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El hecho de que la “armada” de Estados Unidos integrada por el portaviones Carl Vinson y otros cuatro navíos de guerra no se dirigiera hacia la Península de Corea hace una semana, como lo anunció la Secretaría de Defensa, sino que navegara hacia Australia, no se percibe como un error, sino como una jugada política (de tipo “madman”) impensable e inadmisible en las relaciones internacionales. El martes 18, la flota estadounidense no se encontraba cerca la península, sino a 3 mil 500 millas cerca de Indonesia. Se hizo pública la información, por una fotografía, una semana después del anuncio de que viajaba hacia la Península de Corea.
Se continúa especulando si fue un bluff o un error el anuncio de la “armada” y no una mentira deliberada que creyeron China, Japón, Corea del Sur, Rusia, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Congreso en sus dos Cámaras y el mundo entero. Se conjugaron así la más grande amenaza de Washington y el más grande engaño en materia nuclear. Cambio de rumbo hacia el norte, ahora sí la flota va hacia aguas de Corea donde se calcula llegue hacia fin de mes.
A partir del anuncio de que el Carl Vinson y los buques de guerra viajaban hacia Corea, el líder norcoreano Kim Jong-un amenazó con una respuesta inmediata ante cualquier ataque (o intento de ataque) preventivo de Estados Unidos. Los gobiernos de China, Japón y Corea del Sur reaccionaron de inmediato expresando temores y llamando a la no confrontación. Los negros nubarrones amenazaban tormenta, como lo expresó el gobierno chino a través de su Ministro del Exterior. Nunca hubo información oficial de Washington sobre la ubicación de su flota para corregir el error, hasta que apareció la fotografía de la “armada”.
La Casa Blanca aumentó las presiones sobre el presidente Xi Jinping para que China consiga lo imposible de su aliado: que Corea del Norte abandone las armas nucleares. Con un arsenal norcoreano de alrededor de 30 cabezas nucleares, el señor Kim ha demostrado su capacidad de agresión nuclear, que considera una política de disuasión necesaria. Muchas cosas han cambiado desde 1953, tras la firma del armisticio que puso fin a la guerra entre las dos Coreas. China mantiene su alianza con Corea del Norte pero tiene relaciones de creciente importancia con Estados Unidos, con Rusia y con Corea del Sur. Su política regional en Asia y su geopolítica mundial requiere estabilidad en Norcorea, su vecino fronterizo.
El desfile de las armas. El mundo entero miraba hacia Pyongyang el pasado sábado 15 de abril, día del 105 aniversario del nacimiento de Kim Il-sung y que se había dicho que podría haber otro ensayo nuclear, frente al cuál Estados Unidos había lanzado amenazas. Lo que hubo fue una fallida prueba de lanzamiento. Pero destacó el despliegue del armamento nuclear norcoreano. Un experto del centro James Martin de Estudios de No Proliferación, citado por el Washington Post, dijo que con su desfile militar Corea del Norte mostró que se mueve hacia la posesión de misiles balísiticos de combustible sólido con variables de tierra y mar, que ya habían sido probados. Presumió algunos contenedores que sugieren grandes misiles de largo alcance en desarrollo. Desfiló la amenaza de Norcorea. ¿El mensaje? Que se prepara para alcanzar otros continentes. Esa es la preocupación central. Desde la llegada de Trump a la presidencia, Pyongyang lanzó dos pruebas de misiles y otra de un motor de cohete que podría ser usado como un misil balístico intercontinental, interpretadas como una advertencia al nuevo gobierno.
Hoy, Corea del Norte representa la mayor amenaza nuclear para el mundo por su arsenal nuclear, por haber declarado estar dispuesto a ir a una confrontación nuclear y por lo que podría ser la nueva política en materia nuclear de la Casa Blanca, que afirma que su paciencia estratégica llegó a su fin y que arreglará el problema que representa Norcorea, manteniendo el tono de amenaza bélica. Estados Unidos, la mayor potencia nuclear del planeta, no puede hacer mucho ante Corea del Norte, salvo que decidiera tomar el riesgo mayor de una confrontación nuclear que nadie sabe a dónde conduciría. Cualquier cosa que haga Estados Unidos necesita el apoyo de China. En Corea del Norte la decisión es de un solo hombre, Kim Jong-un.