también en una zona donde se encuentran instalaciones médicas, informó el Observatorio Sirio.
Los investigadores del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU) ya comenzaron a investigar el caso. “Tanto el uso de armas químicas como el ataque deliberado contra instalaciones médicas supondrían crímenes de guerra y una grave violación de los derechos humanos”, afirmó el Consejo. “Es fundamental que los autores de esos ataques sean identificados y llevados ante la justicia”, agregó.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) también está investigando lo sucedido, al tiempo que condenó “el uso de armas químicas por parte de cualquiera, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia”. Reino Unido, Francia y EU presentaron ayer un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de la ONU condenando el presunto ataque químico y pidiendo a la OPAQ que informe rápidamente de los resultados de las pesquisas del ataque.
En Washington, el presidente Donald Trump dijo que “el ataque químico en Siria contra gente inocente, incluidos mujeres y niños, es reprobable y no puede ser ignorado por el mundo civilizado”. Consideró además que los “atroces actos del régimen de Bashar al-Assad son una consecuencia de la debilidad e indecisión” mostradas por el gobierno de Barack Obama.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, instó a Rusia e Irán “a ejercer su influencia sobre el régimen sirio” y a que “garanticen que este tipo de horrorosos ataques no ocurran nuevamente”. “Mientras seguimos evaluando esta situación terrible, está ahora claro que ésta es la forma en que Al-Assad opera: con barbarie brutal e incontenible”, expresó.
En México, Cancillería externó en un boletín la “extrema preocupación” del gobierno ante los informes del supuesto ataque químico y reiteró su “condena enérgica ante el empleo de armas químicas, por cualquier actor y bajo cualquier circunstancia”.
Otros líderes mundiales condenaron los ataques y apuntaron contra Al-Assad. “Esto tiene todos los signos de un ataque por parte del régimen [de Al Assad] que de nuevo utilizó armas químicas”, dijo el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson.
“Como el 21 de agosto de 2013 en Guta, Bashar al-Assad atacó civiles y utilizó para ello medios que están prohibidos por la comunidad internacional”, declaró el Palacio del Elíseo en Francia. La canciller alemana, Angela Merkel, condenó los “evidentes ataques químicos” y reclamó un castigo.
En 2013 murieron unas mil 400 personas por ataques con gas tóxico en una zona al este de Damasco. La oposición y Occidente acusaron al gobierno, que luego aceptó destruir sus reservas de gas venenoso. Sin embargo, el cloro no entró en la prohibición porque se utiliza para fines civiles. En marzo pasado investigadores de Naciones Unidas acusaron a Al-Assad de haber usado gas cloro en la batalla por la ciudad de Aleppo y en otras áreas. Un informe de la comisión de investigación del Consejo de Derechos Humanos registró al menos cinco ataques con esa sustancia por parte de fuerzas leales al gobierno desde principios de este año.
Paralelamente, ayer comenzó en Bruselas una conferencia internacional de dos días sobre la situación en Siria en la que participan representantes de 70 países y organizaciones internacionales. En ella se discute, entre otras cuestiones, sobre la distribución de los 12 mil millones de dólares en ayuda comprometidos en una conferencia de donantes en febrero de 2016 en Londres.