La campaña del referéndum constitucional de Turquía que fortalece el poder del presidente Recep Tayyip Erdogan no fue equitativa, indicó ayer una misión conjunta de observadores de la OSCE y el Consejo de Europa, mientras el mandatario defendió la consulta.
Los campos del “sí” y del “no” “no tuvieron las mismas oportunidades”, declaró Cezar Florin Preda, integrante de la misión de observación.
La campaña del referéndum estuvo marcada por un amplio dominio de los defensores del “sí” en el espacio público y en la prensa, mayoritariamente favorable a Erdogan.
“Modificaciones tardías en el procedimiento del escrutinio suprimieron importantes garantías”, agregó, en referencia a la decisión del Alto Consejo Electoral (YSK) de validar los votos que no estaban marcados con un sello oficial. Los dos principales partidos de la oposición turca, el CHP (socialdemócrata) y el HDP (prokurdo), denunciaron esta medida adoptada por el YSK en el mismo día de la votación. Anunciaron que iban a interponer un recurso.
Erdogan rechazó las conclusiones de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). “Preparan un informe a su conveniencia, ¡manténganse en su lugar!, no queremos y no tenemos en cuenta cualquier informe que puedan preparar”, agregó.
Erdogan volvió a adoptar un tono firme respecto a la Unión Europea (UE), planteando incluso la posibilidad de celebrar un referéndum sobre la continuación o no de las negociaciones de adhesión de su país al bloque.
Un día después de ganar la votación con 51.4% de los sufragios, el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) hizo caso omiso de las críticas de los opositores y anunció que, a finales de abril, le propondrá a Erdogan que regrese a sus filas —el primer punto de la reforma constitucional—, porque el presidente no podía integrar ninguna formación política hasta el momento.
Además, el Consejo Nacional, presidido por Erdogan, declaró que prolongará nuevamente el estado de emergencia en el país.
El referéndum aprobó enmiendas que sustituirán el sistema parlamentario turco por uno presidencial y permitirían al presidente permanecer en el poder hasta 2019.
