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Washington.— El debate entre candidatos a vicepresidente de la noche del martes no cambió nada en la carrera electoral de Estados Unidos. La poca expectación que había para ver el cara a cara entre el demócrata Tim Kaine y el republicano Mike Pence se tradujo en bajas audiencias televisivas y poca profundidad de los temas tratados.
Ayer, el día después del debate, existía en el país una sensación general, tanto en las encuestas televisivas como en la opinión pública, de que Pence ganó por la mínima. Para Robert Erikson, profesor de ciencia política de la Universidad de Columbia, es una percepción marcada “principalmente por el estilo más que por la sustancia”.
“Mike Pence hizo un trabajo increíble, y la gente me da el crédito [de la victoria] porque fue mi primer fichaje”, se regodeó el candidato Donald Trump en un mitin en Nevada. Para el republicano, su compañero de fórmula fue “inteligente, sabía lo que estaba haciendo. Estoy muy orgulloso del gobernador Mike Pence”, dijo.
Sin embargo, expertos consultados por EL UNIVERSAL difieren de su optimismo. “La gente de Trump está contenta pensando que en el debate les fue bien”, apuntó Erikson, “pero Pence hizo poco para defender a su compañero de fórmula”. Una conclusión parecida sacó Joel Goldstein, profesor en la Universidad de St. Louis, considerado el mayor experto en vicepresidentes de EU. “Pence pudo ganar puntos en estilo, pero Kaine hizo un mejor trabajo en cuanto a sustancia de lo que se cree”, respondió a preguntas de este diario.
Para ambos expertos, Pence falló en la defensa de su candidato ante los ataques de su rival, e incluso cometió un “error significativo” que puede afectar su relación con algunos grupos de votantes cuando recriminó que Kaine sacara de nuevo a relucir “esta cosa mexicana”, en alusión a los insultos pronunciados por Trump hacia México.
“[Esa declaración] le perseguirá en los próximos días”, auguró Erikson, asÍ como las “muchas cosas que dijo que no son verdad”.
Por ese motivo, los expertos consideran que el aspirante a vicepresidente que mejor hizo su trabajo fue el demócrata. “Quizá no apareció tan bien como le hubiera gustado, pero creo que Kaine ayudó a su fórmula [con Hillary Clinton] en su objetivo básico”, razonó Goldstein, argumentando que los ataques del demócrata evidenciaron la falta de defensa de su rival republicano.
“Pareció más concentrado en ayudar a [la ex secretaria de Estado] Clinton, a riesgo de asumir un estilo más agresivo del que habitualmente usa”, explicó, y lo felicitó por su éxito en remarcar que su rival “fracasó” en justificar los insultos de Trump hacia varios grupos, algo que refuerza la parte del ideario demócrata de que las “actitudes de Trump son totalmente indefendibles”.
Para el profesor de la Universidad de St. Louis, Pence pareció más interesado en posicionarse como un buen candidato, con la vista en las elecciones de 2020, y en reconciliar a los conservadores tradicionales, más que en ayudar a Trump. A pesar de eso, el debate realizado la noche del martes en la Universidad de Longwood, en Farmsville, Virginia, fue bronco y aburrido con una influencia en los electores mínima, tal como se preveía antes del encuentro.
“Los debates de vicepresidentes raramente importan”, recordó Erikson. “Sólo tendrá algún impacto si algún tema de los que salió conecta, algo que será más fácil en el lado demócrata”, apuntó por su parte Goldstein.
Sea como sea, todo el mundo ha dejado rápidamente de lado a los vicepresidentes y ya está la vista puesta en el domingo, cuando Clinton y Trump tendrán su segundo enfrentamiento en St. Louis, Missouri.