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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, decidió ayer acabar con la política conocida como Pies Secos, Pies Mojados para migrantes cubanos —en una de las últimas decisiones que tomará en la Casa Blanca—, lo que implica un cambio sustancial en la ruta hacia el deshielo entre Washington y La Habana.
“De forma inmediata, los cubanos que intenten entrar en Estados Unidos ilegalmente y no califiquen para asistencia humanitaria serán objeto de deportación”, señaló Obama a través de un comunicado.
“El objetivo es tratar a los migrantes de la misma forma que a otros, especialmente los de la misma región. Es un movimiento para igualar las políticas migratorias”, apuntó en una llamada telefónica con periodistas el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson.
Obama también revocó el programa Parole para Profesionales Médicos Cubanos, que recibía a los profesionales de la salud de ese país que participaban en brigadas internacionales o cursaban estudios en el exterior y decidían desertar. Con estas decisiones se iguala a todos los migrantes, sin distinción de su nacionalidad, y se cumple con uno de los principales reclamos del gobierno cubano en el proceso de normalización de relaciones.
A cambio, La Habana se comprometió a aceptar el retorno de sus ciudadanos que sean expulsados.
Desde el anuncio del deshielo entre Estados Unidos y Cuba, hace poco más de dos años, se disparó el flujo de cubanos que llegaron de forma ilegal a territorio estadounidense para ampararse en la política ayer revocada.
En 2015 fueron 43 mil 159, un 78% más que el año anterior, mientras que en 2016 el número superó los 63 mil, según cifras de The New York Times, la mayoría a través de la frontera mexicana.
En teleconferencia con periodistas, el asesor en seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, explicó que estas cifras “incrementaron la sensación de urgencia” de actuar en ese sentido.
Precisó que el secretismo en las conversaciones bilaterales, que duraron más de un año, y la sorpresa para dar a conocer este anuncio fueron para evitar una oleada mayor de migración.
Cuba celebra la medida. El gobierno cubano expresó su felicitación por la medida tomada por Obama.
En un comunicado, consideró que de esta forma se acabará con “un estímulo a la emigración irregular, al tráfico de emigrantes y las entradas irregulares a Estados Unidos desde terceros países”, como México.
Las autoridades de La Habana agregaron que este “importante avance” garantizará “una migración regular, segura y ordenada”, tras varios años de “interés permanente de adoptar un nuevo acuerdo migratorio con EU”.
La normativa se remontaba a mediados de la década de los 90, cuando el presidente Bill Clinton, en plena crisis de “balseros”, revisó la Ley de Ajuste Cubano de 1966 para añadir una enmienda en la cuestión migratoria: todo aquel que consiguiera pisar territorio estadounidense (pie seco) podría conseguir la residencia permanente después de un año, mientras que aquellos interceptados en el mar (pies mojados) serían repatriados.
“Es un gesto que lleva nuestra política con Cuba a la era modern,a a la vez que permite que EU continúe su actitud generosa hacia esos individuos y refugiados con el legítimo reclamo de asilo”, afirmó el senador Jeff Flake, uno de los mayores defensores del acercamiento a la isla caribeña.
Agregó que esta medida debería ser aplaudida tanto por los que están a favor como en contra del deshielo, porque busca “el interés nacional”.
Sin embargo, esta decisión tomada ayer pone en una diatriba al presidente electo Donald Trump. Si bien podría deshacer este nuevo paso en el acercamiento a Cuba con sólo revocar la acción ejecutiva, esta vez la medida concuerda con la idea del magnate de cerrar las puertas a la inmigración.
En sus primeras reacciones, algunos cubanos de Miami consideraron que se trata de una nueva concesión al régimen cubano. Otros se manifestaron de acuerdo y consideraron que en cierta manera es una medida “sana”, y algunos pidieron esperar a conocer las motivaciones.
El ex congresista federal por Florida de origen cubano, Lincoln Diaz-Balart, declaró a Univision que Obama ha otorgado a La Habana “todo lo que ha pedido” y que esta decisión da al presidente Raúl Castro “instrumentos” para negociar con Trump.
Por el contrario, José Basulto, fundador de la organización Hermanos al Rescate, apoya el fin de una política que a su juicio ha contribuido a que los cubanos no afronten los problemas que tienen en casa.
Hasta ahora, se mantiene el embargo económico de EU contra Cuba, que es el principal obstáculo para el restablecimiento total de relaciones y una potestad que recae única y exclusivamente en el Congreso estadounidense. Con información de EFE