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La nicaragüense Zoilamérica Ortega Murillo acusó hoy a su padrastro, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, de aplicar las mismas tácticas con las que habría abusado sexualmente de ella desde 1977, cuando tenía apenas 10 años, para ejecutar “otro episodio de abuso de poder” en las elecciones generales que se realizan en este país y en las que el gobernante se vislumbra vencedor como candidato del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
El escenario “se me parece tanto a aquellas largas noches de miedo advirtiendo que llegarían los pasos del mismo abusador”, escribió la hijastra en “Zoilamérica Hoy”, una página que administra en la red social de Facebook.
“He visto transitar a mi país, desde una historia de violencia sexual hacia otra dictadura”, aseguró. “Los responsables son los mismos”, alertó.
Ortega fue acusado en 1998 de abuso sexual desde 1977 y 1978 por su hijastra, nacida en 1967 en una relación de su madre, Rosario Murillo, con el nicaragüense Jorge Narváez, ya fallecido.
La justicia nicaragüense dictaminó en 2002 que el caso prescribió y la madre de la denunciante y, a su vez, esposa del denunciado logró en 2005 aplacar el lío en vías judiciales y limpió la ruta electoral a su cónyuge acusado por la hijastra para que se postulara (y ganara) a los comicios de noviembre de 2006 para gobernar a partir de 2007.
Frente a las constantes denuncias de su hija, quien debió emigrar en 2013 a Costa Rica, donde vive actualmente, la posición inamovible de los Ortega Murillo es que el caso ya feneció.
Murillo, que se vinculó sentimentalmente a Ortega en la década de 1970, acompaña hoy a su marido como candidata a vicepresidenta por el FSLN. La pareja compite contra cinco pequeños partidos opositores que están sin opciones reales de triunfo, ya que los principales sectores de la oposición fueron excluidos de la contienda por unas maniobras judiciales y electorales del oficialismo para marginarlos del proceso.
Unos 3,8 millones de electores nicaragüenses pueden sufragar hoy en 4 mil 307 centros de votación en Nicaragua para escoger presidente y vicepresidente y 90 diputados nacionales, departamentales y regionales a la Asamblea Nacional y 20 al Parlamento Centroamericano.
Vieja táctica. Zoilamérica, hija mayor de la inminente futura vicepresidenta de Nicaragua, subrayó que “el régimen implanto una ‘operación limpieza’ de los actores independientes al mejor estilo del somocismo, en referencia a la dictadura de la familia Somoza que gobernó este país por unos 45 años hasta 1979, cuando el FSLN derrocó por las armas a los somocistas.
“No hay observadores. La propaganda electoral es un baile de máscaras para perpetuar el engaño. Para algunos fue efectivo el miedo y la orden de callar. Los resultados nos querrán hacer pensar que hemos sido aplastados”, advirtió, para recalcar que “no hay por quién votar”.
Al advertir que “todavía tengamos que decirlo en voz baja”, insistió en que “cada uno de nosotros hará posible el inicio del fin de la dictadura”.
Ortega ganó los comicios de 2011 y asumió en 2012 para un segundo mandato consecutivo y ahora, sin rivales de peso y con su esposa en la papeleta, se dirige a una tercera gestión a partir de enero de 2017.
Los bloques opositores excluidos de los comicios aseguraron que la consulta popular de este domingo es una farsa e instalaron a los nicaragüenses a no votar, para evitar ser cómplices de un proceso al que consideran como vía para legitimar una “dictadura dinástica” de la familia presidencial.
La contienda se realiza, además, sin observación electoral internacional, aunque el oficialismo trajo al país a invitados afines al FSLN en calidad de “acompañantes” del proceso.
jlcg