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A diferencia de los mandatarios Nicolás Maduro, de Venezuela, Evo Morales, de Bolivia, Daniel Ortega, de Nicaragua, y Juan Orlando Hernández, de Honduras, que buscan atarse indefinidamente al poder político en sus países, el ex gobernante costarricense Óscar Arias decidió que jamás volverá a ser presidente de Costa Rica y anuncia esta noche que renunció a ser candidato presidencial en los comicios de 2018 porque clama por abrir espacio a las nuevas generaciones.
“Sólo los tiranos se aferran al poder”, afirma Arias en declaraciones escritas que entregó a EL UNIVERSAL y a la espera de que hoy a las 20:00 horas locales (21:00 horas en la Ciudad de México) haga el anuncio en un mensaje al país por cadena de televisión. EL UNIVERSAL que el pasado viernes recibió los textos, bajo el compromiso de mantener discreción y no revelarlos, fue autorizado hoy difundir las noticia antes de que se emita el mensaje televisivo de Arias basado en esos documentos.
“Los demócratas, y yo soy uno de ellos, entienden la importancia de hacerse a un lado. Creo que hay que darle espacio a los que vienen y ésta es la principal razón para no presentar mi nombre a una nueva candidatura presidencial”, puntualiza.
De 76 años (cumplidos el pasado martes) y galardonado en 1987 con el Premio Nobel de la Paz por sus gestiones para la pacificación de Centroamérica, Arias fue presidente de Costa Rica de 1986 a 1990 y de 2006 a 2010. Aunque aseguró que las encuestas le colocan como favorito para ganar en 2018 y ejercer la presidencia por cuatro años por tercera vez, el influyente político desistió de postularse.
Arias es miembro del ahora opositor Partido Liberación Nacional (PLN), que es de origen socialdemócrata y la más importante fuerza política costarricense en los últimos 65 años por haber completado 36 de gobiernos en nueve distintas administraciones desde 1953. En las declaraciones escritas entregadas a este diario, alega que “el futuro de un país depende de que haya siempre nuevos cuadros dispuestos a tomar la estafeta”.
“No estoy pensando en los próximos cuatro años. Estoy pensando en los próximos 40. Tengo suficientes fuerzas y suficientes ideas para servirles nuevamente. Pero también sé que no soy indispensable. Nadie lo es en una democracia”, dice en su mensaje a los costarricenses.
“Jóvenes de Costa Rica: ¡ocupen su lugar en la historia! Nadie debería avergonzarse de aspirar a ocupar posiciones políticas”, proclama.
La reelección presidencial está permitida en Costa Rica, pero sin ser consecutiva.
La decisión del político costarricense se registra en momentos en que Daniel Ortega compite como candidato presidencial en Nicaragua por el gobernante y ex guerrillero Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en las elecciones generales del próximo 6 de noviembre y, como seguro ganador frente a una frágil oposición, asumir un tercer periodo presidencial consecutivo de cinco años en enero de 2017.
Ortega ejerció el poder primero de 1979 a 1985 como jefe de una junta de gobierno que asumió el mando en Nicaragua con el derrocamiento, por la vía armada, de la dictadura somocista. En 1984 ganó unos comicios y fue presidente de 1985 a 1990, cuando fue derrotado en las urnas, pero retornó a partir de 2007 y ahora tiene posibilidad de reelegirse de manera indefinida y consecutiva.
Evo Morales, por su parte, asumió por primera vez en 2006 y ha sido reelecto en dos ocasiones, por lo que gobernará Bolivia al menos hasta 2020. Morales perdió en febrero pasado un referendo en el que el pueblo boliviano rechazó que aspire en 2020 a un nuevo mandato presidencial y complete 19 años como gobernante en 2025, aunque tampoco se descarta una nueva consulta popular que le permita volver a postularse.
Nicolás Maduro, quien inició su gestión en abril de 2013 tras la muerte, en marzo de ese año, del entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez, y la debe concluir en 2019, se niega a que los venezolanos acudan en 2016 a un referendo que podría aprobar la revocatoria de su mandato. Si el referendo se realiza este año y los venezolanos votan mayoritariamente a favor de revocar su gestión, habrá elecciones presidenciales y Maduro deberá apartarse del poder, pero si la consulta es luego del 10 de enero de 2017 y el presidente sale derrotado, solo será sustituido por un vicepresidente que completará su periodo hasta 2019.
Juan Orlando Hernández, entre tanto, está en el centro de una polémica por la reelección consecutiva en Honduras. El gobernante asumió en 2014 y debe finalizar su gestión en 2018, pero hay intensas negociaciones para que pueda optar por la reelección, un tema sensible en Honduras y que en 2009 provocó el golpe de Estado que derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya.
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