Más Información
"Grave error" dejar a Marko Cortés como líder en el Senado, advierte Adriana Dávila; PAN debe desligarse de liderazgos fallidos, afirma
Morena prepara nueva reforma constitucional para prohibir maíz transgénico; "sin maíz no hay país": Monreal
Último fin de semana del 2024 registra 171 asesinatos: SSPC; en promedio mataron a 57 personas por día
Oposición rechaza postura de Morena sobre revueltas por dichos de Trump; “está fuera de la realidad”, acusan
INE debe determinar si Morena puede promover el voto en la elección judicial: Sheinbaum; “importante que todas las autoridades participen”
Washington.— Justo después de tener su primer hijo, Karen Pence decidió tomar clases de acuarela. Quería pintar edificios históricos y decidió empezar con la residencia del gobernador de su estado, de estilo inglés. Quince años después, ya con tres adolescentes (Michael, Charlotte y Audrey), entraba a vivir en esa casa como primera dama de Indiana.
Karen Pence (Indianápolis, Indiana, 18 de noviembre de 1958) es una mujer menuda, profesora de educación infantil y una apasionada de los niños implicada en la iglesia. Mike Pence, su esposo y candidato republicano a la vicepresidencia, dice: “Todo lo que hacemos en la vida pública lo hacemos juntos. Somos un equipo”.
La compenetración del dueto empezó desde el día de la primera cita, cuando ella todavía era Karen Batten. Fue amor a primera vista.
La carrera política de Mike no despegó hasta el año 2000 y para entonces Karen ya hacía un tiempo que pintaba acuarelas. En su mejor año llegó a los 35 cuadros vendidos en ferias de arte local y siempre con el mismo motivo: edificios históricos.
Dicen que lo primero que pidió Mike Pence al entrar en su despacho como gobernador de Indiana fue instalar un teléfono rojo en su escritorio, comunicación directa con su mujer. Medio en broma, el republicano la describe como el cargo más alto de todo Indiana.
“Es un activo maravilloso, magnífico para Mike, se complementan a la perfección. Toman decisiones como una familia”, añade su cuñada. La carrera política de su marido no la ha apartado de sus grandes pasiones: el arte y la infancia.