Un total de 37 inmigrantes indocumentados han fallecido en lo que va del año en la frontera entre México y Estados Unidos, ocho más que en los mismos 40 primeros días de 2016, informó ayer la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que no quiso especular sobre si se debe al muro que el gobierno estadounidense quiere construir.
La tendencia al alza no es exclusiva de esta frontera. A nivel global, “durante los primeros 40 días del año, el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM —una entidad que en septiembre pasado firmó un acuerdo para asociarse al sistema de Naciones Unidas— registró 419 muertes en todo el mundo, un promedio de más de 10 hombres, mujeres y niños por día. Esto representa la mitad del porcentaje registrado por el Proyecto Migrantes Desaparecidos para la totalidad del año 2016, en el que fallecieron más de 20 personas por día”, señaló el reporte.
Según la OIM, esta semana se conocieron 15 fallecimientos de inmigrantes en el condado de Pima, Arizona, presuntamente debido a hipotermia o deshidratación, explicó en rueda de prensa el portavoz de la organización, Joel Millman. No se sabe cuándo murieron.
En combinación con los ahogamientos en el río Bravo ya contabilizados, la frontera México-Estados Unidos registró casi una muerte por día entre el 1 de enero y el 8 de febrero. “Hemos visto un ritmo más acelerado de ahogamientos en el río Bravo, pero no sabemos si se debe a un flujo mayor [de inmigrantes] o simplemente a un momento desafortunado”, señaló. El año pasado murieron 65 personas por ahogamiento en la frontera, según datos de la OIM. “Es imposible especular” sobre los motivos, dijo Millman cuestionado sobre si el temor al muro anunciado por Trump para la frontera con México estaría detrás del aumento. Según él, también podría deberse a un “adelanto de la temporada” del tráfico de inmigrantes que tratan de cruzar la frontera en busca de una vida mejor, porque la economía estadounidense “es en estos momentos muy fuerte” y normalmente el “pico” de entradas se registra a mediados de marzo.
En la ruta del Mediterráneo, la más mortal para los migrantes, han muerto en lo que va del año 258, contra 416 en el mismo periodo de 2016.
En América Latina se han registrado el doble de muertes de indocumentados que en 2016 en lo que va de 2017, “lo que no augura un año muy seguro” para estas personas, afirmó. En Centroamérica van dos muertes en lo que va de 2017, siete menos que en 2016; en el Caribe se han dado 68, frente a uno solo el año anterior. En Sudamérica no ha habido víctimas mortales.
En cuanto a los ingresos, la OIM señaló que 11 mil 169 migrantes y refugiados han llegado a Europa por vía marítima hasta el día 8 de febrero de 2017, de los que 85% llegaron a Italia y el resto a Grecia. Puede compararse esta cantidad con los 76 mil 395 que ingresaron durante los primeros 39 días de 2016. La organización destacó que el flujo migratorio este invierno ha superado los totales para los primeros dos meses de cada uno de los dos últimos años.
En tanto, el secretario de Seguridad Nacional de EU, John Kelly, finalizó ayer una gira de dos días a lo largo de la frontera con México, mientras el plan para levantar un muro entre ambas naciones toma forma. Kelly dijo a los legisladores que le gustaría ver que la construcción del muro tuviera un avance importante en menos de dos años, pero está abierta la posibilidad de que no se extienda a zonas en las que existen barreras físicas naturales. Actualmente existen unos mil 125 kilómetros de frontera delimitadas por cercas.
Cuestionado sobre la construcción del muro que planea Trump, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, dijo ayer que en EU ya lo había antes de que llegara el actual mandatario al poder. Recordó a los 2.5 millones de deportados de la administración de Barack Obama. “[Esa cifra] se parece mucho a los 3 millones que parece ser la planificación del presidente Trump”, dijo. “El muro lleva 650 kilómetros construidos, no empezó en esta administración”, insistió.
